Los intereses de España en África, y en concreto en la zona del Sahel, son innegables. Los riesgos de expansión de actividades terroristas, inmigración ilegal o tráfico ilícito de personas, armas o sustancias estupefacientes han sido destacados en numerosas ocasiones por las autoridades. Sin embargo, el camino de las Fuerzas Armadas en la zona va en dirección contraria y las cifras de militares españoles y europeos en suelo africano se encuentran en mínimos , las más bajas de la última década, a la vez que aumenta la presencia de Rusia y su influencia económico y militar en la región.La última operación de las Fuerzas Armadas afectada por esta retirada de África es la de Senegal , concebida como apoyo aéreo a las tropas españolas, francesas y de toda Europa desplegadas en la zona. Una vez certificada la retirada de todas estas durante los últimos años debido a la falta de acuerdo interno y el cada vez mayor rechazo local, el Gobierno español se ha visto obligado a replegar también parte de la misión de Senegal, que ha quedado con solo 14 militares desplegados de forma permanente (de los 70 que llegó a tener) para mantener en Dakar la infraestructura mínima que permita visitas puntuales del avión C-295 que hasta ahora estaba siempre desplegado en el país.En cualquier caso, la gran salida del Sahel fue la de Mali el pasado mes de mayo. España había sido el principal sustento de esta misión de la UE durante su última etapa y el Gobierno se había manifestado claramente en contra de su finalización, pero no pudo evitar que la UE decidiera no prorrogar su mandato y poner fin a once años de presencia militar en el país . En la decisión pesó mucho la salida de Francia de la zona y la inestabilidad interna del país, con varios golpes de estado en los últimos dos años y el gobierno en manos de una junta militar que promete unas elecciones que nunca llegan.Noticia Relacionada estandar Si Repliegue de Malí: once años de misión y 20.000 soldados instruidos Pilar De la Cuesta España, que se oponía a la salida de la Unión Europea, busca cómo mantener lazos en defensa con el país africanoCon ello, el 18 de mayo salieron de Mali los últimos militares españoles, que habían llegado a superar el medio millar en las épocas más activas de la misión , cuando incluso se planeaba su expansión a países limítrofes. Se trataba de una operación de entrenamiento de los cuerpos de seguridad locales y, durante sus once años de vida, España contribuyó con más de 8.300 militares y fueron instruidos más de 20.000 miembros de las Fuerzas Armadas de Mali. El último miembro de EUTM fue también un español, el general Santiago Ortiz-Repiso , que había estado al frente de la misión durante sus últimos dieciocho meses.Antes de su finalización, la ministra de Defensa, Margarita Robles , había reconocido en numerosas ocasiones su oposición a abandonar el país y avisado de los riesgos que se corrían dejando la zona sumida en la inseguridad, poniendo como ejemplo el fracaso que supuso la retirada de Afganistán tras 20 años en el país.Código Desktop Imagen para móvil, amp y app Código móvil Código AMP 1281 Código APPEste mensaje es continuo desde España, puerta de entrada a la Unión Europea , que insiste a los países aliados en la necesidad de no perder de vista la situación del Sahel y su creciente inestabilidad. De hecho fue la gran batalla del Gobierno de Pedro Sánchez en la Cumbre de la OTAN que se celebró en Madrid en junio de 2022, cuando consiguió que el nuevo concepto estratégico de la Alianza reconociera mayor peso al flanco sur mencionando explícitamente el norte de África y el Sahel como regiones prioritarias al plantear «desafíos de seguridad, demográficos, económicos y políticos».Sin embargo, la guerra de Ucrania ha desviado el foco de atención y desde su inicio hace ya más de dos años la Alianza ha aumentado exponencialmente su presencia militar en su frontera este, mientras que no ha dado ningún paso en el sur. Esta corriente ha arrastrado también a la UE y a España, que ha multiplicado el número de militares desplegados en las misiones de disuasión a Rusia mientras que mantiene una presencia testimonial en las africanas.Menos de 50 militaresEn concreto, España cuenta actualmente con menos de 50 militares desplegados de forma permanente en operaciones en África, frente a los centenares que llegó a sumar hace solo dos años y medio, según han detallado a ABC fuentes militares. Según datos del Estado Mayor de la Defensa (EMAD), además de los 14 efectivos de Senegal, España cuenta con 20 efectivos que participan en una operación de formación de la UE en Somalia, siete en República Centroafricana y otros dos en Mozambique . A ellos se debe sumar otra veintena de militares que participan de forma rotatoria en diferentes actividades de seguridad cooperativa en países como Senegal, Cabo Verde, Mauritania, Ghana o Túnez.Precisamente esta es la fórmula que apuntó el Gobierno para mantener la relación con Mali tras el fin de la misión de la UE, un país con el que conserva una relación cordial pese a los sucesivos golpes de estado de los últimos años. De hecho, la propia Robles mantuvo el pasado mes de marzo una conversación por videoconferencia con su homólogo maliense, el coronel Sadio Camara , en la que le expresó el «agradecimiento por la acogida y hospitalidad constante de las autoridades malienses a los sucesivos contingentes españoles desplegados en el país».Fuentes de Defensa explicaron que esta sintonía es la que permitió que el repliegue del país se efectuase con las condiciones de seguridad necesarias, a diferencia de lo que sucedió con la con la misión de estabilización de Naciones Unidas en Mali (Minusma) el pasado 31 de diciembre, cuya salida no estuvo exenta de incidentes.Un avión español se prepara en Dakar para llevar material a Mali EFEA partir de ahora, el Gobierno quiere explorar la posibilidad de cerrar acuerdos de colaboración bilateral con Mali que permitan mantener presencia en el país con misiones de seguridad o entrenamiento, y así a la vez mantener la capacidad de interlocución e influencia. La fórmula sería similar a la de las actividades de seguridad cooperativa que están activas en otros países.En un documento publicado por el Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE) , el ‘think tank’ del Ministerio de Defensa, el comandante de Infantería de Marina Juan Carlos Andrés Herrero constata que el foco de interés de la OTAN está puesto en el este, con la guerra de Ucrania como factor de preocupación para la Alianza por su interés «para la estabilidad y seguridad de Europa». Sin embargo, cada vez más expertos empiezan a alertar de la necesidad de mantener vigente la estrategia 360 sobre todas las direcciones. Así lo entendieron los países aliados en la reciente Cumbre de Washington en la que aprobaron un plan de acción para el flanco sur y decidieron asignar un representante del secretario general en la zona.En cualquier caso la OTAN no contempla por el momento la aprobación de una misión militar en la zona y su acción se limita a asentar los lazos diplomáticos y de cooperación con estos países. El elegido como representante de la Alianza con los países del flanco sur fue precisamente el español Javier Colomina , un nombramiento que provocó el enfado de Italia , que daba prácticamente por hecho que podía contar con ese cargo, considerado estratégico por Roma. La queja fue formalizada en una carta enviada al secretario general de la OTAN por el embajador italiano ante la Alianza, Marco Peronaci , expresando «sorpresa y decepción» en nombre del Gobierno de Giorgia Meloni. «Dentro de veinte años, los 2.500 millones de habitantes de África serán el principal problema de la Alianza Atlántica, porque se convertirán en un ejército en manos de los países que ya han comenzado a ocupar el continente en los últimos años: Rusia y China», avisó de forma muy gráfica el ministro de Defensa italiano, Guido Crosetto .Problemas de seguridadEn su análisis, el comandante Andrés Herrero coincide en que «desde Dakar hasta la frontera oriental de Turquía hay unos 8.000 kilómetros a través de una geografía extraordinariamente heterogénea». «Los problemas de seguridad que se plantean en este escenario van desde los enfrentamientos militares convencionales hasta la insurgencia, la guerra civil, la delincuencia, el terrorismo y los riesgos para la seguridad humana asociados a la pobreza y la migración –detalla–. Como consecuencia, la brecha de prosperidad entre el norte y el sur del Mediterráneo es cada vez mayor ».En otro análisis, Sergio Altuna, investigador del Real Instituto Elcano, constata que el Sahel se encuentra en el «umbral de una transición hacia escenarios desconocidos» donde cree que Europa «debe reformular su enfoque para volver a recuperar influencia en un contexto marcado por la competencia con otras potencias». Y señala de forma directa a España, «especialmente concernida y en peligro de ser totalmente excluida de la región», para que intente « mantener una mínima presencia en el principal vector de inestabilidad de la región».También Estados Unidos aceptó hace escasos meses la salida de Níger del millar de soldados que tenía desplegados en el país. Todo en un contexto de creciente influencia de Rusia y su grupo paramilitar Wagner y un «claro distanciamiento de Occidente», según subraya Altuna. «Europa necesita replantearse la situación y su papel en la región», concluye el analista del Instituto Elcano.
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