Tiene algo la Copa Davis que no tiene ningún otro torneo. Algo que hace que los tenistas ni miren el ranking ni teman los nombres de quienes están al otro lado de la red. Se mueve en el Martín Carpena una energía que no es solo la tenística, que es más emocional, sobre todo después de haber pasado un adiós como el de Rafael Nadal, y que mueve a los tenistas que se plantan en la pista. Es lo único que parece responder a que Países Bajos supere a la España de Nadal y Alcaraz , o que Australia consiga pasar a semifinales tras batir a los Estados Unidos de Taylor Fritz, finalista reciente en la Copa de Maestros.Es lo único que explica también que Francisco Cerúndolo ponga la sorpresa en la eliminatoria contra Italia. La Italia de Jannik Sinner, el líder del tenis actual con una galaxia de distancia sobre los demás. Pero no está el de San Cándido para emotividades, está para ganar cada partido en el que se presenta. E impulsar a su país, de paso, con el único objetivo de retener la Ensaladera.Sufre, aunque se le note poco, en el banquillo al ver a Lorenzo Musetti sin fuerzas ante Cerúndolo. Sufre mucho menos con la raqueta en la mano: ante Báez aprieta el puño y la eliminatoria con un contundente 6-2 y 6-1. Sinner no tiembla, Sinner ejecuta. Sinner lo quiere todo, sin compasión ni demora.Ni cansancio, pues levantó la mano para jugar también el dobles, con Matteo Berrettini , repescado a última hora por la baja de Cobolli. Fueron un muro, derechas potentísimas ambos, pero Argentina también levantó una muralla para pelear cada golpe impregnados con toda la pasión de dos gradas de sangre caliente.A Berrettini lo han lastrado muchísimo las lesiones. Pero tiene un tenis espectacular que multiplica sus prestaciones en dobles porque sufre menos en los desplazamientos. Duro, ágil en la red, certero, concentrado. Fue el líder de un partido en el que, en caso de sus pocos errores, contaba con el inexpugnable Sinner para cerrar huecos y agotar la paciencia de la dupla argentina.Comprometidos en cada golpe, guerreros en la defensa, González y Molteni se compenetraron a la perfección, mostrando un tenis brillante y rápido y eficaz y estupendos a la hora de juntarse, de separarse, de cruzarse. Un partido con el que podrían haber ganado a muchísimas parejas de dobles, pero que tuvieron la mala suerte de encontrarse con el mejor Berrettini de hace mucho tiempo y con el Sinner impoluto de también hace mucho tiempo.Marcan el paso de Italia en esta Copa Davis, incluidos entre los cuatro mejores países del torneo y con la intención de levantar la segunda Ensaladera consecutiva. Sinner lo quiere todo, individual o por equipos. Este viernes, Países Bajos – Alemania, a partir de las 17.00 horas; y la segunda semifinal, Italia – Australia, el sábado 23 a partir de las 13.00 horas.
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