Con la elección de Dolors Montserrat como candidata del Partido Popular ya tenemos la nómina completa de candidatos para las elecciones europeas. Unos comicios que, con los candidatos designados por los principales partidos, van a operar como una segunda vuelta de las elecciones generales. Y esto es más peligroso ahora mismo para el PP que para el PSOE. El peligro de las expectativas incumplidas opera con fuerza. Además, por muy malo que fuese el resultado para el PSOE no habrá automatismo que aborte el mandato de Sánchez. En este caso las europeas serían una gota que colme un vaso que habría de llenarse en el escenario postelectoral catalán. Combinar el buen resultado que va a lograr Salvador Illa con el riesgo de agraviar a Carles Puigdemont es el mayor riesgo que tiene el presidente del Gobierno a corto plazo.Pero además, ¿será tan malo el resultado del PSOE? Desde luego los socialistas parten en desventaja con unas elecciones de menor participación y propicias para el castigo al Gobierno. Un electorado que votó en las generales contra la derecha pero que no tiene los mismos incentivos para hacerlo ahora. Pero cuidado. Quienes están al tanto de las corrientes de fondo de la demoscopia alertan de que una elección entre el presidente del Gobierno y el líder de la oposición no traerá consigo una victoria del PP tan abultada como la esperada. Y como la que se necesitaría para venderse como censura al Gobierno.Noticia Relacionada estandar Si Un PSC desubicado inicia la campaña condicionado por los planes de Sánchez Àlex GubernLos comicios europeos van a configurarse como las elecciones más bipartidistas en una década. Desde que precisamente hace diez años unas elecciones europeas trajeron a la política española a Podemos y Ciudadanos, todas las citas con las urnas han tenido algún ingrediente que diluía la competición PSOE-PP.elecciones_correo_0679 Elecciones por correo ABC te ofrece la jornada de la campaña electoral catalana en 5 minutos NoY es en ese marco en el que hay que entender el movimiento de Sánchez con su carta y su no renuncia. No se ha jugado en la clave de las elecciones catalanas. Es cierto que si una campaña catalana se «españoliza», las perspectivas son buenas para los partidos nacionales, porque puede sacar a votar a un elector que no vota en autonómicas. El auge de Ciudadanos en 2015 y 2017 se explica fundamentalmente por eso. Pero el PSC no necesita experimentos. Sánchez sí. Reactivar el mensaje de la ultraderecha, aglutinar todo el voto a su izquierda y el de los independentistas. El presidente del Gobierno ha activado el botón para aspirar sus bases electorales adyacentes y competir contra el esperado crecimiento del PP.
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