Los españoles que viajan a Francia para la vendimia: «Vamos allí porque se cobra el doble»

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Los españoles que viajan a Francia para la vendimia: «Vamos allí porque se cobra el doble»

Salir al extranjero a trabajar no es nada nuevo para los nacidos en nuestro país. Tampoco lo es para los agricultores que, sobre estas fechas, están acostumbrados a trasladarse a la zonas como el Pirineo oriental (Perpiñán), Aude (Narbona y Carcasona, una zona ya muy mecanizada) Herault (Montpellier y Beziers) o Gironda (Burdeos), entre otras, para recoger la uva y ganarse la vida . Este año serán 13.500 temporeros -en su mayoría andaluces- los que viajarán hasta nuestro país vecino para meter más dinero en sus bolsillos, aunque sea por algunos días. Otros ya están allí. Llegan antes y extienden su estancia para aprovechar la recogida de otras frutas como la manzana, el melocotón, la nectarina, el albaricoque o la fresa. «Mi cuadrilla y yo venimos desde abril hasta septiembre, según la cosecha. La mayoría somos gente del pueblo», relata un agricultor de Alcalá del Valle, un municipio de la sierra de Cádiz, Antonio Páez , que tiene 45 años y lleva desde los 16 años viajando al otro lado de la frontera para tener una vida mejor. Ahora, trabaja en la recogida del melocotón y lo hace porque las condiciones salariales en Francia son mejores. «Se gana el doble que en España», añade Páez, que, aunque en septiembre volverá a España a trabajar en la aceituna, los espárragos «o lo que salga», si pudiese, se quedaría en Francia todo el año.Noticia Relacionada estandar No El precio del aceite no dará respiro hasta después de Navidad RAÚL MASA «La Ley de la Cadena Alimentaria prohíbe cualquier tipo de promoción por debajo del coste de producción»Este año, el número de temporeros es menor que en 2023. La cifra ha caído en unas 1.500 personas según las estimaciones de la Federación de Industria, Construcción y Agro (FICA) . Organización que, desde hace 30 años, se desplaza con los agricultores en la campaña de la vendimia del país vecino. La mayoría de los temporeros serán repetidores (un 90%) y españoles, a pesar de que, según cuenta la organización, en los últimos años también se han encontrado con trabajadores procedentes de Portugal y Rumanía. Un 58% (casi seis de cada diez) serán hombres; mientras que el 42% restante (unas cuatro de cada diez) serán mujeres. Además, de los 13.500, unos 10.150 viajarán desde Andalucía, 900 desde la Comunidad Valenciana, 600 desde Murcia y 400 desde Castilla-La Mancha. Los que quedan se irán desde el resto de regiones de nuestro país.Registros desde 1972El primer registro de este desplazamiento data de 1972. Entonces 96.600 personas salieron a recoger la uva a Francia, fue el año con mayor flujo. En aquel momento, este periódico ya lo relataba, y los que entrevistaba ya aseguraban que «a pesar de las vicisitudes» el viaje resultaba «francamente rentable» y los agricultores ya cobraban lo mismo que sus vecinos franceses. El año con menor salida fue 1992, cuando se desplazaron 10.800 personas. El resto de campañas, el número ha oscilado entre los 11.000 y los 15.000 temporeros.Los primeros vendimiadores marchan al sur francés en la segunda quincena de agosto y se quedan allí de 20 a 25 díasA día de hoy, las condiciones de los agricultores españoles en Francia siguen siendo las mismas que las de los nacionales. «Trabajamos mucho, pero aquí todo es muy estricto y está muy regulado. Los patrones te dan alojamiento y se pagan las horas extra, es con lo que más se gana» cuenta el alcalareño a este periódico, ya desde Perpiñán. Según los datos publicados por FICA, el salario nunca podrá ser inferior a 11,65 euros por hora trabajada, con una jornada laboral de 35 horas semanales y cuando se exceden, el agricultor cobra horas extra. En concreto, si trabaja hasta 43 horas, su salario mejora un 25%; mientras que si el número de horas es mayor de 43, su sueldo aumenta un 50% por hora en el campo. Es decir, pueden ganar entre 1.800 y 2.000 euros por la campaña.Los primeros vendimiadores -los que trabajan en la zona sur del país- se trasladan en la segunda quincena de agosto. Permanecerán en Francia de 20 a 25 días. Algunos, una vez terminada la vendimia más temprana, se trasladan a zonas con recogida tardía, lo que puede extender su estancia a 40 o 50 días. La corta duración de la cosecha hace que algunos agricultores como Páez prefieran ir antes y recolectar otras frutas.«No es un problema»El responsable del sector vitivinícola de COAG, Joaquín Vizcaíno , cuenta que la vendimia francesa «suele ser compatible» con la española. «Suele tener unas fechas de recolección anteriores a la mayor parte de las variedades españolas, no es un problema», agrega, y detalla que las variedades francesas que hay en nuestro país suelen estar mecanizadas y se recolectan con máquina. «Se han plantado con espaldera y en muchos casos no necesitan esa mano de obra», resume. La mecanización, explica Vizcaíno, está bastante generalizada en la recogida de la uva en España y la necesidad de mano de obra se da cuando el contingente de trabajadores ya ha vuelto.La sequía y las heladas merman la producción de los viñedos Este año, el número de temporeros desplazados ha descendido por las condiciones climatológicas. Por un lado, cuenta la portavoz de FICA, Lucía García, las heladas producidas han hecho que en algunas zonas se pierda parte de la cosecha. Por otro lado, agrega, algunos trabajadores de pueblos de Granada y Cádiz han encontrado trabajo en el sector de la construcción. Otro de los principales culpables es la sequía, que ha retrasado la cosecha. En España, las previsiones de Agricultura también apuntan al impacto de la falta de agua. En concreto, se prevé que la campaña cierre con una producción de 32 millones de hectolitros de vino y mosto, un 21 % menos respecto a la campaña anterior y un 25 % inferior comparado con la media de los últimos cinco años.Los sindicatos, sin embargo, sí parecen tener un problema. De hecho, en la publicación de las previsiones para este año, el secretario general de FICA, Mariano Hoya, sentenciaba que «los trabajadores se desplazan en busca de unas condiciones que no se encuentran en nuestro país».Desde la perspectiva del alcalareño, no se trata solo de las condiciones. Sino que, según él, en España «no hay trabajo» para ellos. La tasa de paro en el conjunto de la agricultura, ganadería, silvicultura y pesca descendió en el segundo trimestre unas décimas hasta el 11,2%. Sin embargo, de los 121.400 parados, 114.800 eran agricultores o ganaderos, un 94%.

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