La ministra de Educación, Deportes y FP y portavoz del Gobierno, se define en sus redes como «zaragozana, y zaidana». Lo segundo ha decantado el escenario escogido para la presentación oficial de su candidatura a la Secretaría General del PSOE Aragón. En el pabellón municipal de un pueblo de 450 habitantes sito en la Ribera Baja del Ebro y arropada por decenas de militantes y alcaldes socialistas, Pilar Alegría ha llegado entre aplausos de sus fieles al lugar que la vio nacer hace 47 años. Entre guiños personales del actual alcalde de La Zaida, Celso Vallespín -que ha dicho que allá donde van reconocen a éste por ser «el pueblo de la ministra», incluso en Bruselas-, Alegría se ha dejado querer por los suyos al ritmo del dúo zaragozano Amaral y con una letra muy icónica del momento en el que se encuentra el partido en esta comunidad: «Revolución».El lema escogido: ‘AlegríaXAragón’ y el objetivo, repetido en varias ocasiones, ganar las elecciones municipales y autonómicas de 2027 al PP, «nuestro adversario político», ha recordado Alegría como guiño a deshacer los entuertos internos que atraviesa ahora esta federación territorial. A Jorge Azcón la ministra le ha recordado que «ya le ganó las elecciones municipales de 2019». Como mimo también a Marcelino Iglesias y Javier Lambán, la zaidana ha señalado que Azcón «está viviendo de las rentas y los grandes proyectos empresariales» que atrajeron a esta tierra los anteriors gobiernos socialistas. Alegría no ha hablado de primarias ante las 150 sillas habilitadas en el pabellón y que se han quedado escasas para la militancia proveniente de toda la región. La ministra ha dicho dar el paso adelante para reemplazar en su jubilación a Lambán, que lleva desde 2012 liderando el partido regional, y ha dado por hecho que la candidatura que hoy presenta será la que se presente en los comicios de 2027. Pese al intento por acercar posiciones con los sectores de Zaragoza y Teruel, en el acto ha habido muchas alusiones a los enfrentamientos internos que dividen al PSOE aragonés. Los alcaldes de Borja (Zaragoza) y Andorra (Teruel), las dos familias más lambanistas que aguardan dar el contragolpe a esta candidatura, se han aferrado a la petición de unión en torno a Alegría y en dejar abajo las cuitas internas. La ministra ha invocado que el «adversario está fuera y no dentro». Con un recuerdo emotivo a sus padres Adoración y Alfredo, que no pudieron «acabar la escuela», pero inculcaron a sus tres hijos los principios de que todo se consigue «con esfuerzo y trabajo», la ministra ha respondido a quienes ayer le afearon no presentarse en Zaragoza y venir a este pequeño pueblo enclavado en el rural aragonés: «Da igual que tomemos decisiones en La Moncloa o en Pignatelli (sede del Ejecutivo aragonés), pero La Zaida representa una manera de hacer política, en especial políticas progresistas que luchen por la igualdad de oportunidades desde la escuela rural y pública, blinde la sanidad pública y por la justicia social». La ministra, han destacado los cuatro alcaldes que la han precedido en su intervención, «lo ha sido todo en esta tierra: fue concejal del Ayuntamiento de Zaragoza, consejera de Universidades del Gobierno de Marcelino Iglesias, delegada del Gobierno en Aragón, ministra y portavoz». Tiene, dicen sus fieles, el «discurso más cohesionado con el Gobierno de la nación» en relación a su posición leal al presidente Pedro Sánchez y eso «podría beneficiar a Aragón», opinan. Alegría sigue los pasos de Salvador Illa para Cataluña o Diana Morant en la Comunidad Valenciana, al dictado de Sánchez para colocar a sus ministros en federaciones clave y recuperar el poder territorial que se tiñó de «azul PP» en los últimos comicios de 2023.
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