Tras dedicarse los últimos meses a prepararse en cuerpo y alma para el puesto de comisaria europea, la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera , afrontó este miércoles un examen previo al que encarará en Bruselas. Veintidós días después de la tragedia por las riadas como consecuencia de la depresión aislada a niveles altos (DANA) en la provincia de Valencia el 29 de octubre, que dejaron más de doscientos muertos, ofreció explicaciones en las Cortes Generales.Su departamento, el de Transición Ecológica, es vital para prevenir y combatir los efectos del cambio climático. Por eso, la oposición cuestiona su labor anterior a la gota fría que azotó el litoral mediterráneo, dejando un rastro de destrucción en el sudeste peninsular. El PP y Vox, durante los debates, la acusaron de estar «desaparecida» y «escondida», a expensas de su previsible nombramiento como vicepresidenta de la Comisión Europea, la semana que viene. Pero también Teresa Jordà (ERC) y Pilar Calvo (Junts) le echaron en cara la tardanza en comparecer.Solo el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, que expondrá la gestión de su Gobierno la próxima semana en el Congreso, se demorará más. Este miércoles, tras la presión del PP en el Parlamento Europeo para intentar frustrar su nombramiento en la Comisión Europea, la todavía vicepresidenta y ministra multiplicó su exposición. De las últimas nueve sesiones de control, solo ha participado en dos. Un descenso de actividad significativo desde que en junio fue la cabeza de cartel del PSOE en las elecciones comunitarias y que choca con el frenesí de este miércoles: preguntas de Miguel Tellado y César Sánchez Pérez, ambos del PP, debate monográfico en la Cámara Baja y discusión en el Senado.Noticia Relacionada estandar Si El PP acusa a la vicepresidenta de ocultar información y de «esconderse cuando su país más la necesitaba» Emilio V. Escudero«Voy a intentar ser breve para poder repetir estas explicaciones en sesión de tarde», dijo en su conclusión en el Congreso, cerca de las tres y media de la tarde, tras una comparecencia cercana a las cuatro horas. Pero ni en la sesión de control , ni en la Cámara Baja ni en el Senado, donde retomó su rendición de cuentas a partir de las seis, contestó Ribera a una cuestión que le lanzaron permanentemente PP y Vox. «¿Piensa dimitir si es imputada por la DANA para no arrastrar a la comisión y a la presidenta Ursula von der Leyen?», preguntó hasta dos veces la popular Ester Muñoz, muy aplaudida por su bancada. Tanto el PP como Vox dejaron caer que su inacción puede acarrearle consecuencias «judiciales».Un silencio estruendosoNada. La vicepresidenta respondió con un silencio estruendoso. Ese mismo que según Àgueda Micó, diputada de Compromís, se escucha mucho más que los gritos del Parlamento. Claro que ella, valenciana y muy de izquierdas, se quejaba de la falta de autocrítica del PP por la supuesta negligencia del presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón , por no haber enviado alertas a la población civil hasta doce horas después de los primeros avisos del peligro que se aproximaba.Ribera empleó un tono académico, propio del mundo científico, y cargó el zurrón de los argumentos de tecnicismos como si la jerga especializada fuese sinónimo de victoria dialéctica. Pero poco dijo, casi nada más bien, de los ataques sistemáticos de PP y Vox a su candidatura a comisaria europea, que pusieron en tela de juicio por su incapacidad de prevención y actuación, en su opinión, para haber anticipado el tremendo impacto de la DANA.La ministra remarca que otras administraciones tomaron medidas preventivas y cancelaron su agenda del día trágico«De poco sirve tener toda la información si quien debe responder no sabe cómo hacerlo», dijo Ribera en el Congreso, en una poco disimulada crítica al Gobierno valenciano, tras haber negado que existiese «un apagón informativo», como aseguró Mazón, de los avisos de la Confederación Hidrográfica del Júcar a la Protección Civil de Valencia. Es más, afirmó que en la reunión del Cecopi (el Centro de Coordinación de Emergencias autonómico), «la pantalla pasó a negro» entre las seis y las siete de la tarde de aquel día, impidiendo la participación telemática de la Aemet, la Confederación Hidrográfica del Júcar y la Delegación del Gobierno. Lo que sí admitió es que la adecuación del barranco del Poyo habría servido para mitigar la catastrófica gota fría, pero también de esto se sacudió toda responsabilidad.La titular de Transición Ecológica recordó que en 2011, cuando era secretaria de Estado en el último Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, ella misma firmó la declaración de impacto ambiental para acometer las obras destinadas a reducir el riesgo de inundaciones en las ramblas del Poyo. En 2017, con el Ejecutivo de Mariano Rajoy, «caducó». «Ha reconocido que no adecuar el barranco del Poyo ha sido determinante. Sabe que eso es importante desde 2011 y ha sido ministra los últimos seis años. Saque sus propias conclusiones», clamó Muñoz.’Espere un poco más’Según Ribera, la propia Generalitat Valenciana pidió más tiempo en marzo y junio de este año para estudiar el impacto paisajístico en barrancos de la cuenca del Júcar antes de empezar con las obras de adecuación. «Recibimos un ‘espere un poco más’ por parte de la autoridad autonómica», aseveró la vicepresidenta, de nuevo, dejando la pelota en el tejado del Ejecutivo regional. Cada uno, alegó, debe conocer cuáles son sus «responsabilidades».«Está incapacitada para ser comisaria europea. Su fanatismo climático ha matado a más de doscientos españoles», dijo José María Figaredo, de Vox, lo que sirvió a la ministra para decirles a él y a Muñoz, que había hablado de «dogmatismo climático», que de nada sirven las posturas «negacionistas»: «Les invito a trabajar juntos en la respuesta al cambio climático y a no perder ni un minuto minando la credibilidad de la ciencia».Vicepresidenta del Gobierno Teresa Ribera «Nunca hubo apagón informativo (…). Los sistemas de alerta temprana salvan vidas» Diputada del PP Ester Muñoz «Ha reconocido que no adecuar el barranco del Poyo ha sido determinante. Ha sido ministra seis años» Secretario general del Grupo Vox José María Figaredo «Está incapacitada. Su fanatismo climático ha matado a más de doscientos españoles»La vicepresidenta, que calcó su discurso en el Senado, subrayó que la Universidad de Valencia, la Diputación provincial y 62 ayuntamientos sí tomaron medidas preventivas y que la delegada del Gobierno sí canceló su agenda «desde el minuto cero»: «Los sistemas de alerta temprana salvan vidas».
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