Tres supervivientes de la tragedia del Chapecoense rememoran el accidente: «Soñé que iba a suceder»

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Tres supervivientes de la tragedia del Chapecoense rememoran el accidente: «Soñé que iba a suceder»

Cuando se cumplen ocho años de la tragedia del Chapecoense , el club brasileño de fútbol, cuyo avión se estrelló en el departamento colombiano de Antioquía mientras se dirigía a la final de la Copa Sudamericana 2016 para enfrentarse al Atlético Nacional, los tres futbolistas supervivientes han tomado la palabra para relatar su experiencia en ‘ The Players Tribune ‘.En el fatal accidente del 28 de noviembre de 2016 fallecieron 71 de las 77 personas que viajaban en el avión , excedido de peso y escaso de combustible. Alan Ruschel, Jackson Follman y Hélio Neto fueron los únicos futbolistas supervivientes junto al periodista Rafael Henzel y los miembros de la tripulación Ximena Suárez y Erwin Tumiri.En el octavo aniversario de los trágicos hechos, los futbolistas rememoraron lo sucedido y uno de ellos, Hélio Neto, dejó un estremecedor relato sobre cómo vivió el accidente , que acabó con el sueño de un modesto equipo que en pocos años había pasado de jugar en la cuarta categoría del fútbol brasileño a disputar una final de la Copa Sudamericana. O más bien cómo lo revivió, porque como confesó ante la cámara, había soñado con la tragedia antes de que esta se produjese. «Soñé que sucedería. Unos días antes de que partiéramos para la final de la Copa Sudamericana en Colombia, tuve una terrible pesadilla. Cuando desperté, le dije a mi esposa que había estado en un accidente de avión. Estaba en el avión por la noche y llovía mucho. Entonces el avión se apagó. Cayó del cielo. Pero de alguna manera pude levantarme de los escombros. Salí y estaba en una montaña por la noche. Todo estaba oscuro. Eso es todo lo que recordaba», relata en ‘ The Players Tribune ‘.Noticia Relacionada Fútbol estandar Si La desesperación de Guardiola Sergi Font La intensidad con la que vive los partidos le llevó a autolesionarse tras su racha negativa«El día del viaje a la final no pude sacar la pesadilla de mi mente. El sueño fue tan vívido. Estaba martillando en mi mente. Entonces le envié un mensaje a mi esposa desde el avión. Le dije que orara a Dios para que me protegiera de ese sueño. No quería creer que realmente iba a suceder. Pero le pedí que orara por mí», prosigue.El sueño o la premonición se acabó cumpliendo, convirtiéndose el fatídico viaje del Chapecoense en una de las mayores tragedias de la historia del fútbol . «Luego vi que todas las cosas del sueño sucedían realmente… El avión se apagó. La fuerza cayó por completo. Estaba completamente despierto… Y el avión cayó del cielo».Fueron las últimas imágenes que el viaje dejó en su mente, pues al recobrar la consciencia se encontraba ya en una habitación de hospital: «Vi que mi padre estaba sentado en la silla llorando. Todos los médicos entraron en la habitación. Mi madre y mi padre estaban ahí. Mi hermana. Un psicólogo. Pastor. Me dijeron que tenían algo que decirme». «Mi padre me dijo: ‘¿Recuerdas ese sueño que tuviste?’ Dije: ‘Por supuesto que recuerdo el sueño. Le dije a mi esposa. Estaba en el avión por la noche. Llovió mucho. El avión se apagó. Cayó. Podría levantarme de los escombros. Salí y estaba en una montaña por la noche. Todo estaba oscuro’», sigue su relato. «Algo extraño sucedió cuando comencé a hablar de mi sueño. El psicólogo salió llorando de la habitación. Mi madre estaba llorando. Y el médico dijo: ‘Bueno, no fue un sueño, Neto, fue realidad. El avión del Chapecoense se estrelló’. Ese fue uno de los momentos más duros de mi vida».«Me desperté entre árboles»A su sobrecogedor testimonio se unieron los de los otros dos futbolistas supervivientes, Alan Ruschel y Jakson Follman . Las palabras de este último resultan tan conmovedoras como las de Neto: «Todos se sentaron, nadie sabía lo que estaba pasando. Las personas de la tripulación no avisaron de nada hasta que pasó una azafata y nos dijo que nos sentáramos, que íbamos a aterrizar. Ahí dentro no podías hacer nada, no tenías hacia dónde correr… solo podías dejarlo en manos de Dios. Recuerdo que mucha gente empezó a rezar. Y después creo que sucedió porque no recuerdo nada más, me desperté entre los árboles y escuché a mucha gente sufriendo».

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