La nueva Comisión empieza una legislatura marcada por la derecha radical

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La nueva Comisión empieza una legislatura marcada por la derecha radical

El Pleno del Parlamento Europeo tiene previsto confirmar hoy a mediodía la composición de la nueva Comisión que ejercerá como ejecutivo comunitario durante los próximos cinco años. La gran novedad es la presencia de varios comisarios procedentes de familias políticas de la derecha más radical, que por un lado reflejan la creciente influencia de estas fuerzas en casi todos los países miembros y por otro marcarán sin duda el devenir de la legislatura, en la que se prevé que van a tener una influencia creciente. La coalición tradicional de fuerzas proeuropeas, formada por populares (PPE), socialistas (S&D) y liberales (Renew), va a votar a favor, como es tradicional. Lo que es nuevo es que también van a votar los diputados húngaros de Fidesz , el principal partido del grupo de los Patriotas, y los Conservadores y Reformistas (ECR) que abandera la italiana Giorgia Meloni. Es posible incluso que esta sea una de las Comisiones con más apoyos de la historia, porque por distintas razones se ha formado una alianza espontánea tan amplia que va desde los verdes (una parte de los ecologistas va a votar a favor) hasta bien entrada la zona de la ultraderecha, con la que habitualmente nadie quiere tener relaciones amistosas.En julio, la presidenta de la Comisión fue apoyada por una mayoría de 401 votos y uno de los principales ejes de los análisis del resultado de hoy será si la Comisión en su conjunto va a tener más o menos votos, porque hay quien piensa que si los diputados flaquean al aprobar al conjunto de los comisarios, eso podría desembocar en un mandato más personalista por parte de la alemana. Dentro de los principales grupos ya se sabe también que habrá discrepancias y que por ello el voto no será monolítico. Entre los populares, los diputados españoles probablemente votarán en contra o se abstendrán en protesta por la presencia en la institución de al ex ministra española Teresa Ribera, que será una importante vicepresidenta en Bruselas, y entre los socialistas los franceses, alemanes y belgas tampoco están de acuerdo con que se de el visto bueno a los comisarios italiano y húngaro, que consideran que deberían estar fuera de la vida política europea. Noticia Relacionada Desbloquean la negociación estandar Si Ribera y los candidatos de Meloni y Orbán serán vicepresidentes europeos tras desbloquear el acuerdo Enrique Serbeto | Corresponsal en BruselasLa jefa del grupo socialista, la española Iratxe García, explicó ayer que a pesar de esas opiniones divergentes «el grupo está más unido que nunca, comprometido con el programa de la Comisión y con la estabilidad de Europa» y desmintió los rumores que hablan de un ambiente tan tenso en el seno de los socialistas que habría derivado hasta las críticas abiertas a su gestión en las audiencias de los comisarios y que les lleva ahora a tener que aprobar una Comisión a pesar de la identidad política de alguno de sus miembros.Dilema para los socialistasLa socialista española se defendió diciendo que el grupo S&D «ha negociado con liberales y verdes, y con estos grupos va a seguir negociando mayorías parlamentarias y también entiendo la posición del PPE de colaborar con una fuerza con la que no tenemos ninguna negociación» en referencia a ECR. Es muy probable que toda la legislatura que empieza ahora esté marcada por este dilema al que los socialistas han tenido que someterse para salvar la candidatura de Teresa Ribera porque la realidad es que esas fuerzas políticas existen y reciben un apoyo relevante por parte de los ciudadanos europeos. Ahora mismo ya hay varios países gobernados por fuerzas que los socialistas y la izquierda en general estiman que no merecen ser consideradas como aceptables. No es solo Italia o Hungría, es también Eslovaquia, Holanda, en Austria son el primer partido, en Rumanía han dado la sorpresa en la primera vuelta de las elecciones presidenciales y en Francia solo fueron superados en la segunda vuelta de las legislativas por una heteróclita coalición de extrema izquierda pero tienen la llave de la estabilidad del Gobierno. En el Parlamento Europeo, más a la derecha del PPE, hay ahora mismo tres grupos distintos que podrían sumar 189 escaños, muchos más que los 136 que tienen los socialistas y sin embargo estos últimos van a dedicar toda la actividad parlamentaria a intentar demostrar que los ignoran y que no pactan con ellos, a pesar de que hoy van a compartir con buena parte de ellos el apoyo a la Comisión en el voto más importante de la legislatura. Los populares tampoco se sienten cómodos con los grupos populistas radicales precisamente porque una parte de los apoyos que reciben en los países miembros procede de las filas de los populares. Hay partidos miembros del PPE, como los democristianos alemanes, que no desean ser vistos junto a estos partidos de extrema derecha por miedo a que ello les pueda generar un trasvase de votos hacia Alternativa para Alemania (AfD) en las elecciones anticipadas de febrero.

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