Horizonte 2027. Ese es, en extrema síntesis, el mensaje con el que Pedro Sánchez clausuró ayer en Sevilla el 41 Congreso Federal del PSOE, que le reeligió sin rival alguno con un 90% de apoyos y por cuarta vez como secretario general del partido. La primera fue hace justo una década, cuando sucedió a Alfredo Pérez Rubalcaba en 2014. Los delegados del cónclave ratificaron con el mismo nivel de apoyo a su Ejecutiva, un equipo de total continuidad con la vicepresidenta María Jesús Montero al frente de la misma en el cargo de vicesecretaria general al que llegó en 2022, y con Santos Cerdán como secretario de Organización , un claro respaldo a ambos tras el señalamiento de conductas corruptas realizado en los días previos al cónclave por el comisionista Víctor de Aldama.El final de su discurso, que culminó como es tradicional con el canto de La Internacional, con toda la nueva Ejecutiva puño en alto -un gesto que Felipe González dejó de hacer en su día-, Sánchez presumió de que su formación es «un partido de ganadores» y se fijó en consecuencia como «principal prioridad» ganar las elecciones generales, autonómicas y municipales en 2027. Un claro mensaje de ánimo para un partido que hace apenas un año vio mermar considerablement e su poder territorial frente a la derecha, cuyos gobiernos tildó de «negacionistas» en varias partes de su discurso. Escuchando en primera fila, su mujer, Begoña Gómez, quien el sábado hizo acto de presencia en el Palacio de Congresos de Sevilla, donde recibió agasajos y gritos de apoyo por parte de los delegados. En su hora de alocución, Sánchez se encomendó ante los suyos a «culminar una década de avances en nuestro país», y empezó por anunciar que el Gobierno creará una empresa pública para la construcción y gestión de vivienda pública. «Le quiero decir a la ultraderecha que vamos a trabajar duro para llevar el 2027 el cambio progresista allí donde hoy hay gobiernos negacionistas», sentenció entre grandes aplausos.Noticia Relacionada estandar Si El nuevo PSOE: kirchnerismo y militancia para frenar el Lobatazo Juan Fernández-Miranda | Sevilla El 41 Congreso está siendo victimización, culto al líder y el zapaterismo como guía. Pero hay preocupación porque el Supremo está muy cerca del presidenteSi Sánchez llegase a completar la presente legislatura, en la que aún no tiene aprobados los Presupuestos, que de momento se prorrogan también este curso, se convertiría con nueve años en el cargo en el segundo presidente más longevo de la democracia, sólo superado por González. Y si ganase como vaticina una eventual cita electoral dentro de tres años podría alcanzar los trece años ejerciendo la jefatura del Ejecutivo que desempeñó el primer presidente socialista de la democracia.«Un paso al frente»En un momento de su discurso, por el plenario del congreso recorrió el fantasma de los cinco días de reflexión del pasado abril, cuando amagó con dimitir ante la investigación por presunto tráfico de influencias abierta a su mujer. Sánchez desveló a los delegados socialistas que en los últimos meses ha reflexionado sobre si debía dar un «paso al lado» o incluso «atrás», lo que provocó gritos de ánimo de varios delegados, algunos que le decían incluso «presidente, resiste». «He hablado mucho con mi familia al respecto. Ellos, como todos nosotros, son víctimas del odio de los odiadores profesionales», se sinceró, aunque rápidamente concluyó enfático con un «aquí estoy, de pie», frente a lo que volvió a tildar de «internacional ultraderechista». Incluyó en la misma a Alberto Núñez Feijóo , al que acusó de convertir al Partido Popular (PP) en un partido seguidista de Vox, cuando «una vez fue un partido de Estado». «Si algo toca ahora -nos toca a todos, y a mí el primero- es dar un paso al frente».Sánchez evitó menciones tan explícitas a la denuncia de un supuesto ‘lawfare’ o guerra judicial en su contra , como las que sí hicieron en un claro reparto de papeles, Montero y Cerdán sobre todo éste último, en la jornada del sábado. Aunque sí que deslizó aun levemente que su Gabinete es víctima de los poderes económicos y «sus tabloides digitales». El presidente presumió, como suele, de encabezar un Gobierno «limpio», en un discurso en el que evitó mencionar siquiera veladamente los casos de corrupción que le salpican, e incluso sacó a colación su moción de censura a Mariano Rajoy en 2018, si bien no mencionó, como es natural, al dirigente socialista que la defendió en e Congreso de los Diputados, el exministro José Luis Ábalos, del que no hubo ni rastro ni recuerdo alguno en el cónclave. El futuro de las federacionesA pocos pasó desapercibido en el plenario la falta de entusiasmo de Sánchez hacia el anfitrión, el líder de los socialistas andaluces y además presidente del Congreso Federal, Juan Espadas, más allá de la salutación de rigor. «Andalucía volverá a ser socialista» , aseguró Sánchez, pero sin meter al líder de la federación en la ecuación, algo que no desagradó a los críticos internos del líder andaluz, en un territorio de los más revueltos internamente del partido. No bien se había clausurado el cónclave cuando el propio Espadas dio un paso al frente y confirmó que se presentará a la reelección en el congreso autonómico, informa Toni R. Vega. Como todos los de las demás federaciones territoriales del PSOE, debe celebrarse en un máximo de noventa días desde la conclusión ahora del federal.«Yo tengo un proyecto para Andalucía . No me escondo», aseguró retando a «todos los que puedan tener proyectos alternativos» a hacer lo propio y presentarlos para que puedan votar los más de 40.000 militantes de la federación más numerosa de España. «Para eso están las primarias», precisó. El objetivo de todos ellos es recuperar la Junta de Andalucía, bajo el gobierno del PP desde las elecciones autonómicas del 2 de diciembre de 2018.Una vez concluido el cónclave federal, Juan Espadas explicó que a partir de este lunes «activamos la planificación y el proceso para llegar al Congreso Regional», con la convocatoria de la Comisión Ejecutiva Regional, que espera que se reúna el próximo 10 de diciembre. El fin de semana del 22 y 23 de febrero es la fecha que Juan Espadas va a proponer al Comité Director del PSOE andaluz que se celebrará previsiblemente el 20 de diciembre . De acuerdo con el calendario avanzado a los periodistas, la presentación de las candidaturas y entrega de los avales de los aspirantes en las primarias será después de Navidad. Parecidos calendarios se manejan en el resto de federaciones, algunas con el futuro aún no del todo definido pero sí encarrilado. En Madrid, tras la dimisión de Juan Lobato esta semana como consecuencia de la exclusiva de ABC sobre el documento que le filtró Moncloa, todo hace indicar que el ministro de Transformación Digital, Óscar López, será el elegido para llevar la oposición a Isabel Díaz Ayuso . Y de su actitud y sus palabras este fin de semana en Sevilla no cabe, desde luego deducir lo contrario. En Aragón todas las miradas se fijan en la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, como sucesora del saliente expresidente autonómico y todavía secretario general de esa federación, Javier Lambán, aunque ella misma está siendo muy cauta en dar pistas que adelanten su futuro. Y en Castilla y León, Luis Tudanca, que hace unos meses estalló contra determinadas prácticas del aparato de Ferraz, llegó al congreso en son de paz, pero mantiene firme su decisión de continuar o, al menos, pelear su reelección en unas primarias pese a que no es lo que le gustaría a la dirección nacional del partido. En el resto de territorios se esperan pocas sorpresas, una vez consolidados ya algunos relevos, como el de Ximo Puig por la ministra Diana Morant en la Comunidad Valenciana o el de Guillermo Fernández Vara por Miguel Ángel Gallardo en Extremadura. De completar el mandato que comienza ahora al frente del PSOE en 2028 Sánchez superaría los doce años que estuvo Zapatero, y de nuevo González, ausente y casi ni mencionado, volvería a ser la marca de longevidad política a batir.
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