«¡Pero si ya estás de vacaciones ! ¿Qué haces ahí en el sofá con esa cara mustia y sin ganas de hacer nada?«… No, no es que a algunas personas les siente mal descansar en verano, sino que lo más probable es que estén pagando el peaje de haber pasado los días previos trabajando a destajo para no dejar »marrones« al resto de sus compañeros. Y ese ‘sprint’, con jornadas interminables y con el estrés añadido de dejar resuelto todo lo pendiente tiene sus consecuencias: agotamiento acumulado y un estado de hiperalerta que resulta difícil gestionar cuando toca descansar. De hecho, tal como explica la psicóloga Beatriz Gil Bóveda, fundadora de @psique.cambio , la acumulación excesiva de trabajo , no tomar los descansos adecuados y dejar todo para última hora son algunos de los factores que pueden favorecer la aparición de enfermedades durante el periodo vacacional. Por eso para la experta es fundamental planificar previamente las tareas, aprender a delegar para reducir la carga mental y establecer límites de trabajo, pues eso es lo que nos permitrá llegar al ansiado descanso desde una actitud más tranquila y relajada. «Cuidar el bienestar emocional y físico es esencial. Y eso incluye hacer ejercicio y mantenerse activo, buscar momentos para relajarse y visualizar las vacaciones como una época de descanso, pero también de cambio de actividad y de rutinas . No por quedarnos tirados en la cama y en el sofá descansaremos más«, plantea Gil Bóveda.Noticias Relacionadas estandar No Vacaciones de verdad «Creemos que parar significa perder el tiempo, pero es justo lo contrario» Raquel Alcolea estandar No Por qué debes desvincular tu autoestima de los éxitos profesionales propios y ajenos Tomás NavarroPero, ¿por qué justo en las vacaciones?La clave para saber por qué a menudo nos sentimos agotados y desfondados justo en el arranque de las vacaciones tiene que ver con el efecto del estrés producido por un cambio brusco en la rutina ya que, según explica la psicóloga, éste puede llegar a debilitar el sistema inmunológico, lo que aumenta la posibilidad de padecer enfermedades . Pero, por qué se produce esa traslación del estado de la mente al cuerpo y por qué las emociones pueden llegar a influir en la salud. Como aclara Gil Bóveda esto se explica porque el estrés y la ansiedad provocan en el sistema nervioso una respuesta de «lucha o huida» que hace que liberemos las hormonas que debilitan el sistema inmune .Las enfermedades más frecuentes en verano La combinación de altas temperaturas, mayor exposición al sol y alteraciones en los hábitos diarios aumenta la incidencia de ciertas enfermedades. “El verano suele registrar un notable aumento en los ingresos hospitalarios por enfermedades cuyo riesgo incrementa debido al calor y a las condiciones ambientales asociadas a esta estación. Entre las más frecuentes se encuentran las respiratorias, digestivas y dermatológicas. Estas condiciones de salud pueden ser graves y requieren atención médica, especialmente en grupos de riesgo como niños pequeños, personas mayores y aquellas personas con condiciones médicas preexistentes”, explica el Dr. Alfredo Gaudes Pérez, médico general del Centro Médico Sanitas Zaragoza. Hacemos un repaso a las más frecuentes en esta época del año: Intoxicaciones alimentarias : se producen al ingerir alimentos en mal estado por efecto del calor. Las intoxicaciones alimentarias son más comunes en verano debido a las altas temperaturas que pueden favorecer el crecimiento de bacterias en los alimentos. Para prevenir este problema, es fundamental mantener una adecuada higiene en la manipulación y almacenamiento de alimentos, asegurarse de cocinarlos completamente, refrigerarlos correctamente y evitar la exposición prolongada de comidas al aire libre. “Durante esta época, ciertos alimentos son más susceptibles de ponerse malos. Entre ellos se encuentran los productos lácteos, carnes, mariscos y ensaladas preparadas, por lo que hay que tener un mayor cuidad y prestar atención a la hora de ingerirlos”, explica Andrea Danielle, nutricionista de Blua de Sanitas. Otitis : Se origina porque queda agua en el oído después del baño en la playa o en la piscina. Además, si el agua está contaminada por bacterias, puede generar una infección del oído medio. Es recomendable secar bien los oídos después de nadar utilizando toallas y movimientos suaves para eliminar el agua. Usar tapones para los oídos a modo preventivo es buena opción si fuera necesario. Infecciones fúngicas : se pueden contraer en cualquier lugar en el que se camine descalzo sobre un suelo mojado y esté previamente contaminado por otras personas que ya tienen la infección. Para prevenir estas infecciones, se recomienda usar sandalias o calzado adecuado en lugares públicos húmedos, mantener los pies secos y limpios y evitar compartir objetos personales como toallas y calzado. Faringitis y bronquitis : los cambios bruscos de temperatura que pueden suponer, por ejemplo, encontrarse en un local con aire acondicionado demasiado frío y salir al calor intenso de la calle suelen generar estas patologías. En concreto, estas variaciones pueden irritar las vías respiratorias y favorecer la proliferación de virus y bacterias. Regular la temperatura de los espacios cerrados de manera que no haya grandes contrastes con el exterior, mantener una adecuada hidratación y protegerse del calor excesivo con ropa ligera y ventilación adecuada en los ambientes cerrados va a ser clave para evitar la aparición de estas enfermedades.Lo más recomendable para aquellas personas que suelen enfermar en el arranque de las vacaciones es aprender técnicas de manejo del estrés como la meditación, la respiración profunda y el yoga. Igualmente puede resultar efectivo, según propone la psicóloga, establecer unas expectativas realistas para las vacaciones. Para ello propone planificar las vacaciones de modo que podamos tener claro qué actividades queremos hacer y cómo nos las podemos organizar para disfrutar de tiempo de calidad con nuestros seres queridos. Una de las técnicas más eficaces en este sentido es la que la psicóloga denomina ‘El método de las 3 V (vive, valora y vence)’:Así es el método de las 3 ‘V’ Vive. Disfruta de cada momento y del tiempo libre. Aprovecha para hacer actividades que te gusten y pasa tiempo de calidad con las personas que ames y que sumen en tu vida. Valora. Valora el momento presente, lo que tienes, tu salud, tu trabajo, las personas que te rodean, el esfuerzo de los demás, tu propio esfuerzo y las diferencias que os enriquecen. Vence. Supera la pereza y las emociones negativas. El que se enfade estas vacaciones, pierde. Recuerda que la evitación y la «no confrontación» son la estrategia ganadora durante el descanso veraniego.Por tanto, si se acercan las vacaciones y comenzamos a sentir que nuestro cuerpo se resiente será útil hacer una desconexión gradual (en lugar de pasar de todo a nada), poner el foco en el ejercicio, la alimentación y el descanso nocturno y planificar con ilusión, pero con expectativas realistas, los días de vacaciones.
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