El Rayo en Vallecas es el peor rival y el peor estadio para visitar después de salvar un match-ball en Champions. Un equipo que nunca se cansa de correr, que no deja de meterle intensidad y que en el banquillo tiene a un joven entrenador que no hace ruido, pero que es un estruendo y no tiene frío. Con dos graditos, ahí estaba Íñigo , con un jersey de entretiempo, remangado y viviendo el partido como en sus tiempos mozos de futbolista.A este Rayo solo le pudo empatar el Madrid, tras ir perdiendo 2-0 y darle la vuelta. Resultado insuficiente antes del viaje a Doha , donde el miércoles jugará la final de la Intercontinental . Allí puede conseguir el Madrid su cuarto título de 2024, el segundo de esta temporada, pero ya tiene prácticamente imposible acabar el año como líder. El Barça se puede ir a cuatro si gana este domingo por la noche al Leganés.Salió el Madrid en Vallecas sin Mbappé , lesionado, ni Vinicius , en modo rotación tras la paliza de Bérgamo. Fue un inicio en modo caraja. A los cuatro minutos, un centro de De Frutos por banda derecha lo remató Unai en el segundo palo, sin marca alguna. Tchouaméni , que repetía en el centro de la defensa junto a Rüdiger , estaba pensando en las musarañas. Y en el centro del campo.Fue una primera media hora de claro color franjirrojo. El Rayo apretaba la salida de balón de los blancos y salía como a la contra en plan Correcaminos cada vez que recuperaba, pero también es cierto que faltaba algo de talento en los metros finales. Lo que te da Nteka en piernas y kilómetros te lo resta en calidad. Justo lo contrario que James , que ni siquiera se vistió ante el Madrid. Se supone que por motivos físicos, pero solo era una suposición. Cuanto más se acerca enero, más se aleja el colombiano de Vallecas. Invisible.El 2-0 llegó en el 36, en otro despiste defensivo del Madrid. Córner que botó Isi y Mumin remató desde el segundo palo. Con él estaban Lucas y Güler . Dos puntos y la i. Así es imposible defender decentemente un saque de esquina.Se frotaba las manos la grada de Vallecas. Por el resultado y por el frío, pero incomprensiblemente el equipo se desconectó en esos pocos minutos que restaban hasta el descanso y el Madrid es un equipo que no hace prisioneros. Ya había empezado a carburar por banda derecha, donde Lucas y Güler encontraban espacios para generar peligro. Desde allí le llegó un balón a Valverde , en el 40, que el uruguayo puso en el palo derecho de Batalla . Trallazo desde treinta metros que ni siquiera llega a ver el argentino. Solo le dio tiempo a echar la bronca a sus jugadores, por no salir a encimar el disparo, y a recoger el balón de su red. Cuarto gol en Liga del ‘8’, quinto en total.No se conformó con el 2-1 el Madrid. Olió sangre y apretó para igualar el partido antes del descanso. Y lo hizo. Jugada por banda izquierda de Rodrygo , centro y remate de Bellingham , que le gana el duelo a dos bichos como Lejeune y a Pathé Ciss . Palabras mayores. Siete goles del inglés en los últimos ocho partidos. El mejor Jude ya está aquí.El Madrid salió del vestuario con la dinámica ascendente del ‘rush’ final del primer acto. En el 52, un centro de Modric lo remató Güler a la red, pero estaba en claro fuera de juego. Preludio del 2-3. En el 56, Rodrygo se inventó una jugada en el vértice del área. Amago hacia adentro, regate hacia afuera y zurdazo a la escuadra tras tocar ligeramente el disparo en Ratiu . Tres meses después, rompía su sequía el brasileño.Tres goles en veinte minutos del Madrid para remontar el 2-0, pero si hay algo que tiene el Rayo es amor propio. Y fe. En el 64, un centro de Lejeune lo aprovechó Isi para entrar desde atrás y batir a Courtois . Otro gazapo en la marca, esta vez de Rüdiger, que no siguió al murciano. 3-3.El empate obligó a Ancelotti a tirar de Vinicius , y el brasileño, como el ajo, estuvo en todas las salsas. Mumin le hizo un penalti que le negaron Martínez Munuera y el VAR . Antes, le había protestado airadamente una amarilla a Balliu , y la acabó viendo él. Es la quinta y no jugará la última jornada del año. Y al final del partido tuvo el 3-4, pero Batalla sacó una mano salvadora. El Madrid se quedó a medias en Vallecas.
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