«Si queremos acabar con los conflictos interétnicos, debemos invertir menos en guerras y más en la cultura de la paz». Esta es una de las frases más célebres de Federico Mayor Zaragoza , hombre de Estado y concienciado impulsor de la educación como vía pacifista, quien ha muerto este jueves a los 90 años en Madrid dejando un profundo vacío en niveles académicos y políticos, no solo a nivel estatal, sino también internacional. Porque su trayectoria laboral es difícil de definir: farmacéutico de formación, fue Catedrático de Bioquímica en la Universidad de Granada y en la Autónoma de Madrid. En la dictadura fue nombrado subsecretario de Educación y Ciencia en el Ejecutivo de Carlos Arias Serrano y actuó de bisagra en la Transición. Fue diputado en el Parlamento de España por UCD en las primeras elecciones y diputado en el Parlamento Europeo por CDS, si bien alcanzó notoriedad cuando fue elegido ministro de Educación y Ciencia de España entre 1981 y 1982 en el Gobierno de Leopoldo Calvo-Sotelo. Sin embargo, la frase que encabeza este texto fue pronunciada en uno de sus discursos durante su mandato como director de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), cargo que ocupó durante doce años, de 1987 hasta 1999. Nacido en Barcelona en 1934, se doctoró sin embargo en Farmacia por la Facultad de la Universidad Complutense de Madrid. Pero terminó más al sur, convirtiéndose rector de la la Universidad de Granada entre 1968 y 1972 . En 1971 fue nombrado vicepresidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y luego ocupó el puesto de presidente en funciones. Cofundó el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBMSO), pionero en investigación experimental en las áreas de biología molecular, celular y biomedicina y una de las instalaciones españolas de referencia a nivel mundial. . Noticia Relacionada estandar No Muere Esteban Kupferman, un histórico de ABC de Sevilla ABC de Sevilla Fue gerente de este periódico durante doce años y también director-gerente de la escuela de negocios ESIC-Sevilla desde sus inicios en el año 1997Múltiples personalidades e instituciones han lamentado su muerte. El secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, en un mensaje en su perfil de la red social X (antes Twitter), ha destacado a Mayor Zaragoza como «una de las personas que más trabajó por impulsar el cribado neonatal » en España. También el Colegio Oficial de Famacéuticos de Madrid ha emitido un comunicado en el que remarca « un legado difícilmente igualable y un hueco difícil de llenar en lo profesional y lo humano».Sin embargo, fue el propio Mayor Zaragoza, quien también cultivó la poesía, el que hace diez años ya dejó escrito en uno de sus poemas cómo quería que fuese su último adiós: «Cuando mi voz se apague, alzad la vuestra. Si me queréis, no desfallezcáis ni un sólo instante. No perdáis el tiempo en homenajes. Defended las causas que han dado vida a mi existencia. Que vuestro grito, se una a un gran clamor popular, en favor de todos los moradores de la Tierra. Mi legado es la palabra. Es lo único que os doy. Es lo único que os pido». Descanse en paz, profesor Mayor Zaragoza.
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