El Real Madrid ganó sin despeinarse al Breogán (106-69) para aparcar, al menos de momento, la grave crisis de resultados en la que parece sumido. El equipo blanco se toma un respiro ante un rival que ayudó en todo lo que pudo. Sin Charlie Moore, su jugador más ofensivo, el equipo gallego naufragó en ataque, sobre todo en el tiro exterior, y terminó sufriendo la derrota más severa de la temporada.Dentro de que fue una gran victoria coral, Dzanan Musa (22 puntos) y Gabriel Deck (14 puntos y 9 rebotes) fueron los más destacados del Madrid. El primer cuarto le perteneció al argentino. Fue él quien cortó un desacertado arranque de partido para, con siete puntos consecutivos, dar la primera ventaja a su equipo. Entre eso y un triple de Abalde, los de Chus Mateo pusieron tierra de por medio con un parcial de 14-2. El Breogán solo podía abrir el paraguas para aguantar el chaparrón.Musa comenzó a asomar junto a Garuba, el primero de los secundarios del Madrid que decidió dar un paso al frente en este encuentro. Al terminar el primer cuarto (19-8), los visitantes se veían perdidos, pero gracias a Apic y Aranitovic tuvieron un conato de remontada que quedó en nada. Fue una pequeña rebelión que llegó a colocar a los celestes a solo cuatro puntos (28-24), pero el espejismo duró poco. Sergio Llull, que igualaba el récord de Felipe Reyes de partidos jugados en la ACB con el Madrid (619), anotó dos triples consecutivos para devolver la cordura al choque. La aparición de Ibaka en la pintura ayudó también a que los blancos se marcharan al descanso con un cómodo 43-29. Todo más o menos en orden.Ya no hubo más acercamientos del Breogán. No lo permitió Musa, que se fue hasta los 12 puntos en el tercer periodo para masacrar a su exequipo. El bosnio, una sombra de sí mismo desde su lesión, necesitaba un chute de confianza así. Como también lo necesitaban Garuba, Ibaka o Feliz, los fichajes señalados por esta temporada insólita. Por fin cumplieron lo que se espera de ellos, en especial el alcarreño (13 puntos, 6 rebotes y 3 tapones), y permitieron un descanso a los Campazzo, Tavares o Hezonja, los habituales líderes de la plantilla.Y si el tercer cuarto fue de Musa, el último lo gobernó Hugo González. El joven canterano anotó 14 puntos y se ganó los aplausos del público. El marcador ya era irrelevante a esas alturas, pero el Madrid llegó a tener 39 puntos de ventaja. Una victoria balsámica, que alivia, pero que no cura. Siguen escociendo las tres derrotas consecutivas en Euroliga, la mala imagen de un equipo que en demasiadas ocasiones parece perdido, sin ideas. La victoria ante el Breogán, penúltimo de la Liga, no elimina esas dudas. Para eso aún habrá que esperar. Pero al menos el equipo blanco pudo sonreír por un día.
Leave a Reply