La maniobra de Carles Puigdemont , que exigió el lunes al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que se someta a una cuestión de confianza, ha servido al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, para lanzarle una advertencia a su partido, Junts per Catalunya: «Señora Nogueras, claro que Sánchez no es de fiar. Les ha engañado y lo seguirá haciendo. Se lo dije y se lo reitero hoy».Esa ha sido la nota de color de la sesión de control del Congreso al Gobierno, en un rifirrafe prácticamente monopolizado, otra vez más, por las preguntas al Ejecutivo sobre los casos de corrupción que lo rodean: desde la trama Koldo hasta la cátedra bajo sospecha de la mujer del presidente, Begoña Gómez. Uno a uno, los diputados del PP han pasado revista a los asuntos judicializados que afectan al PSOE después de que su líder, Feijóo, incidiese en dos cuestiones paralelas en su cara a cara con Sánchez: su debilidad parlamentaria, por un lado, y sus temas pendientes con la Justicia, por otro.«Después de escuchar a sus socios esta semana, los españoles queremos saber cuánto más nos va a costar que usted siga en el Palacio de la Moncloa», ha dicho Feijóo, brevemente, al inicio de su intervención. Sánchez se ha escudado en el semanario británico ‘The Economist’, que señala a la economía española como la de mayor rendimiento en 2024, para contestar que las prioridades de su Gobierno son «la consolidación del crecimiento económico, la creación de empleo, el fortalecimiento de los derechos y la política de vivienda».Noticia Relacionada Desmiente a Moncloa estandar Si Turull desvincula la cuestión de confianza a los presupuestos: «No estamos negociándolos» Daniel TerceroIronías de la vida, como ha subrayado momentos después la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, el medio que este miércoles servía al Ejecutivo como tabla de salvación es el mismo que recientemente, en un editorial, acusaba a Sánchez de aferrarse al poder a costa de la calidad de la democracia española. ‘The Economist’, para unos y para otros. «Su precariedad parlamentaria es comparable con su debilidad judicial», respondía Feijóo, ya entrando en faena.El Gobierno mantiene sus dificultades para cohesionar su mayoría parlamentaria, como se demostró este lunes, cuando PP y Junts lograron sacar adelante una enmienda para suprimir un impuesto a la producción eléctrica en contra del criterio de PSOE y Sumar, y este martes, cuando el Congreso rechazó la toma en consideración de una proposición de ley socialista. Este miércoles, el Ejecutivo se reúne con sus socios, como exigió Podemos, para estudiar la posibilidad de hacer permanente un impuesto energético. El PNV ya ha advertido que no se sentará en la mesa.En este fuego cruzado, que sume al país en la incertidumbre, Feijóo ha espetado a Sánchez que la formación de Ione Belarra seguirá «especulando con su caída» mientras los separatistas le recordarán que, ha afirmado, «no es nadie sin ellos». La portavoz de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras, ha asegurado esta mañana en RNE que su grupo ni siquiera se sentará a negociar los presupuestos generales del Estado si Cataluña no recibe el pago de todas las partidas pendientes de ejecución de anteriores cuentas estatales. Asimismo, la dirigente independentista, de la máxima confianza del prófugo Puigdemont, ha garantizado que no han recibido «ninguna noticia» al respecto y ha dejado caer la posibilidad de que ni siquiera se pongan «encima de la mesa».Feijóo, remarcada la fragilidad parlamentaria del Gobierno, ha pasado a la vía judicial. «En su mesa de Navidad, se sentarán al menos dos imputados», ha aseverado primero, en alusión a la imputación de la esposa del presidente y de su hermano, David. «Ni el independentismo les perdonará sus mentiras ni los jueces les perdonarán sus delitos», ha clamado el líder de la oposición, quien ha aventurado: «Su próximo Congreso Federal será el de su relevo».En un ambiente algo prevacacional, en la penúltima sesión de control antes del parón navideño, Sánchez no ha entrado al trapo, ha tirado de su habitual sorna al decirle a Feijóo que ha tenido un día «un poco flojo» y le ha preguntado por qué no le cuestiona por las prioridades de los españoles sino cosas como si gobernar consiste en «vivir mejor en la Moncloa». «¿De verdad esta era la política para adultos que iba a traer?», ha zanjado.Pero tras Feijóo, Sánchez ha encarado preguntas de dos de sus socios y tampoco ha salido demasiado bien parado. La primera ha sido Nogueras, que ha acusado al Gobierno de estar «en números rojos» en el cumplimiento de sus acuerdos, y a la que Sánchez, cómo no, ha contestado inicialmente presumiendo de que España crece cuatro veces más que la media de la Unión Europea y que hay veintidós millones de trabajadores.«Muevan el culo. Paguen lo que deben, traspasen las competencias acordadas, respeten las que tenemos y critiquen que la cúpula judicial se vanaglorie de no aplicar las leyes que se aprueban aquí, plántense en Europa cuando se sentencia a muerte a los pescadores de Cataluña, impulsen el catalán en Europa y agilicen la ley contra la multirreincidencia impulsada por Junts», ha clamado Nogueras, en un tono vulgar, y en un mensaje que ha puesto sobre el tapiz las exigencias de Junts. Puigdemont también habló el lunes de la necesidad de una amnistía completa, después de que la ley que exigió a cambio de la investidura del secretario general del PSOE no le afecte porque el Tribunal Supremo ha concluido que no puede incluirse en ella la malversación. «Nos plantamos para defender a los catalanes porque hay un Gobierno que no lo hace», ha sentenciado Nogueras tras arremeter contra la gestión del ‘president’ autonómico catalán, Salvador Illa. «Vamos a cumplir los acuerdos y a tender la mano a todos los grupos para lograrlos», se ha limitado a prometer el presidente del Ejecutivo.Después, la portavoz de Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua, ha exigido un compromiso concreto: que se prorrogue el escudo social que expira el 31 de diciembre en cuestiones como la prohibición de los desahucios a personas vulnerables y la prohibición del corte de suministros, así como la ampliación de la bonificación en el transporte público. «Por supuesto que la predisposición está ahí», ha comenzado Sánchez, antes de citar otra vez ‘The Economist’, que este miércoles sí era un medio reputado al que también se refirió el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y de presumir de datos macroeconómicos. «Esperaba una respuesta más concreta. El 1 de enero está a la vuelta de la esquina y la gente necesita certezas», ha lamentado Aizpurua.A su intervención, la última dirigida a Sánchez, le ha seguido una serie de réplicas sobre corrupción de cada ministro preguntado por diputados del PP y de Vox. La vicepresidenta Sara Aagesen, que sustituye a la comisaria europea Teresa Ribera al frente de Transición Ecológica, ha debutado echando balones fuera. Una lección, como ha dicho el popular Jaime de Olano, «bien aprendida». María Jesús Montero, Félix Bolaños Margarita Robles, Fernando Grande-Marlaska, Ángel Víctor Torres y Óscar López han negado todas las acusaciones de PP y Vox, a quienes han llamado portavoces de «un delincuente confeso» en alusión a la declaración en sede judicial de Víctor de Aldama, comisionista del caso Koldo, y han sacado el repertorio de la Gürtel, la Kitchen, la gestión de la DANA de Carlos Mazón y el crédito concedido a la formación de Santiago Abascal por una entidad húngara.
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