Bruce Lee no está contento. Es diciembre de 1964 y se encuentra en su flamante escuela de lucha de la ciudad californiana de Oakland. Está sudado y golpeado, dándole vueltas a la cabeza. Solo unos minutos antes ha conseguido derrotar al artista marcial tradicionalista chino Wong Jack Man , y lo ha hecho sin recurrir a los movimientos efectistas que tanto se han visto en sus películas. La pelea, más callejera que cinematográfica, se le ha ido por encima de los tres minutos, «demasiado tiempo», tal y como le explica a Linda, su mujer, y se siente desfondado. Sigue repasando los fallos una vez y otra, una vez y otra, y no tarda mucho en llegar a la conclusión de que con su Wing Chun modificado, el mismo que se trajo a Estados Unidos desde Hong Kong, no le basta. Si quiere evolucionar, crecer como artista marcial, necesita mejorar su forma física y su ‘footwork’, su movimiento de pies. La solución final fue el desarrollo de un método de lucha que nada acabó teniendo que ver con el Kung Fu : el Jeet Kune Do . Un sistema que, a pesar de haber sido desarrollado por la primera superestrella marcial de la historia, lleva décadas en horas bajas. Casi nadie lo conoce bien, incluso dentro del circuito de las artes marciales mixtas ( MMA ).«En sus últimos años, Bruce fue dejando de lado el Wing Chun y el Kung fu y comenzó a coger principalmente cosas de boxeo y esgrima», explica el madrileño Joaquín Marcelo, maestro de Jeet Kune Do y uno de los mayores referentes que tiene este método de lucha en el mundo. Cuenta con estudiantes repartidos por todo el globo: desde Singapur hasta Polonia, Reino Unido o México. Cuando atiende a ABC acaba de regresar de uno de sus viajes anuales a China, donde ha impartido el penúltimo seminario del año antes de cerrar temporada en su Madrid natal. Cuando el ‘sifu’ (maestro, en chino) muestra su juego de pies, y lanza el directo adelantado como un latigazo, casi parece que está interpretando una coreografía, pero qué va. Ni lo piensa. Sus movimientos son siempre plásticos, fluidos y poderosos. Mucho más de lo que cualquiera podría esperar de un hombre que se encuentra bordeando los 60. Sea como sea, ninguno de sus movimientos son fruto de la casualidad. Tampoco de la genética o el talento. Son resultado de años de esfuerzo y de estudio bajo la batuta directa de muchos de los principales alumnos que tuvo el propio Bruce Lee entre los años sesenta y el 20 de julio de 1973, cuando falleció.’Kungfusión’Aunque nació en la estadounidense San Francisco (1940), la infancia de Bruce Lee, de nombre chino Lee Jun-fan, se desarrolló en las retorcidas calles del Hong Kong de la posguerra. Era revoltoso y le gustaba andar a la gresca, por lo que su padre decidió comenzar a enseñarle Tai Chi a corta edad. Años después, el jovencísimo peleador se pasó al Wing Chun con el conocido maestro Ip Man. De este estilo, sumamente tradicional y perteneciente al Kung Fu, cogió bastantes de los movimientos efectistas en lo visual, que más tarde, mostró en la gran pantalla. Un joven Bruce Lee entrenando con su maestro de Wing Chun, Ip Man ABC«El Wing Chun le debe mucho a Bruce Lee. A día de hoy es muy conocido gracias a él, pero antes solo era un arte marcial más del sudeste asiático», señala a este diario Jaume Carbón, presidente de la asociación cultural European Bruce Lee Club. Y lo cierto es que este arte marcial le fue útil en los primeros años. El luchador lo utilizó activamente durante las muchas peleas que tuvo en su etapa de adolescente pandillero en Hong Kong. Sin embargo, al pegar el salto a Estados Unidos en 1959 se dio cuenta de que el método se le quedaba escaso. «Los blancos eran más grandes y fuertes que los chinos, por lo que Bruce tuvo que empezar a hacer modificaciones», dice Carbón.La respuesta a las debilidades de Bruce Lee, efectivamente, fue el Jeet Kune Do (en castellano, algo así como ‘el camino del puño interceptor’). «En su desarrollo comenzó a coger cosas de boxeo y esgrima, fue incorporando cada vez más cosas a su arte marcial y dejando progresivamente de lado el Kung Fu», señala Joaquín Marcelo. El madrileño destaca que como maestro Lee era algo poliédrico. Durante las clases resultaba «muy serio y muy chino. Había que llamarle sifu». Sin embargo, fuera era muy distinto, más occidental. Hacía chistes y había que llamarle Bruce». Disfrutaba de la escuela, pero con su progresivo triunfo en las pantallas, el también actor comenzó a tener delegar. El maestro de Jeet Kune Do Joaquín Marcelo Tania Sieira«Cuando empezó a trabajar en la serie del ‘Avispón verde’ (1966) iba a su escuela solo los domingos. El resto del tiempo, el centro estaba en manos de su alumno Dan Inosanto», señala Joaquín Marcelo. «Otros fueron alumnos de clases privadas, que entrenaban directamente con Bruce en su domicilio, y son los que fueron partícipes del proceso de evolución de su arte marcial», prosigue el experto.El último de esos alumnos privados fue Ted Wong, de origen chino y probablemente la persona que mejor conocía el punto en el que se encontraba el Jeet Kune Do antes de la desaparición de su maestro. Joaquín Marcelo, que fue aprendiz directo de Wong durante años, señala que «Bruce lo empleaba como una caja de resonancias»: «Experimentaba con él, le golpeaba de formas distintas y le preguntaba cómo lo había sentido. Ted decía mucho que Bruce le enseñó directamente el 50% de lo que aprendió, el otro 50% lo aprendió fijándose en lo que Bruce le hacía».Bruce Lee en la película ‘Juego con la muerte’El maestro español también fue alumno, entre otros, de Dan Inosanto, ‘ojito derecho’ de Lee en su momento y principal representante del Jeet Kune Do desde 1973. El madrileño todavía recuerda la primera vez que entró en la Inosanto Academy de Los Angeles en la década de los ochenta. Para él entrenar ahí fue «como estar en un parque de atracciones», porque se enseñaba (y se enseña) una mezcla ingente de artes marciales del sudeste asiático. Algo que puede ser divertido, y tener sentido a nivel comercial, pero que poco tiene que ver con lo que Bruce Lee hacía en su última época. La mezcolanza, además, resulta compleja de asimilar y, quizá también, poco eficaz para el pupilo que traspasa el umbral. Surgió entonces lo que el ‘sifu’ español denomina como ‘kungfusión’: «Aquellos que buscaban algo simple, directo y efectivo no lo encontraron. El Jeet Kune Do empezó a ser cada vez menos respetado con la muerte de Bruce». Y también a caer en desuso. José Canto, también maestro de Jeet Kune Do y luchador de MMA, está de acuerdo con esto. Su primer acercamiento al arte marcial fue dentro del linaje de Inosanto, y se ríe un poco cuando recuerda la primera clase a la que asistió, en la que no hubo ni puñetazos ni patadas, sino manejo de cuchillo al estilo del Silat filipino. Finalmente, comenzó a aplicar la última línea de evolución del método: la que Lee le legó a Wong. Ahora, después de años oculta tras las paredes de las escuelas, Canto se ha convertido en pionero y la ha llevado a la jaula. En concreto a WOW, la principal promotora de MMA española, dentro de la que fue campeón MMA B de Madrid en 2023.El dragón entra en la jaulaEl Jeet Kune Do, según lo entendía su creador antes de morir, está basado principalmente en el movimiento de pies y el mantenimiento de la distancia, para evitar que el contrincante tenga alcance. La guardia es la que utilizaría un zurdo en boxeo, con la diestra delante, y los golpes son adelantados. El directo de derecha es muy parecido a la estocada en esgrima. «Hay que usar los pies y la cadera y meterle picante al golpe, como decía Bruce», señala Canto de vez en cuando a sus estudiantes en la escuela que regenta, en el Ensanche de Vallecas . La base, queda claro, es simple, y mucho, pero simple no es sinónimo de fácil. «Yo he tardado unos diez años en aprender a hacerlo bien», señala un estudiante veterano. Canto durante un seminario junto a Joaquín Marcelo Tania SieiraPara completar sus clases, y meter algo de lucha en el suelo, Canto recurre a llaves de Jiu Jitsu brasileño, y muestra agarres típicos de las estrellas de la UFC del Daguestán, como Khabib Nurmagomedov . Su objetivo es formar a los alumnos para que sean capaces de defenderse en cualquier circunstancia, o casi.«Yo siempre digo que una persona que no conoce artes marciales puede practicar Jeet Kune Do, pero alguien que venga de otros deportes como el kickboxing también puede utilizar este método a su favor», dice Canto. A pesar de que el luchador valora el trabajo de Inosanto a la hora de promocionar el arte marcial, no está en absoluto de acuerdo con su gigante y complejo repertorio técnico: «La esencia del Jeet Kune Do es tender a la simplificación; como decía Bruce, esto no consiste en echarle más barro a la escultura, sino en retirar lo que sobra». El maestro apunta que el auge actual de las MMA y la UFC puede ayudar a revitalizar el sistema de lucha; aunque destaca que para ello hacen falta, sobre todo, «buenos maestros».
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