Sybil Road, una diminuta calle residencial de apenas 100 metros, ubicada a escasos tres minutos andando de Anfield, es una exposición al aire libre del Liverpool. En los frontales que dan inicio a las hileras de casas adosadas, tan características de esta zona de Inglaterra, hay varios murales de leyendas pasadas y presentes del equipo ‘red’. Uno de ellos es de Trent Alexander-Arnold, dibujado de espaldas, con el 66 en su camiseta y un mensaje directo: « Solo soy un chico normal de Liverpool cuyos sueños se hicieron realidad ».La obra fue pintada por el grafitero francés Ankse a petición de ‘The Anfield Wrap’, uno de los podcast más populares del club. Y ahí seguirá para siempre, incluso si el ojito derecho del Liverpool y de los aficionados se marcha el próximo verano, cuando expire su actual contrato, para fichar por el Real Madrid , que este miércoles precisamente visita Anfield, en un partido europeo de alto riesgo para los de Ancelotti.Trent Alexander-Arnold nació en octubre de 1998 en West Derby, un suburbio de gente humilde y trabajadora situado en el norte de la ciudad y con un regalo caído del cielo: Melwood, la histórica ciudad deportiva del Liverpool hasta 2020, año en el que se mudaron a una más moderna a las afueras. Allí pasaba Trent muchas tardes, y mañanas, de su infancia tras caminar la media milla de distancia que había desde su casa, para buscar uno de esos agujeros que habitualmente había entre las vallas que daban intimidad a los entrenamientos del primer equipo del Liverpool: «Algún día yo seré uno de ellos», se decía. No se equivocaba.Hermanos no celososTrent es el mediano de tres hermanos. Tyler, de 29 años, es el mayor y dirige PLG, la agencia de representación que lleva al capitán del Liverpool. Marcel, de 21, es el menor. Los tres jugaron al fútbol en el ya desaparecido Country Park FC de Croxteth, un barrio situado en las afueras, pero llegó un momento en el que Dianne, su madre, que se encargó de la crianza de sus tres hijos, tuvo que tomar una decisión muy complicada .Lo hizo cuando Ian Barrigan, jefe de reclutamiento de la Academia del Liverpool entre 1997 y 2022, descubrió a Trent en un campus de verano que organizaba el club ‘red’. Tenía seis años y un gen competitivo impropio de su edad, sobre todo si se le comparaba con tu timidez fuera del campo. Así que aunque era muy pronto, Dianne, Tyler y Marcel entendieron que había que echar todas las manzanas en el cesto de Trent. Acierto: «Mis hermanos han hecho muchos sacrificios por mí. Mis sueños eran más importantes que los de ellos, que no podían ir a jugar fútbol el sábado para que yo lo hiciera. Mi madre solo podía llevar a uno y ellos me eligieron a mí . Y nunca han sentido celos. Mis éxitos también son los suyos», explicó años atrás en una entrevista.El hijo y leyenda de Anfield Arriba, Alexander-Arnold junto a Gerrard, mítico capitán ‘red’. Abajo, su mural de Sylbil Road: «Un chico normal de Liverpool que cumplió sus sueños» y durante su estancia en la cantera del Liverpool ABCEste año, Trent ha cumplido 20 años en el Liverpool, club en el que ha jugado en todas sus categorías, con el que lo ha ganado todo y con el que siempre soñó ser su primer capitán. Una historia de cuento que tiene enamorada a su afición. Alexander-Arnold representa a esos niños de la ciudad que si tienen talento, trabajan duro y, además, cuentan con un poco de suerte, pueden llegar a ser jugadores del Liverpool: «Trent es la encarnación de lo que somos como club: esfuerzo, sacrificio, ambición y corazón. Un chaval de Liverpool que ha crecido en Anfield y ha dado todo por el club. Verlo levantarse desde la cantera hasta convertirse en uno de los mejores laterales del mundo nos llena de orgullo», explica a ABC Liam Robinson, el hijo del añorado Michael .El Liverpool cuidó a Trent hasta el mínimo detalle. A sus 14 años le sacó del St Mary’s College donde estudiaba para matricularle en la Rainhill High School, un colegio de pago al que acuden muchos de los jugadores de la cantera red: «Este club forma, primero, personas y, luego, futbolistas», presumen aquí en Anfield. No fue el colegio, sino su padre, un hombre de negocios, quién inculcó a Trent y a sus dos hermanos la pasión por el ajedrez. Pasión que compartió durante muchos años con Ben Woodburn, compañero suyo en la Academia y actual jugador del Salford City de la League Two.Su momento cima en el ajedrez llegó en 2018, cuando jugó contra Magnus Carlsen . Solo duró 17 movimientos, pero acabada la partida, el campeón mundial le consoló recordándole que, meses atrás, había vencido a Bill Gates en solo 9 movimientos, ocho menos que su derrota: «Se puede relacionar el fútbol con el ajedrez en términos de intentar pensar uno, dos o tres movimientos por delante del oponente y anticiparte a lo que harán», reflexiona.Trent, jugando contra el campeón mundial Carlsen una partida de ajedrez en 2018. Perdió en 17 movimientos ABCFutbolísticamente, Trent fue cumpliendo todas las metas que se le ponían por delante, cumpliendo la expectativas del club. Es cierto que en algunas etapas le hizo pasarse de frenada su falta de control a la hora de gestionar la frustración y la ira cuando las cosas no salían como él quería, pero tuvo la inteligencia suficiente para enmendar ese parte negativa de su carácter y dirigirla hacia el buen camino. Buen camino al que también le condujo Steven Gerrard, su gran ídolo. En su autobiografía, el mito ‘red’ desvela como desde que le vio por primera vez ya le dijo al club que ahí había un futbolista de época y que había que mimarlo y cuidarlo: «Siempre quise ser como él», recuerda Trent. También en su labor social con el club y la ciudad. A menudo colabora con la ONG ‘An Hour for Others’, que ayuda a las familias más desfavorecidas de Liverpool con alimentos, ropa y juguetes.Trent llegó al primer equipo en 2016, justo un año después del adiós de Gerrard y fue Henderson, el capitán que levantó la sexta Champions del LIverpool (2019, en el Metropolitano) quien le hizo de cicerone y le convirtió en uno de los líderes del vestuario y en uno de los mejores ‘2’ del mundo: «Tiene potencial para ganar el Balón de Oro», dijo Cafú de él. Fue meses después de aquel 4-0 al Barça en las semifinales de Champions de 2019, en el que Alexander-Arnold se inventó aquel histórico córner que supuso el gol de Origi y la eliminación culé.El adiós de un hijo«La idea de que Trent pueda irse al Real Madrid, un competidor directo en Europa, es algo que nos cuesta mucho digerir a los aficionados del Liverpool. Es una parte fundamental de nuestra identidad. Sería como cuando un hijo se va de casa porque se le queda pequeña y quiere volar solo. Te alegras por él, entiendes que es un halago que el Madrid quiera a uno de los nuestros, pero duele. Y, encima, el ‘timing’ no es el mejor, justo tras la marcha de Klopp», cuenta Liam. Esa es la clave de todo. Alexander-Arnold siempre dio por hecho que sería un ‘one club man’, pero los cambios en la propiedad, el banquillo y la dirección deportiva del Liverpool hicieron que nadie se tomara en serio que en el verano de 2025 acaba su contrato. Cuando llamaron a su puerta, ya era algo tarde. El Madrid se les había adelantado. Bellingham también. Y, además, ya había ganado todo en Anfield. Demasiados y pesados argumentos. ¿Eso quiere decir que ya ha firmado por el club blanco? No, pero en estos momentos está bastante más cerca de mudarse a la capital de España que de estampar un nuevo contrato con el Liverpool. Lo que sí es imposible es que esto vaya a suceder en enero, a pesar de la necesidad del Madrid: «Él nos ha prometido que no ha tomado aún la decisión», dicen en el club inglés, esperanzados por un giro de guion. « Si acaba marchándose, nunca caminará solo », sentencia Liam.
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