La —segunda— fuga de Puigdemont encierra muchas incógnitas aún por esclarecer, entre ellas, la del papel clave que ha tenido el secretario general de Junts, Jordi Turull, llamado a testificar por un juez de Barcelona por obstrucción a la Justicia por su supuesta participación en la huida del expresidente catalán, confirmaron fuentes de la Conselleria del Interior de Catalaña (si bien anteriormente habían apuntado a que el juez había ordenado su detención).Turull acompañó en todo momento al líder independentista. Desde su llegada al Arco del Triunfo de la Ciudad Condal minutos antes de las 09.00 horas —llegó con él— hasta su salida del escenario (se le vio al fondo durante la intervención junto al abogado Gonzalo Boye) colocado con permiso del Ayuntamiento barcelonés, en manos de los socialistas. Fue justo en ese momento en que a ambos se les perdió el rastro. En pleno baño de masas y tras formar parte apenas unos instantes de la comitiva de dirigentes secesionistas (como la presidenta de Junts Laura Borràs, el presidente del ‘Parlament’ Josep Rull, el expresidente de la Generalitat Artus Mas o Boye) que partió hacia el Parlamento de Cataluña tras el discurso de Puigdemont. Una concatenación de gestos y ausencias que apuntan a que Turull era uno de los pocos que sabían del paradero de Puigdemont tanto antes como después de su esperada aparición en público tras siete años fugado en Bélgica.Turull y Puigdemont, por las calles de Barcelona, a su llegada al escenario del Arco del Triunfo EFEPero no fue el único que jugó un papel considerable en el escape. Además de atribuírsele la arquitectura de la Ley de Amnistía, Gonzalo Boye está considerado como el cerebro de la primera fuga de Puigdemont. Ahora podría haber tenido de nuevo un rol fundamental en los acontecimientos acaecidos este jueves por la mañana. El abogado —que se sacó la carrera de Derecho mientras cumplía condena en la cárcel por colaborar con la banda terrorista ETA en el secuestro del empresario Emiliano Revilla— fue uno de los protagonistas del ‘show’ ofrecido por el expresidente catalán en las calles de Barcelona, tal y como pudieron captar diversas cámaras.Noticia Relacionada Comunidad estandar No Los Mossos aseguran que intentaron «parar» a Puigdemont pero que no lo consiguieron Anna CabezaEn las imágenes, Boye aparece junto él también prácticamente en todo momento. Ataviado con camisa blanca, gorra gris y una mochila negra, hizo saltar las alarmas de su posible colaboración debido a su más que errático comportamiento. De hecho, es precisamente Boye quien, tras aguardar a que finalizase de hablar, agarra del brazo a Puigdemont y le saca del escenario mientras le dice: «¡Vámonos!». El líder independentista acababa de pronunciar una frase que ya auguraba lo que estaba a punto de ocurrir: «No sé cuándo nos volveremos a ver, amigos y amigas», se despidió Puigdemont de su público.Momento en que Boye agarra del brazo a Puigdemont en el escenario y le dice «¡Vámonos!» Miquel MuñozUna presunta complicidad a la hora de volver a situar al expresidente fugado en paradero desconocido (hasta los Mossos d’Esquadra reconocieron a través de un comunicado que se les «escapó») que hace suponer que, al igual que Turull, Boye también podría conocer de antemano su plan de salida de España con el que ha logrado burlar, una vez más, a las Fuerzas de Seguridad del Estado.Una vez evacúan Puigdemont y Boye el lugar a través de unos biombos negros instalados, se ve cómo el letrado le acompaña unos metros caminando hacia el Parque de la Ciudadela, única entrada que estaba operativa para acceder al ‘Parlament’, a través de un corredor abierto por los allí congregados. Lo siguiente que se sabe de Boye es que también se apartó del grupo de líderes de Junts que se desplazaban al ‘Parlament’ , que albergó la investidura de Salvador Illa a las 10.00 horas. Tras un receso de hora y media para comer, estaba previsto que se reanudara a las 15.15 horas. Junts logró retrasar la segunda parte del Pleno casi dos horas tras pedir su suspensión a la Mesa de la Cámara: «Hasta que se normalice la situación», pidieron los secesionistas. Finalmente, el órgano decidió seguir adelante con la sesión.El abogado de Puigdemont Gonzalo Boye se mostró inquieto de principio a fin. Una vez el ‘expresident’ se fugó, estuvo todo el rato pendiente del móvil y de los helicópteros que sobrevolaban el perímetro del ‘Parlament’ hasta que huyó en taxi EP y ReutersEl abogado, al que se le pudo ver bastante inquieto y todo el rato pendiente del teléfono móvil, por fin llegó al ‘Parlament’ acompañado por parte de la ya mencionada comitiva , fuertemente blindado por la policía autonómica que en un principio le impidió el paso. Allí se paseó intranquilo de un lado a otro e incluso mirando al cielo al paso de los helicópteros de las Fuerzas de Seguridad, que buscaban por tierra, mar y aire al expresidente fugado por segunda vez. Tras presenciar parte del Pleno, sobre las 10.25 horas procedió a abandonar el recinto del Parque de la Ciudadela junto al exsenador de Junts e íntimo amigo de Puigdemont, Jami Matamala.A Boye se le perdió el rastro tras sacar a Puigdemont del escenario. Reapareció para asistir a la investidura de Illa apenas media hora. Después, escapó en taxiA las 10.50 horas llegaba de nuevo al Arco del Triunfo vía Paseo de Lluís Companys, no sin antes detenerse frente a la fachada del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). Una hora después, el abogado cogió un taxi y abandonó la zona bajo la atenta mirada de los medios de comunicación allí presentes y rodeado por gente que le protegía.Conocido por ser una persona muy polémica en los pasillos de las instancias jurídicas, su cartera de clientes incluye a personajes como el rapero Pablo Hasel o el etarra Josu Ternera. El último en unirse a la lista, según la ACN, uno de los dos mossos d’Esquadra detenidos este jueves por la fuga de Puigdemont. Ahora, está pendiente de juicio por presuntamente ayudar a blanquear dinero a otro de sus antiguos clientes: el narcotraficante gallego Sito Miñanco .
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