Hace unos días se cumplió un año desde que la palabra pellet se coló en la jerga española. Pocos sabían antes del 8 de diciembre de 2023 que este término define a una pequeña esfera de no más de 5 milímetros que, unidas en grandes cantidades, es utilizada como materia prima para fabricar infinidad de productos de plástico. Aquel día, el Toconao, un buque con bandera de Liberia perdió a 80 kilómetros de Galicia un contenedor con 26 toneladas de estas bolitas transparentes. Una semana más tarde, comenzaron a verse en un sinfín de playas gallegas. La alarma ambiental se encendió y la población aprendió que los vertidos que amenazan la salud del mar van más allá de los combustibles. Tal fue el impacto que ha sido una de las candidatas a palabra del año de la FundéuRAE. Ahora, justo en el aniversario de este accidente, Europa ha dado el paso para aprobar nuevas leyes que contrarresten el vertido continuo de este producto en los océanos y otros entornos naturales. El objetivo: redoblar la vigilancia y la presión sobre fabricantes y transportistas. La Comisión de Medio Ambiente ya ha dado el visto bueno al texto de la nueva normativa, que pasa al Parlamento para ser votada. La ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico española, Sara Aagesen, participó en el consejo de los 27 ministros europeos del ramo donde, en declaraciones a los medios, calculó que el trámite en el Parlamento se realizará durante el primer semestre de 2025. «Es un reglamento fundamental -valoró- en el que España ha sido muy vocal para incluir el transporte marítimo en su ámbito de aplicación», algo que no estaba previsto incialmente. El vertido sufrido en Galicia ha servido para ejercer presión en este sentido. Finalmente los 27 le dieron el visto bueno con este punto incluido para que el proceso legislativo siga adelante. Estas nuevas obligaciones están dirigidas a la manipulación de estas miniesferas de plástico en todas las etapas de la cadena de suministro, lo que podría reducir las pérdidas en el medio ambiente hasta en un 74%, calculan desde la Comisión. Esto adquiere especial relevancia si se tiene en cuenta que son la tercera fuente más importante de emisiones no intencionadas de microplásticos. «Las nuevas normas, las primeras de este tipo en la UE, ayudarán a las empresas a minimizar las pérdidas, contribuyendo así a la lucha contra la contaminación por microplásticos, que no conoce fronteras ni límites», valoró Anikó Raisz, ministra de Estado de Medio Ambiente y Economía Circular de Hungría, tras la exitosa reunión. «España ha sido muy vocal para incluir el transporte marítimo en su ámbito de aplicación» Sara Aagesen Ministra de Transición Ecológica de EspañaOtro aspecto novedoso que anuncia Europa es que las condiciones no sólo afectarán a los transportistas de la Unión Europea, sino que los procedentes de otras jurisdicciones internacionales serán vigilados en igualdad de condiciones. Al menos, para todos aquellos «buques marítimos que transporten granulados de plástico, en consonancia con las recomendaciones de la Organización Marítima Internacional», detalla el texto de la Comisión.El reglamento se aplicará a todos los operadores económicos europeos que manipulen pellets de plástico en cantidades superiores a 5 toneladas, transportistas que operen con ellos tanto dentro como fuera de la UE, empresas que se dediquen a limpieza de contenedores y cisternas de pellets y personal de cargadores, operadores, agentes y capitanes de buques marítimos que salgan o hagan escala en un puerto de un Estado miembro. La manipulación, un problema La necesidad de incluir a toda la cadena de suministro bajo este nuevo paraguas legislativo viene de la dificultad que tiene el manejo de estos productos. «Cuando los pellets de plástico se liberan involuntariamente en el medio ambiente, suele deberse a la falta de concienciación y a prácticas de manipulación deficientes por parte de los operadores económicos, los transportistas y los buques marítimos», valoró la Comisión de Medio Ambiente de la Unión en un comunicado. Lo cierto es que una vez que se pierden en el medio ambiente, es casi imposible recuperarlos: el viento y las corrientes de agua los dispersan fácilmente a grandes distancias.184.290 toneladas Se estima que en 2019 se perdieron de forma involuntaria en el medio ambiente entre 52.140 y 184.290 toneladas de pellets en la UE.De ahí que lo que se persiga es, sobre todo, mejorar las prácticas de manipulación. Así, los transportistas -de la UE y de fuera- tendrán que informar a las autoridades sobre su establecimiento y su participación en el transporte de granulados de plástico. Para garantizar el cumplimiento de estas obligaciones y la igualdad de condiciones, se obligará a los extracomunitarios a designar un representante autorizado en Europa.El mar, especialmente vulnerableEn esas fugas involuntarias que se producen de forma frecuente, el mar no es solo una de las principales víctimas, sino también la más vulnerable. La persistencia de un pellet de plástico en un entorno acuático puede medirse durante décadas o más, ya que no son biodegradables. Además, el transporte marítimo representó alrededor del 38% de todos los pellets transportados en la UE en 2022, de ahí la presión ejercida especialmente por España, por haber sido víctima reciente de un vertido, para incluir este sector. Eso sí, les da un año de margen para adaptarse.Así, la seguridad se refuerza sobre este tipo de transporte, entre las que destacan la garantía de un embalaje de buena calidad y el suministro de información técnica y relacionada con la carga. Estas obligaciones se suman a las relativas al transporte de granulados de plástico por carretera, ferrocarril y vías navegables interiores.Sobre todas las empresas implicadas, el Gobierno de cada país ejercerá su correspondiente labor de vigilancia, a través de inspecciones ambientales y adoptar otras medidas de verificación que ayuden a controlar el riesgo que suponen los vertidos involuntarios en el entorno de estos productos.¿Cómo impactan en el entorno?El problema que quiere atajar ahora Europa es de una envergadura considerable. A pesar de reconoce que no tienen una legislación que contemple el vertido de microplásticos de forma exhaustiva, promueven estas normas pioneras para frenar una realidad que tienen bien medida: la estimación es que en un año, tomando el 2019 de referencia, se pueden perder en el medio ambiente entre 52.140 y 184.290 toneladas de pellets en la UE, con las consecuencias ambientales que esto tiene. Ecologistas en Acción las explica: la presencia de estos plásticos ‘eternos’ cuya dimensión facilita que sea ingerido por cualquier ser vivo daña el ecosistema marino. La consecuencia más drástica es que afecta a la biodiversidad y a los recursos de los que también dependen nuestras economías. «En el caso de Galicia, se puso en riesgo al sector pesquero y marisquero», apostillan. Noticia relacionada reportaje No El rastro de los pélets del Toconao: del mar a la mesa Sara I. Belled Los 26.250 kilos de estas bolitas de plástico llegan a cuentagotas a las playas del norte de España a la espera de confirmar su toxicidadAdemás, los efectos son a muy largo plazo. Desde la citada organización recuerdan que un año después la contaminación persiste en zonas como Tarragona de forma crónica. Ecologistas en Acción, Low Impact Fishers of Europe-LIFE, Mulleres Salgadas, Surfrider España, Good Karma Projects, Noia Limpa y The Pew Charitable Trusts han pedido en un comunicado normativas más ambiciosas para prevenir futuros accidentes. Celebran los avances en la regulación europea sobre los pellets, sobre todo porque pedían que el transporte marítimo quedase fuera de la norma, algo que finalmente no se ha producido. Eso que, para ellos habría sido un «error crucial», ha sido salvado en la negociación final. Las organizaciones insisten en que tanto en Galicia como en el Mediterráneo , los vertidos de pellets plásticos amenazan la biodiversidad, las cadenas alimenticias y los modos de vida tradicionales de los pescadores y comunidades costeras. «No podemos permitir que estos materiales sigan escapando al mar», concluyen.
Leave a Reply