El manto de humo y cenizas que cubre el cielo de Atenas desde el pasado domingo ha convertido el aire de la capital griega en irrespirable. «Tengo todas las ventanas cerradas y el aire acondicionado puesto», explica a este diario Dolors Domenech, española que reside desde hace dos años en el barrio de Neos Kosmos, en Atenas. «A pesar de que mi casa está a 40 kilómetros del incendio, tengo los balcones llenos de ceniza ».Según el satélite meteorológico europea METEOSAT-11, el humo del incendio de Varnava ha llegado al sur del Peloponeso, a unos 300 kilómetros del foco principal. Según el Observatorio Nacional, en el sur de Atenas, las poblaciones más afectadas por el humo fueron los municipios de Glyfada y Vula, donde las concentraciones superaron los 200 microgramos por metro cúbico durante las primeras horas de la mañana del lunes. A mediodía, se habían quemado cerca de 10.000 hectáreas, según datos vistos por el satélite.Noticia Relacionada Incendio en Grecia estandar No Las llamas en los suburbios de Atenas obligan a evacuar a 35.000 personas Marta Cañete | Corresponsal en Atenas Los bomberos lucharon durante toda la noche contra las llamas que ya han llegado a los suburbios del norte de la capitalEl incendio comenzó durante las primeras horas de la tarde del pasado domingo en la localidad de Varnava , al noreste de la capital helena por causas que aún no han trascendido, extendiéndose a enorme velocidad en pocas horas. «La especial topografía de la zona de Varnava, los fuertes vientos, las altas temperaturas y las prolongadas rachas secas son las principales razones de la rápida expansión del incendio, que ahora amenaza a los suburbios del norte de Atenas», ha explicado durante una entrevista en la televisión pública griega el experto en catástrofes naturales y profesor universitario, Efzimios Lékas, quien ha recalcado que la topografía, con grandes pendientes y discontinuidades morfológicas de la zona, favorece la rápida propagación del fuego, al mismo tiempo que dificulta tanto el acceso a los medios de extinción terrestres como a los aéreos debido a la gran intensidad de las ráfagas de viento y por la existencia de puntos negros que «pueden atrapar al personal de extinción en cualquier momento». El ministro de Cambio Climático y Protección Civil, Vassilis Kikilias, afirmó durante una rueda de prensa que se trata de un incendio «extremadamente peligroso y con la batalla se libra en condiciones climáticas extremadamente difíciles». Según los últimos datos el fuego está quemando casas en el las localidades de Pentélico, Vrilisia y Jalandri, mientras que las llamas habrían alcanzado las instalaciones del Observatorio Astronómico Nacional de Atenas, ubicado en la cima del Pentélico. Desde las primeras horas de la mañana de este lunes, el fuego está fuera de control y el viento cambia constantemente de dirección, lo que ha provocado más de 40 reactivaciones en las zonas del Pentélico, Dionisos y Nea Makri. Además, los fuertes vientos de nivel 8 en la escala Beafort ayudaron al fuego a recorrer una enorme distancia de más de 30 kilómetros.Evacuaciones masivas Hasta la mañana del lunes, se habían realizado 26 evacuaciones en la región afectada por el incendio, unas 35 mil personas fueron evacuadas. Mientras, cerca de 300 personas que se habían quedado atrapada por las llamas tuvieron que ser rescatadas por la policía. Sofía, una mujer de 43 años residente en el barrio de Kifisiá, al norte de Atenas explica a este diario que recogió a su madre, residente en el municipio de Diónysos muchas horas antes de que las llamas llegaran a esa zona. «No hay año que el municipio no sea pasto de las llamas , así que preferí cuidarme en salud y tener a mi madre cerca». Diónysos empezó a arder la noche del domingo y durante la tarde del lunes se produjeron en la zona múltiples reactivaciones. «Estamos muy angustiadas viendo cómo el fuego se acerca a Kifisiá desde el Pentélico. Si el viento cambia de rumbo y trae el incendio hasta aquí, no tenemos donde ir », se lamenta. Este también es el caso de Alberto Cano, madrileño que lleva más de dos décadas residiendo en el suburbio de Kifisiá. «Llevó despierto desde las 3 de la mañana, con la maleta hecha y el coche fuera del garaje por si tenemos que salir corriendo».Incendios constantesLos vecinos de los barrios del norte de Atenas están acostumbrados a los incendios forestales. En agosto de 2021 y de 2023 el monte Parnés sufrió dos grandes incendios que dejaron decenas de miles de hectáreas de bosque calcinados, provocaron la muerte de un número incalculable de animales salvajes y cientos de viviendas calcinadas. «Hemos dejamos los móviles encendidos durante toda la noche para recibir los mensajes de emergencia del 112», explica Jristos, vecino de Kifisiá. «A las 5 de la madrugada un mensaje nos informaba de que los vecinos del barrio de al lado tenía que estar preparados para una posible evacuación. Desde esa hora no hemos podido dormir», se lamenta. Según el Observatorio Meteorológico Nacional se espera que la situación mejore a partir del martes, aunque el riesgo de incendios en la región del Ática y otras dos prefecturas del país seguirá siendo alto (nivel 4).Fuertes críticas al GobiernoLa gestión de la extinción del incendio ha sido duramente criticada por los griegos, quienes consideran que los medios aéreos están siendo insuficientes y que la única labor que están realizando los equipos de extinción es la evacuación de las zonas urbanas mientras que las viviendas son pasto de las llamas. Las cámaras de la televisión pública griega (ERT por sus siglas en griego) captaban durante la tarde del lunes a decenas de vecinos de las zonas afectadas apagando los incendios de sus casas con ramas de árboles y cubos de agua. Durante una rueda de prensa la tarde del lunes el portavoz del Cuerpo de Bomberos, Vasilis Vatrakoyanis, ha explicado que la razón por la que los ciudadanos tienen la impresión de que no hay medios aéreos operando en la zona es porque el perímetro del incendios es grande y, en muchas ocasiones los hidroaviones no son visibles por la dispersión de los mismos en un área que abarca 30 kilómetros, así como por la gran cantidad de humo acumulado en la zona.
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