Junts sabe que Puigdemont es su mayor activo electoral, pero que no es suficiente ni para ganar las elecciones ni mucho menos para recuperar la Generalitat. Sus trucos provocan notables descargas de adrenalina , aunque cada vez está más arrinconado y sus espectáculos ya no tienen trascendencia política. El mismo día de su celebrada ‘desaparición’ como prófugo, el socialista Salvador Illa ‘aparecía’ como presidente de la Generalitat.A su vez, el maximalismo independentista es el mejor argumento que el partido tiene para cohesionar a los suyos y atacar a Esquerra , pero cada vez hay menos de los suyos, menos de Esquerra y, por primera vez en 40 años, el independentismo no tiene mayoría absoluta en el Parlamento de Cataluña .Además, no hay un plan definido para ‘ volverlo a hacer ‘, pero es inacabable la factura por ‘haberlo hecho’ la primera vez. El curso anterior Junts destinó una partida presupuestaria de hasta 800.000 euros para asesoramiento jurídico.Noticias Relacionadas estandar No Policía y Guardia Civil vigilaron por la tarde el Parlament por si volvía Puigdemont S.E estandar No Illa promete dejar trabajar a los Mossos «al margen de la confrontación política» Àlex GubernSon muchos dilemas y todos se resumen en el mismo: qué hacer con Puigdemont, que cada día que pasa se apaga un poco más como metáfora y crece como problema personal e incómodo de gestionar. De momento, el forajido tiene suficiente poder interno para decidir qué papel quiere desempeñar.El secretario general, Jordi Turull , aseguró que Puigdemont se pronunciará «en breve» en este sentido. Una presidencia, más o menos simbólica o ejecutiva, es el destino que casi todos en su formación le suponen, pero es aventurado especular con un personaje tan imprevisible. El día que lo anuncie, lo sabremos. El próximo congreso del partido se celebrará en poco más de dos meses, concretamente el fin de semana del 26 y 27 de octubre.En el segundo renglón hay una pelea acérrima pero imposible y otra mucho menos sanguinaria y mucho más plausible. Los que se pelean por heredar de un modo más aparatoso y agresivo son Jaume Giró y Laura Borràs , la actual presidenta de Junts. Ninguno de los dos cuenta con la confianza ni con el afecto del líder. Jaume Giró se reivindica como el representante de la vieja Convergència pragmática, liberal, pactista e independentista pero realista. Sus principales aliados son David Madí, ex mano derecha de Artur Mas, y el periodista José Antich , director de ‘Elnacional.cat’, el digital más influyente en el mundo postconvergente. Durante los últimos tiempos, Giró ha subido numerosos vídeos en Instagram visitando alcaldes y concejales de Junts de toda la geografía catalana, con cuyo apoyo y el de sus votantes cree contar de cara a unas primarias para decidir el próximo candidato de Junts a la Presidencia de la Generalitat. Pero Puigdemont no se fía de él porque le considera desleal, oportunista, arribista , de naturaleza traidora y que, como ha hecho en los distintos cargos que ha ocupado en su dilatada trayectoria, cualquier poder que tuviera lo utilizaría para intentar desbancar a quien tuviera por arriba, que en este caso sería el propio forajido. Sin su apoyo –y ya no digamos con su rechazo– es poco probable que los votos locales que Giró cree haber cosechado se acaben confirmando, porque los militantes de Junts todavía están en la pantalla de la adhesión inquebrantable al amado líder.Laura Borràs es una jinete solitaria. Es la actual presidenta del partido y tiene simpatizantes, pero como en el caso de Giró simpatizan con ella hasta que esta simpatía entre o no en contradicción con los designios de Puigdemont, que es por quien de verdad sienten veneración. Borràs no tiene apoyos significativos en el partido, salvo el de su acompañante Francesc de Dalmases, diputado en el Parlament. Laura Borràs representa al independentismo más hiperventilado , el de retórica más excitada pero de actos pusilánimes, como lo demuestra el hecho de que, mientras fue la presidenta de la cámara catalana, fanfarroneó con la desobediencia, pero se guardó mucho de caer en ella. El 30 de marzo de 2023 fue condenada a cuatro años y medio de prisión y a trece de inhabilitación por un delito de prevaricación y falsedad documental, y le fue retirado su escaño y su presidencia del Parlament. Más allá de estas circunstancias, Puigdemont la considera demasiado alocada, un verso suelto, « un Quim Torra 2», por citar sus palabras, en el sentido de que el expresidente catalán hacía las cosas sin consultar y había que insistirle mucho para que obedeciera. Si efectivamente Carles Puigdemont quiere ser el presidente de Junts, a Laura Borràs se le buscará destino, que no será el de volver a ser candidata a la Generalitat –lo fue en 2021 y quedó tercera por detrás de Pere Aragonès (ERC) y Salvador Illa (PSC)– ni ningún otro que pueda significar a Puigdemont un estorbo. Además, está por ver cómo acaba el recurso en el Tribunal Supremo por su condena y si finalmente su caso queda incluido en la ley de amnistía.Noticia Relacionada estandar Si Gestos y maneras del nuevo Govern: la sombra de ERC es alargada Àlex Gubern Illa practica el discurso monolingüe y apela a la «nación catalana»La pugna más posibilista y menos llamativa es la que mantienen el secretario de Organización de Junts, Jordi Turull, y el presidente del Parlament, Josep Rull. Los dos cuentan con la confianza y aprecio de Carles Puigdemont. El primero, que ha sido noticia los últimos días por ayudarle en su fuga, es un fontanero duro, tosco, un buen encajador aunque de perfil gris e incluso sombrío. Rull es más amable , más ligero, menos conflictivo y hasta los diputados de Vox reconocen que «es de trato abierto, afable, encantador», aunque luego no les dé «nada» de lo que le piden. Ninguno de los dos tiene aspiraciones intelectuales conocidas y, a pesar de que Rull crea menos rechazo y queda mejor en las fotografías, guarda un respeto reverencial hacia su compañero y le cederá la iniciativa. De todos modos veremos para qué, según lo que decida Puigdemont.Pendiente de lo que el Tribunal Supremo y el Constitucional decidan sobre cómo y cuándo podrá beneficiarse de la amnistía, Puigdemont tiene que decidir antes de finales de octubre qué hace con su trayectoria política. Salvo las municipales del Ayuntamiento de Gerona en 2011, no ha ganado ninguna elección a la que se haya presentado. Desde Josep Tarradellas, ha sido el único presidente de la Generalitat de Cataluña no elegido en las urnas.Es cierto que Junts no tiene por ahora –o no lo ha descubierto– a ningún candidato mejor, pero es una verdad superior que con Puigdemont no le alcanza y que cada una de sus proezas cuesta una fortuna en abogados.
Leave a Reply