Un aire dulzón mueve las palmeras de Bal Harbour, al norte de Miami, entre hoteles y tiendas de lujo. En el mismo barrio se levanta The Shul, la impresionante sinagoga de la agrupación Lubavicht, que en 2017 comenzó las obras para duplicar su sede de 3.100 metros cuadrados. The Shul puede traducirse como El Templo, como una referencia única, singular, que despierta comentarios entre rabinos de otras congregaciones de Miami. The Shul abrió las puertas a principio de mes para recibir al presidente argentino Javier Milei y nombrarlo «embajador internacional de la luz». Fue horas antes de que Milei volara a Austin, Texas, para reunirse con el magnate Elon Musk.Desde entonces, el fundador de Tesla sigue los vaivenes del experimento liberal a ultranza de Milei, se convirtió en una suerte de aliado global frente a sus problemas políticos y proyecta su poderosa sombra sobre las telecomunicaciones y los mercados de litio de la región, un mineral clave para las baterías de sus vehículos eléctricos.Esta semana, Musk celebró por la red X el logro de Milei de alcanzar superávit en las cuentas públicas tras 16 años de déficit. Le alcanzaron tres letras: «Wow», escribió el segundo hombre más rico del planeta, según la revista ‘Forbes’. Fue un bálsamo para Milei en medio de las protestas estudiantiles contra los recortes presupuestarios del Gobierno que el martes desbordaron Buenos Aires. Musk tiene su mirada posada en la región.Se conocieron por XEn Brasil, el fundador de Tesla libra una batalla contra el juez Alexandre de Moraes, quien prohibió y bloqueó cuentas de X, en el marco de la guerra política por las investigaciones contra bolsonaristas. Poco después del encuentro con Milei, una multitud en apoyo a Jair Bolsonaro, el derechista expresidente de Brasil, había ovacionado a Musk como «defensor de la libertad» en la playa de Copacabana, en Río de Janeiro.Noticia Relacionada estandar Si Milei defiende su gestión y habla de un «milagro económico» Guadalupe Piñeiro Michel El Gobierno espera una movilización masiva en su contra y en defensa de la educación pública, habida cuenta del riesgo que corren las universidades por la falta de presupuestoMusk y Milei se conocieron por X, la red que el ‘tycoon’ sudafricano usa para enviar mensajes al planeta. Pero los pasos para concretar el encuentro en los cuarteles generales de Tesla los supervisó Karina Milei, la hermana a quien el presidente argentino llama «el jefe». En la Casa Rosada se cubre con hermetismo los detalles, pero fuentes gubernamentales ubican como promotor del vínculo a Sean Rad, el cofundador de Tinder, la red social de citas, a quien había visto antes en Buenos Aires.«Se le hizo una presentación de las oportunidades de inversión, Milei lo invitó a un congreso en la Argentina para hablar del crecimiento demográfico, que es una preocupación de Musk porque los nacimientos están por debajo de la evolución del PBI per cápita, y además estamos trabajando para la generación de baterías de litio, con la idea de darle valor agregado a la extracción minera», reconstruye en diálogo con ABC el embajador argentino en los Estados Unidos, el empresario Gerardo Werthein.A medida que aumenta la venta de automóviles eléctricos en Estados Unidos, China y Europa, la demanda de litio para las baterías crece exponencialmente. Argentina es el cuarto mayor productor mundial, después de Australia, Chile y China.Sin embargo, en la Argentina, el poder empresario y político mira con mayor atención las consecuencias del desembarco de Starlink, la empresa de Musk proveedora de Internet a través de su red de satélites. Hasta ahora, la conectividad de Internet se repartía en Argentina principalmente entre tres grandes jugadores: Telecom, del grupo de medios Clarín; Telefónica, de España, y Claro, del millonario mexicano Carlos Slim. Milei, quien ya protagonizó iracundos enfrentamientos con medios y periodistas, escribió en X: «Parece que al Grupo Clarín le molesta mucho la llegada de Elon Musk para la continuidad de sus negocios». La tensión con los medios parece seguir la senda de los anteriores gobiernos peronistas, a pesar de las ideologías disímiles.Telefónica firmó el año pasado un acuerdo con Starlink para proveer el servicio en Argentina y otros países sudamericanos. Eso lo diferencia de sus competidores en la relación con Musk. Las pruebas de conectividad de Telefónica resultaron exitosas, incluso la realizada en la Base Marambio, de la Antártida. Con amplias extensiones geográficas sin cableado, como ocurre en la Patagonia, el servicio satelital encuentra terreno fértil en la Argentina.Espiritualidad y mercadoEl Gobierno de Estados Unidos negó haber intermediado para el encuentro de Musk y Milei, pero la atracción entre ambos ocurre en medio de una renovada alianza entre Argentina y Washington. A principios de abril, la jefa del Comando Sur de Estados Unidos, la general Laura Richardson, visitó la Casa Rosada y poco después se anunció la compra por parte del Gobierno argentino de 24 aviones caza F-16, con tecnología norteamericana. Fue en desmedro de una oferta de China, la potencia antagonista de Estados Unidos en la región.En su fervor occidental, Milei apoya también sin fisuras la postura de Israel y anunció la mudanza de la embajada argentina a Jerusalén, aunque la propia Cancillería argentina intentó poner paños fríos a la idea, en un país que fue blanco en dos oportunidades del terrorismo islámico.A pesar de su formación católica, el presidente argentino tiene como guía espiritual al rabino Axel Wanish, nacido en una familia judeo marroquí y a quien el presidente nombró embajador en Israel. Wanish fue también la persona que le abrió el camino hacia la agrupación Lubavicht, una rama del judaísmo ortodoxo, de tendencia mística, y donde Milei se arropó antes de conocer a Musk. En su interior singular, espiritualidad y mercado libre conviven con igual devoción.
Leave a Reply