A las pocas horas de que Israel ordenara evacuar el este de Rafah, Ismael Haniye comunicó a los mediadores de Qatar y Egipto que el grupo islamista acepta la propuesta de alto el fuego discutida en El Cairo durante el fin de semana. La primera reacción de Israel, que no envió ninguna delegación a la capital egipcia, fue negativa y fuentes oficiales citadas por medios locales dijeron que la propuesta aceptada por Hamás no es la misma que ellos habían presentado. A la espera de clarificar la diferencia entre los puntos de las propuestas, el ministro de Seguridad Nacional israelí, Itamar Ben Gvir , dijo que todo es un «truco» del enemigo. El político ultranacionalista sionistas declaró que «la única respuesta posible a los juegos de Hamás es la orden inmediata de conquistar Rafah, aumentar la presión militar y continuar combatiendo hasta derrotar al enemigo». La cadena Al Yazira, prohibida por Israel , dio la exclusiva de la respuesta de Hamás y detalló que, según la propuesta aceptada por los islamistas, el acuerdo incluye tres etapas de 42 días cada una. En la segunda de ellas se recoge el cese de las operaciones militares de forma permanente y un texto para romper completamente el bloqueo a Gaza en la tercera fase. Estos dos puntos nunca los ha aceptado Israel. Noticia Relacionada estandar No El avispero de Rafah: el paso fronterizo que quintuplica su población y ha pasado de zona segura a asediada d.s La pelota está ahora en el tejado de Benjamin Netanyahu , que se enfrenta a la presión del sector radical de su gabinete, que exige invadir Rafah o amenaza con retirarle el apoyo, y las familias de los cautivos, que salieron a la calle de manera inmediata para pedirle que acepte la decisión de Hamás. Estas situaciones de confusión no son nuevas y se han vivido en conflictos anteriores. El periodista Tzvi Joffre, del diario ‘The Jerusalem Post’, recordó que «en el pasado Israel y Hamás acordaron ceses del fuego y al mismo tiempo hicieron afirmaciones contradictorias sobre los términos aceptados y que, en cualquier caso, nunca se hacen públicos. En teoría, podrían volver a hacer lo mismo si los mediadores y ambas partes estuvieran dispuestas a recuperar la tranquilidad». La diferencia en este caso es Rafah, porque un acuerdo de tregua supondría la suspensión de una operación que parece en marcha. La respuesta positiva de Hamás reactivó la esperanza de un alto el fuego que no se vive en la Franja desde noviembreLa respuesta positiva de Hamás reactivó la esperanza de un alto el fuego que no se vive en la Franja desde noviembre y llegó al final de una jornada cargada de desesperación tras la orden de evacuación del este de Rafah, la más cercana a la verja de separación. Decenas de miles de palestinos recogieron sus pocas pertenencias y se pusieron a caminar rumbo a Al Mawasi y Jan Yunis, las «zonas humanitarias» designadas por el Ejército. Allí les esperan, en el mejor de los casos, tiendas de campaña en campos levantados contra el reloj con apenas servicios básicos para atender sus necesidades. Preocupación de BidenLa mayoría de estos civiles desanda un camino que realizó hace meses huyendo de las bombas, entonces les dijeron que Rafah era un lugar seguro, ahora ha dejado de serlo. Joe Biden mostró a Netanyahu por teléfono una vez más su «preocupación» ante la operación, pero quien tiene la última palabra es el primer ministro israelí como se demuestra una y otra vez desde el 7 de octubre. Nabil Awad, de 36 años, es un trabajador de World Central Kitchen (WCK), la organización del chef español José Andrés, y está muy nervioso porque «no sabemos qué hacer. Tengo aquí a mi familia y mi trabajo, no tenemos información sobre el lugar al que nos ordenan ir, no sabemos nada de nada. A veces pienso que es mejor quedarnos y arriesgarnos a que nos maten, como han hecho ya con miles de gazatíes, que salir sin saber a dónde ir». Los mismos nervios comparte Abed Al Sami Bardawil, de 57 años, porque «somos unas setenta personas entre todos los familiares, para movernos necesito un camión y no tenemos dinero para transporte. ¿A dónde iremos? En Khan Younis no hay un metro cuadrado libre. Estamos recogiendo las cosas, pero no hemos tomado una decisión, nos espera una larga noche de preocupación». La zona este de Rafah ha sido atacada en numerosas ocasiones por artillería y aviación. El ejército planea una operación de «alcance limitado» para la que estima necesita que salgan unas 100.000 personas , detalló un portavoz militar. Esto significa que los israelíes plantean una operación por fases y en este primer paso dibujan una invasión a pequeña escala en las zonas delimitadas. En Rafah se refugian más de 1,3 millones de civiles y entre ellos operan cuatro batallones de Hamás, que hasta ahora apenas han entrado en combate. Israel considera que este paso adelante es la única solución para acabar con su enemigo, cazar a los cerebros del ataque del 7 de octubre y liberar a los más de cien cautivos que siguen en poder de los grupos palestinos. El principal obstáculo en las conversaciones es la duración del alto el fuego. Hamás exige que sea permanente y Netanyahu sólo acepta una pausa temporalHamas e Israel se culparon mutuamente durante la jornada del fracaso de la negociación para un alto el fuego. El principal obstáculo en las conversaciones es la duración del alto el fuego. Hamás exige que sea permanente y Netanyahu sólo acepta una pausa temporal para lograr liberar a los suyos y luego poder seguir con la guerra. Desde el Estado judío culparon al enemigo de sabotear el proceso con el ataque con cohetes contra posiciones militares próximas al paso fronterizo de Kerem Shalom, cerca de Rafah, que dejó cuatro muertos. Este es uno de los pasos de entrada de ayuda humanitaria a Gaza e Israel lo cerró tras lo sucedido. Mensajes de advertenciaEl primer movimiento de Israel en Rafah provocó mensajes de advertencia inmediatos. A Egipto le preocupa la seguridad de su frontera y dijo que un ataque israelí crearía «peligros humanitarios extremos». Unicef confirmó este riesgo y su portavoz, James Elder , señaló que el plan es «horrendo» porque «no hay ningún lugar a dónde ir. Esta idea de ‘zonas seguras’, que se planteó por primera vez en noviembre, ignora por completo el hecho de que una zona segura (no se trata sólo de no bombardearla, aunque sí se bombardean zonas seguras) se trata de garantizar que las personas tengan acceso al agua, a los servicios sanitarios y a los alimentos». Desde Save The Children apuntaron que «esperábamos que este día nunca llegara», en palabras de Inger Ashing, directora ejecutiva de la organización, quien recordó que en Rafah hay unos 600.000 niños y que esta operación militar «afectará gravemente a la respuesta de ayuda humanitaria a Gaza».
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