Lo corroboran los archivos, y que no les digan lo contrario: el poeta Vicente Aleixandre era una figura alejada de maniqueísmos, un gris en las trincheras ideológicas de blancos y negros. Porque sí, apoyó a la Segunda República, pero, tal y como ya desveló ABC a través de documentos inéditos , también sufrió la persecución de las milicias sindicales y su familia percibió una pensión durante todo el franquismo. Ahora, una serie de informes a los que ha tenido acceso este periódico refutan la máxima de que el premio Nobel de Literatura de 1977 hizo una donación a la columna gubernamental Torres-Benedito durante la Guerra Civil. Algo que ya adelantó el escritor Pedro Corral en una Tercera la semana pasada.El episodio se sustentaba en un documento hallado por uno de los biógrafos más reconocidos del personaje en el Centro de la Documentación de la Memoria Histórica de Salamanca. Una supuesta ‘hoja de aportaciones económicas’ en la que quedaron recogidas las donaciones privadas que un grupo de contribuyentes había hecho a la columna Torres-Benedito entre el 1 y el 31 de octubre de 1936; 310 pesetas por cabeza, o 3,10, según la interpretación de la fuente a la que se acuda. La lista era larga: casi cuarenta nombres. Y uno de ellos, el que la cerraba, era el de Vicente Aleixandre .Noticia Relacionada estandar Si Documentos que refutan el uso de Aleixandre por la izquierda Manuel P. Villatoro Una declaración jurada del tío del poeta confirma que padeció los atropellos de los milicianos en la calle EspañoletoLa realidad es muy diferente, y ha quedado al descubierto gracias a un legajo -el sumario 16520-V, instruido en Valencia- custodiado en el Archivo General e Histórico de Defensa: el Consejo de Guerra celebrado después de la contienda contra un miliciano llamado Vicente Aleixandre Ballester, integrante de la columna Torres-Benedito . Y es que poco tenía de poeta este soldado; más bien era un pescador que frisaba el cuarto de siglo de vida y que contaba con esposa e hijo. Según las fuentes consultadas por ABC, el error radica en que la supuesta ‘hoja de aportaciones económicas’ es en realidad una relación de los pagos que se entregaron a los soldados tras haberse inscrito en la unidad. Y así queda claro en el título de la misma: ‘Nómina de los milicianos afectos a la Columna Torres Benedito CNT’.El sumario desprende mucha información sobre Ballester. Este miliciano había sido alumbrado en el barrio del Cabañal (Valencia) y, antes de estallar la guerra, residía en «la cuarta Playa de Levante, número veinte y cinco». Al iniciarse la sublevación trabajaba en la Sociedad Pavimentos ‘Warrenite Bitulithic’. No le duró mucho el empelo; ocho jornadas después, se alistó en el ejército republicano. Extracto de la supuesta hoja de donaciones Archivo general e Histórico de Defensa /ministerio de defensaEl cómo es un gran enigma, aunque él expuso que fue por obligación: «[Dice que] un individuo que no conoce, armado de pistola, el que iba en unión de otros más, bajaron de un coche y, dirigiéndose al dicente, amenazándole con el arma, le intimidaron para que regresara a las filas rojas ». El pescador declaró haberse negado en principio, pero, cuando los milicianos regresaron al cabo de un tiempo, accedió. Las fechas cuadran cual piezas de rompecabezas. Cuenta el sumario que Ballester se unió a las milicias «un mes y medio después» de iniciada la revuelta, el 18 de julio de 1936 . Sin embargo, pasó por «el cuartel de Las Salesas» antes de incorporarse a la columna Torres Benedito. «En ella estuvo en los frentes de Corbalán, Campillo y Extremadura», sostiene el texto.Diferentes extractos del sumario al que ha tenido acceso ABC: portada, una de las notas en las que se especifica su salida de la cárcel y carta manuscrita de la esposa de Ballester Archivo general e Histórico de Defensa /ministerio de defensaBallester fue capturado en su regreso a casa y llevado ante la justicia franquista el 15 de noviembre de 1939. Lo hizo acusado de haber tomado parte en el asalto a un cuartel de ingenieros en el cual «se le vio con un casco de acero, correaje y fusil». Al parecer, por entonces había sido ascendido a sargento, aunque «por necesidades del servicio», y no por méritos de guerra.El proceso se dilató unos meses en los que hasta su propia esposa envió una misiva en la que pedía piedad por él: «Como la recurrente con su hijo pequeño están pasando mucha necesidad por estar mi marido preso y faltarle el jornal que […] ganaba es por lo que se atreve a solicitar su libertad provisional con la obligación de comparecer siempre que se le ordene».Sentencia contra Vicente Alexaindre Ballester Archivo general e Histórico de Defensa /ministerio de defensaEl 20 de junio de 1941 el tribunal dictó sentencia: «Fallamos que debemos condenar y condenamos al procesado Vicente Aleixandre Ballester, como autor del calificado delito de auxilio la rebelión, con las circunstancias atenuantes expresadas a la pena de tres años de prisión menor». Fue una condena indulgente si se compara con las primeras que se barajaron.Ballester estuvo en prisión hasta el 1 de diciembre de 1942. Ese día, el director de la Prisión Celular de Valencia , Ramón de Toledo y Barrientos, firmó su salida de la cárcel: «Certifico que, en el día de la fecha, ha sido licenciado definitivamente el penado […] por haber extinguido en este establecimiento la pena». Poco más sabemos de él, más allá de que su nombre generó una equivocación que ha perdurado hasta hace un suspiro.
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