De aquellos polvos estos lodos, reza el dicho. Tres semanas después de que la ola de un tsunami marrón arrasara con todo lo que encontró a su paso en decenas de pueblos de Valencia , el mismo semblante terroso y posbélico todavía se aprecia en las calles de Paiporta, Picanya, Alfafar y otros tantos municipios golpeados por la DANA del 29 de octubre. Vecinos que buscan comida, voluntarios que la ofrecen y siguen limpiando, pero sobre todo, operarios que «curran a destajo». A los uniformes policiales, militares y de bomberos, se les ha sumado una suerte de serpiente multicolor formada por centenares de camiones de extracción de barro del alcantarillado . Llegan de numerosas partes de España, incluso de Marruecos, Francia o Portugal. Están por todos lados y sobre ellos recae en estos momentos dar solución a la mayor preocupación de técnicos y dirigentes sobre el terreno: desobstruir la colapsada red de saneamiento. D. MAROTO«En cada pozo hay un camión y aún así esto va para muchos meses» , confiesa a ABC el gerente de Desatranques Jaén, Jesús Sonera. Su escuadrón forma parte del nutrido batallón de ‘chuponas’ que tratan de limpiar el alcantarillado de Paiporta, que se encuentra afectado al 97% de su longitud. De hecho, el colector de la comarca de l’Horta Sud, con 591 kilómetros, tiene comprometidos 302, más de la mitad, lo que supone una distancia de tuberías dañadas que podría unir Valencia y Barcelona. Ante esta alarmante situación, cada día se revisan manualmente las 6.000 trampillas de los pueblos al sur de la capital del Turia. «Aquí hay millones de metros cúbicos de lodo» , pronostica el desatascador.Se trata así de una carrera contrarreloj, pues en la mayoría de las cañerías el barro se ha solidificado y ha formado un tapón que dificulta la circulación del agua. Así, el arrastre de una enorme cantidad de lodo y vegetales, además de restos fecales y, con el tiempo, de materiales de descomposición de cadáveres animales, puede conducir a una situación de riesgo de aparición de enfermedades infecciosas a consecuencia del colapso de infraestructuras higiénico-sanitarias, según explica Santiago Mas-Coma, catedrático emérito de Parasitología de la Universidad de Valencia y coordinador de Naciones Unidas en la Unidad de Parasitología Sanitaria. Para evitar tal escenario, el Gobierno valenciano ha trazado un plan para extraer la ingente cantidad de lodo que permanece en el alcantarillado y alejarla de los núcleos urbanos. Un total de 145 camiones de extracción de sedimentos trabajan bajo el mismo modus operandi: primero llenan sus depósitos y después descargan en dos campas impermeabilizadas para evitar la contaminación subterránea que ha habilitado la Conselleria de Medio Ambiente como puntos finales de tratamiento en las localidades de Manises y Picassent. En estas canteras se llevará a cabo un pretratamiento con cal o lejía para que la materia orgánica quede inerte antes de que, una vez seca, se pueda enviar definitivamente a los vertederos. Sin embargo, fuentes de este departamento señalan que por el momento simplemente se está almacenando y que todavía no han comenzado los trabajos de decantación.Según los cálculos que maneja Sonera, en Valencia hay hasta 800 kilómetros de desagüe atascado . Un objetivo, limpiarlos, que se antoja hercúleo pero que explica con suma facilidad: «Metemos en la alcantarilla una manguera de alta presión a 250 bares que descarga 300 litros por minuto. Remueve, deshace y chupa los sedimentos hasta que llenamos el camión». Sus vehículos, que algunos vecinos fotografían por su popularidad en redes sociales, tienen una capacidad para 18.000 litros de lodo y pueden portar hasta 10.000 litros de agua limpia. « Cuando acabemos en Paiporta nos iremos a otro pueblo , sólo queremos ayudar», asevera. A las canteras donde se depositan los sedimentos llegan diariamente 400 ‘chuponas’, que realizan varios viajes para tratar de alejar de los municipios la mayor cantidad de fango posible. De hecho, para la extracción de residuos, lodos y vehículos en general, se han dispuesto puntos de acopio temporal en Aldaia, Sedaví, Algemesí, Guadassuar y Alcudia, cuya media de retirada ya supera cada jornada las 15.000 toneladas. d. marotoPero la cantidad de barro es tan grande que no solo se deposita en las campas, sino que los camiones movilizados a Valencia también lo arrojan en barrancos y en la desembocadura del río Turia . En Paiporta, José (Murcia) coloca su camión enfocado al cauce y defiende que «lo tira donde le han dicho». Una medida que adoptaron el Ejecutivo central y el Gobierno valenciano presidido por Carlos Mazón con el objetivo de facilitar las labores de limpieza y reconstrucción, en la medida que los análisis confirmaron su inocuidad, puesto que mayoritariamente se trata de tierras y arenas arrastradas por la corriente. No obstante, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) estudiará el impacto de los fangos vertidos en la Rambla del Poyo y su posible transferencia contaminante al Parque Natural de la Albufera. Los posibles agentes patógenos A este análisis se sumará en paralelo el que lleva a cabo la Unidad de Parasitología Sanitaria de la Universitat de Valencia, el Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias y el Instituto de Salud Carlos III de Madrid, centrado en detectar agentes patógenos de transmisión directa y alta facilidad de infección , con especial énfasis en agentes de infección directa o índole zoonótica, incluyendo estudios comparativos entre zonas inundadas y otras aledañas no afectadas. Actualmente, según apuntan sus investigadores, la obturación del alcantarillado, la saturación de aguas residuales, la contaminación de tuberías de agua potable, el contacto personal directo con el lodazal, la aspiración de aire húmedo de locales cerrados como garajes totalmente inundados, y la insuficiencia de productos de limpieza y desinfección puede derivar en epidemias.Por su parte, la Diputación de Valencia inició la limpieza de más de 660 sótanos y garajes en Albal, Catarroja, Alfafar, Massanassa, Paiporta, Picanya, Benetússer y Sedaví, sin olvidar la retirada de lodos acumulados en bajos y huecos de ascensor, todos los trabajos supervisados por los efectivos del Consorcio Provincial de Bomberos. En el caso de achiques de agua y aspiración de barros muy acuosos, los vierten a la red con la suficiente cantidad de agua para su paso fluido y sin obstrucciones y, en cuanto a sedimentos más sólidos y voluminosos, son retirados mediante bombas de lodo a camiones cisterna y trasladados a los puntos de recogida establecidos por los ayuntamientos.
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