Una incierta iniciativa legislativa para intentar aprobar en las próximas semanas un impuesto a las empresas energéticas ha permitido al Gobierno sacar adelante el paquete de medidas fiscales que necesitaba, ya no solo para meter más ingresos en caja y dar carrete a la actual legislatura sino para salvar los compromisos adquiridos con Bruselas tanto en el plan de ajuste fiscal del Reino de España como en el Plan de Recuperación. El Ejecutivo ha convencido finalmente a Podemos , la formación que más se ha hecho de rogar a la hora de dar su apoyo a la iniciativa, con la misma maniobra que le sirvió para salvar el impuesto a la banca de las abstenciones de ERC, Bildu y BNG: la promesa de un futuro impuesto a las energéticas del que Junts y PNV siguen recelando.El éxito parlamentario del Gobierno no ha sido completo . Respecto a la votación celebrada el pasado lunes, que rechazó alguna de las medidas más emblemáticas del paquete fiscal del Gobierno, ha conseguido rescatar el impuesto de la banca, que se aprobará además en la versión endurecida que pedía Sumar, con un tipo incrementado que se cargará sobre CaixaBank, Santander y BBVA; pero no la subida fiscal al diésel para equiparar su imposición a la de la gasolina, un compromiso recogido de forma expresa en el Plan de Recuperación, con una aportación recaudatoria significativa y que probablemente era la única subida fiscal de todas las que planteadas en este paquete que la Comisión Europea le ha venido exigiendo a España en los últimos años.Freno al golpe fiscal a socimis y sanidad privadaTampoco han prosperado otras medidas que el PSOE había pactado con Sumar y que habían generado un tremendo revuelo político en los últimos días . No saldrá adelante, por ejemplo, el golpe fiscal que se quería asestar a los seguros sanitarios privados mediante la eliminación de la exención en el Impuesto sobre Primas de Seguro de la que disfrutan en la actualidad los seguros de salud y enfermedad y que les exponía a empezar a pagar un tipo del 8% a partir del 1 de enero. No saldrá adelante, asimismo, el endurecimiento de la fiscalidad de la socimis impulsada por Sumar, que básicamente planteaba remover las ventajas fiscales que son la razón de ser del sector y que había provocado una airada reacción del sector, con las dos mayores empresas del sector, Colonial y Merlin, amenazando con trasladar su sede a otro país si el cambio regulatorio llegara a prosperar.Tres nuevos impuestos y dos subidasLa ‘minirreforma fiscal’ que el Gobierno ha conseguido colar finalmente aprovechando la transposición de la directiva del impuesto europeo a las multinacionales se saldará, por tanto, con tres nuevos impuestos ( el ya previsto a las multinacionales, a la banca y a los líquidos que se utilizan en cigarrillos electrónicos y vapeadores; dos subidas fiscales en el impuesto especial del tabaco y en el tramo del ahorro del IRPF; el apuntalamiento al menos provisional de unos 3.700 millones de euros de ingresos en el Impuesto de Sociedades , a costa de los grandes empresas y grupos empresariales; y un puñado de rebajas fiscales de diferente entidad a empresas de reducido tamaño, cooperativas, artistas y clubes deportivos no profesionales.Un combo que según estimaciones realizadas a partir de las estadísticas oficiales asegurará unos 5.000 millones de ingresos en 2025 , pero que a efectos del plan de ajuste fiscal que debe afrontar el Reino de España en los próximos siete años solo garantiza de manera estructural unos 1.000 millones de euros de nuevos ingresos, cuando el compromiso del Gobierno es sumar al menos 4.500 millones.Ese brecha se explica, por una parte, por los 2.500 millones de euros asociados a la reinstauración del decreto Montoro tumbado por el Tribunal Constitucional el pasado enero, un puñado de ajustes técnicos en el Impuesto de Sociedades al que las asesorías fiscales de las empresas del Ibex se refieren como la mayor subida fiscal a las empresas realizada nunca en España y cuya permanencia en el tiempo está amenazada por las causas judiciales que están abiertas ya no contra la forma en que se aprobaron en su día sino contra la legalidad de sus cuestiones de fondo. También por la prórroga de la limitación al 50% de la imputación de pérdidas de las filiales a la hora de construir la base imponible, que es una medida transitoria que aporta en torno a 1.200 millones a las arcas públicas. Hay dudas también sobre la permanencia en el tiempo del impuesto a la banca.Como ingresos con los que se puede contar a futuro de manera estructural aparecen los en torno a 700 millones de euros la subida del impuesto especial al tabaco, los 150 millones de euros que se pueden esperar del nuevo impuesto sobre los vapeadores, según las proyecciones realizadas en su día por Sanidad; y los 150 millones de euros que se pueden sacar de la subida al 30% del tipo de IRPF del ahorro a las ganancias que superen los 300.000 euros, a la luz de subidas anteriores.
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