El ministro regional de Finanzas de Berlín, Stefan Evers, quiere ceder la propiedaed conocida como Bogensee, que contiene la histórica villa del ministro de Propaganda nazi, Joseph Goebbels , situada en Wandlitz. «A quien quiera hacerse con el terreno, lo ofrezco como regalo del Estado federado de Berlín», dijo el jueves el político de la CDU en la Cámara de Representantes. Hasta ahora, ni el municipio de Wandlitz, ni el estado federado de Brandeburgo, ni el gobierno federal se han interesado por el «obsequio tan generoso», en palabras de Evers, para quien su mantenimiento se ha vuelto una pesada carga. En ese terreno, de aproximadamente 17 hectáreas, Goebbels hizo construir una casa de campo que no se utiliza desde el año 2000 y cuyo mantenimiento anual le cuesta 250.000 euros cada año a las arcas públicas.Un lago, un bosque y una villa a 40 kilómetros del centro de Berlín. En este idílico paisaje se esconde la finca de campo de Goebbels , en cuyo terreno se construyó después de la guerra la forja de cuadros de la Alemania comunista, la RDA, unas instalaciones pensadas para las ‘Juventudes Libres de Alemania’ (FDJ) y que también languidecieron tras la caída del Muro de Berlín. Inicialmente, Goebbels recibió el terreno como un regalo de cumpleaños en 1936 y pensó dedicarlo a que pudieran vivir allí tranquilamente sus padres. Después, a través de la empresa cinematográfica UFA, hizo levantar una villa de lujo sin nada que envidiar al Berghof de Hitler o al Obersalzberg. Noticia Relacionada Ocurridos en 1944 estandar Si Berlín rememora los bombardeos americanos Rosalía SánchezLa villa albergó, durante un tiempo, el tórrido romance que mantuvo con la actriz Lida Baarova, por la que estuvo a punto de renunciar a su cargo. Finalmente, Goebbels apostó por Magda y la casa de Bogensee se convirtió en la residencia familiar de los fines de semana y vacaciones y donde Goebbels celebraba fiestas a las que invitaba a los famosos del cine y los medios de comunicación del momento.La villa fue construida en forma de U, con una gran zona de entrada en el centro, que se caracteriza por un frontón alto en el que está escrita la palabra ‘Bogensee’. Todas las puertas están hoy cerradas con llave, para evitar las visitas de los múltiples curiosos, y sólo unas pocas ventanas de vidrio sin barreras permiten ver el interior. El edificio principal cuenta con 30 habitaciones, un gran vestíbulo, biblioteca, salón, estudio y comedor, además de una sala de proyección de películas. Un lujo especial de la casa son las ventanas retráctiles, que dan a la terraza del lago y que fueron toda una novedad en su día. Las baldosas del suelo y las ventanas están intactas, se han conservado los paneles de madera del estudio . La residencia era tan cómoda que la familia se instaló allí como vivienda princial entre 1943 y 1945.Ejército soviéticoCuando los bombardeos comenzaron a afectar a la capital del III Reich, al final de la II Guerra Mundial, Goebbels evitaba el trasaldo al Ministerio y el edificio se utilizó para sus asuntos oficiales. Tras la derrota nazi, el ejército soviético ocupó brevemente el lugar. Y en 1946, la FDJ utilizó el edificio como colegio juvenil, antes de que en los años 50 se construyera en las inmediaciones un nuevo complejo de edificios con espacios comunitarios y dormitorios. El complejo, también conocido en los años 50 como el ‘Monasterio Rojo’, incluía un auditorio con 600 plazas, dos comedores y varios edificios de viviendas. En los casi cuarenta años de su existencia, el centro despidió alrededor de 15.000 graduados y 4.300 jóvenes visitantes procedentes de todo el mundo comunista que eran invitados aquí a colonias. Lago de la Villa Bogensee WikimediaAislados en el bosque, los «luchadores por la liberación de izquierda» se formaban en las enseñanzas de Marx y Lenin y disfrutaban de un equipamiento privilegiado que pretendía ofrecer una imagen elevada del estándar de vida de la RDA. Allí fue instalado, por ejemplo, uno de los primeros sistemas de interpretación simultánea del mundo. Las habitaciones de los estudiantes estaban dotados de teléfono, otro lujo para la época, aunque sus llamadas eran por supuesto escuchadas por la inteligencia de la RDA. En 1981, al complejo se sumó el centro gráfico internacional, a cuya inauguración acudió nada menos que Erich Honecker.La propiedad en su conjunto todavía pertenece a la ciudad de Berlín, que carece de planes para ella. Lo cierto es que, desde que entró en desuso, no han faltado las ofertas de compra. Incluso hay una iniciativa de los vecinos para revivir todo el lugar. La arquitecta local Andra Schumann ha organizado allí actividaes culturales, un festival veraniego, y le quitaban las entradas de las manos. Intentó alquilar el edificio a más largo plazo a Berliner Immobilien Management GmbH (BIM), que en nombre del Estado federado de Berlín gestiona edificios de fama mundial como la Puerta de Brandeburgo o el Ayuntamiento Rojo. Pero el Senado de Berlín quiere evitar que termine convertido en un lugar de peregrinación para grupos extremistas de derecha camuflados y alega además problemas financieros. «Se nos presentaron ideas realmente buenas. Pero cuando se trata de cómo financiar la renovación, nadie ha podido convencernos», dice la directora general de BIM, Birgit Möhring, que preferiría que Brandemburgo se hiciera con la propiedad por el precio simbólico de 1 euro. La demolición, también sobre la mesa, costaría 50 millones de euros.
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