La segunda era Trump arranca con una crisis antes incluso de que el flamante vencedor de las elecciones asuma el cargo. En una humillación inesperada para él, su propio partido, con mayoría en la Cámara de Representantes, fracasó la noche de este jueves en aprobar una ley clave para financiar el gobierno. Si no se alcanza un acuerdo de última hora, el sábado el gobierno federal cerrará : los funcionarios dejarán de recibir sus salarios, los parques nacionales serán clausurados y las cortes federales paralizarán su actividad, todo en plena temporada navideña.Trump, respaldado por Elon Musk, su consejero no oficial desde la última campaña electoral, torpedeó el acuerdo de financiación que los republicanos habían negociado con los demócratas este miércoles. Su exigencia central era eliminar el techo de gasto para poder cumplir con sus promesas electorales de recortes de impuestos y paquetes de gasto. Ante la presión, los líderes republicanos cedieron a Trump, quien celebró en redes sociales: «¡Gran éxito!».Pero no lo fue. En la votación, 38 republicanos se rebelaron y le dieron la espalda . Aunque en una segunda ronda bastaría con mayoría simple, el fracaso parece inevitable si persiste la división interna en el partido. El plazo para evitar el cierre vence este viernes, y de no lograrse un acuerdo, la paralización del gobierno será inminente.Noticia Relacionada estandar Si El equipo de Trump ya le plantea la posibilidad de un tercer mandato David Alandete | Corresponsal en Washington Es inconstitucional, pero también otras reformas que anuncia el presidente electoMientras los demócratas observan con satisfacción la fractura republicana, una parte de la bancada conservadora cree que los sectores más radicales buscan forzar el cierre para sumir a Washington en el caos. El senador Rand Paul, de Kentucky, avivó la polémica al sugerir que Elon Musk, el hombre más rico del mundo y sin cargo electo, debería presidir la Cámara de Representantes, un puesto que, en teoría, puede ocupar cualquier ciudadano estadounidense. Otro legislador, Thomas Massie, también de Kentucky, criticó la situación, calificándola como un acto de «estupidez».Nancy Pelosi , expresidenta de la Cámara, aprovechó el momento para lanzar una crítica mordaz: «En vísperas de la fecha límite para cumplir con nuestra responsabilidad de atender las necesidades del pueblo estadounidense, el multimillonario no electo Elon Musk ha ordenado a su marioneta, el presidente electo, y a los republicanos de la Cámara que rompan el acuerdo bipartidista alcanzado para mantener el gobierno funcionando».Consciente de la susceptibilidad de Trump a las insinuaciones de ser controlado —como cuando estalló en un debate con Hillary Clinton al ser acusado de ser «una marioneta de los rusos»—, Musk ha intentado marcar distancia . «No soy responsable de estas propuestas», afirmó ante sus 208 millones de seguidores en su red social, culpando rápidamente a los demócratas y pasando por alto la rebelión de los 38 republicanos.La indignación se hizo notar en X, la plataforma de Musk, donde «Presidente Musk» se convirtió en tendencia. La congresista Zoe Lofgren, demócrata por California, publicó una imagen generada por inteligencia artificial que mostraba a Musk manejando los hilos de una marioneta de Trump. El congresista Maxwell Frost, demócrata por Florida, fue más directo: «Un multimillonario no electo ha sido coronado como copresidente por el Partido Republicano».Mientras tanto, el líder republicano Mike Johnson , presidente de la Cámara, había pasado días negociando esta fracasada ley temporal que permitiría financiar al gobierno hasta marzo, incluyendo concesiones tanto para moderados como para conservadores. Entre ellas, irónicamente, destaca una propuesta para aumentar los salarios de los legisladores, congelados desde 2009 en 174.000 dólares anuales. El porcentaje y la cifra exacta del incremento aún no están definidos.Desde el miércoles, Musk ha movilizado a sus seguidores en X para presionar a legisladores y senadores. Trump, sumándose a la ofensiva, criticó la ley que Johnson —supuestamente un aliado suyo— había negociado con tanto esfuerzo. El resultado ha sido un caos político . En una ronda frenética de entrevistas, Trump culpó a los demócratas por la crisis, pese a que él mismo se ha sumado al bloqueo. «Si hay un cierre, será un cierre de Biden, no mío», afirmó en una llamada a Fox News.La parálisis recuerda a los cierres gubernamentales de 2018, ocurridos durante el anterior mandato de Trump, que entonces culpó a los demócratas, en aquel momento en la oposición.Por su parte, el presidente Biden ha permanecido en gran medida al margen, dividido entre su residencia en Delaware y compromisos personales. Ni él ni su equipo han intervenido activamente en las negociaciones del Capitolio, dejando el protagonismo a la tensión interna republicana.Para los líderes republicanos, acostumbrados a la complejidad de aprobar leyes en un Congreso dividido, la intervención de Trump ha sido especialmente traumática. Mike Johnson lleva poco más de un año en el cargo, después de suceder a Kevin McCarthy, quien soportó apenas nueve meses en el puesto, víctima de luchas internas y traiciones constantes dentro de su partido. Johnson aspira a revalidar su liderazgo, pero en este momento su futuro es incierto.
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