¿Qué lleva a dos periodistas deportivos con una larga trayectoria a olvidarse de manera momentánea de su profesión, con todas sus virtudes y defectos, y escribir un libro de ficción deportiva? Esa es la pregunta que inicia la conversación entre Lorena González y Pedro Cifuentes , profesionales de la palabra y de la comunicación que han aprovechado el lanzamiento de su primera novela (‘Guarda silencio’ y Clics modernos’, respectivamente) para acercarse a la redacción de ABC y desmenuzar temas tan diversos como el panorama periodístico actual, la irrupción de las nuevas tecnologías, los beneficios de la literatura en los artículos de información o la ausencia del periodismo deportivo en la ficción literaria. -Lorena González: La sensación de escribir algo ficcionado y no periodístico se representa muy bien en el miedo al folio en blanco, la inseguridad, el síndrome del impostor. Porque escribir de algo que ha sucedido es mucho más fácil que hacerlo de algo que te tienes que inventar desde cero, hablar de unos personajes inexistentes. Es un reto que pone, ha sido una prueba importante y en algún momento imagino que ambos hemos dicho que nunca lo volveríamos a hacer. Cuando entregué el borrador final tenía mucho miedo, pensé que me iba a caer una buena. Pero ahora ya estoy con la siguiente, algo que no tiene nada que ver con el fútbol.-Pedro Cifuentes: A mí me ha producido una enorme satisfacción haber escrito una novela, aunque me di cuenta después de acabarla. Quería coger el toro por otros cuernos, aplicar otro tipo de sinceridad, salirme de los moldes del género periodístico, que es un género fascinante pero que tiene ciertos límites. Y sí, como Lorena, quiero escribir más, una continuación de este mismo. -LG: A los dos nos va la marcha, pero es lo que comenta Pedro, la literatura no te pone límites. -PC: El periodismo es un corsé que nosotros escogemos, pero salirse de ahí y aportar algo mínimamente valioso es fantástico. -LG: La idea de escribir un libro me surge después de llevar muchos años con conversaciones íntimas, más humanas con los protagonistas, y bueno, es que al final, lo que más me interesa es lo que no nos están contando, lo que no se está publicando. Entonces, me surge la oportunidad de la editorial de Plaza y Janés. En un primer momento, se me ofrece la opción de escribir una novela sobre fútbol femenino. No me vi capaz porque era un mundo que desconocía. Luego, les presenté esta idea y acertamos.Noticia Relacionada BARCELONA 1 – ATLÉTICO 2 estandar Si Simeone sonríe al fin a la decimoctava Daniel Cebreiro Primera victoria del argentino en Barcelona y duodécimo triunfo seguido rojiblanco tras un ejercicio de resistencia y efectividad-PC: En mi caso, no me llamaron para escribirlo, sino que me surgió a mí la idea. El libro se ha publicado ahora, pero fue escrito justo antes de la pandemia. Lo intenté publicar por aquel entonces, pero como todo se había derrumbado, lo metí en un cajón un par de años y ahora lo he vuelto a sacar, e increíblemente parece que está vivo. Yo, que soy mayor que Lorena, quería dar testimonio, sin ponerme pedante, del oficio periodístico. He intentado dar una visión satírica en lugar de, vuelvo a decir, pedante o académica, de cómo la falta de modelo de negocio incide en la pérdida. Por supuesto, pierde la calidad del producto, y probablemente esto tiene sus efectos en la calidad de nuestras democracias. Pero me parecía que a lo mejor era bonito hacer, aunque fuera desde la sátira, un pequeño homenaje a los periodistas que están todos los días en la redacción buscando el clic. El libro, de hecho, se llama ‘Clics modernos’ y también es un homenaje a un disco de Charlie García. Este libro nace de la decepción o incluso de la quemazón, del descubrimiento de que te habían engañado y solo estabas ahí para conseguir clics.-LG : Efectivamente, en mi libro también hay crítica, concretamente hacia cómo se trata el tema de la homosexualidad tanto en la sociedad como en los medios de comunicación, que tampoco se libran. Pero quien haya leído la novela o quiera leerla, creo que se va a quedar con un buen sabor de boca, he querido dar algo esperanzador. -PC: Y no solo los periodistas criticamos a los medios. Recuerdo perfectamente un día que estaba en una fiesta a la una y media de la mañana y oí lo de siempre, que los periodistas cada vez son peores. Y yo le pregunté a aquel tipo, al que no conocía mucho, que cuánto dinero se había gastado en medios en los últimos diez años. Me dijo que cero, porque cuando se encontraba un artículo de pago se iba a otro. Entonces me permití decirle que igual podía parar de dar la matraca, porque si no hay modelo de negocio es casi un milagro que existan todavía los periódicos serios si lo piensas, porque es que nadie paga por ellos. Yo lo único que conozco que es gratis es la información. -LG: También creo que cada vez hay menos literatura en el periodismo y, por ende, en el periodismo deportivo. La literatura necesita un poso, necesita un tiempo, que es lo que no hay en el periodismo y menos en la era de internet. O sea, ya no tienes un tiempo para que haya cierto decoro, para que haya cierto cuidado en la escritura. La literatura, al final, es una expresión artística. El arte necesita un cuidado y una noción estética. En este caso, cuando no hay tiempo, hay prisas y hay, además, cierta manipulación en algunos asuntos. Entonces, deja de ser literatura. Hay poca, la hay, hay algún resquicio, pero no hace ruido, no se vende, no llega. Hay publicaciones que realmente hacen literatura con el periodismo deportivo, el caso de revistas, por ejemplo, como Panenka, pero habría que preguntarles lo que les cuesta.Noticia Relacionada Esbozos y rasguños opinion Si No es volar, es caer con estilo Javier Aznar «LaLiga se va al parón navideño muy abierta, sin que el Madrid haya tenido que pagar demasiado cara su empanada inicial»-PC: Yo pienso que se puede decir que en el periodismo deportivo ha habido siempre más literatura que en el periodismo no deportivo, pero que, en efecto, cada vez hay menos, entre otras cosas, porque cada vez hay menos recursos. Probablemente en cualquier redacción hay una, dos o tres personas cuyo sueño sería dedicarse a escribir literatura sobre fútbol, sobre golf, sobre tenis o sobre baloncesto, pero ya no hay un excedente económico que te permita tener dos o tres estrellas dedicadas a hacer literatura con una responsabilidad diaria o semanal de hacerla. Ya no hay un Paco Umbral en los periódicos españoles por decir algo, ¿no? Es que quizás hay poca en el fútbol.-LG: En el propio juego sí que hay literatura. Cuando vemos libros sobre fútbol, tienen que ver siempre con lo que lo envuelve, no con el propio juego. Narrar el partido, la improvisación, la incertidumbre del resultado, todo es muy rápido, entonces, creo que eso no tiene impacto. Sin embargo, si cuentas todo lo que rodea: la pasión, una relación de amigos, lo que hay detrás del fútbol, sí se pueden ficcionar, pero si hablamos propiamente del juego, creo que narrativamente es difícil de sostener.-PC: Las crónicas tienen literatura, pero ¿cuál es el interés que tiene la crónica escrita ahora mismo en un periódico? Hay una frase en mi libro que me sorprendió, porque fue escrito en 2019, y el año pasado de repente la volví a leer y fue como un relámpago de luz. Hay un momento en el que una compañera del protagonista que trabaja en un periódico, que se llama el Centinela, le dice que no quiere ir al Bernabéu a escribir una crónica y él le contesta: «Da gracias que todavía te pagan por escribir crónicas». Han pasado cinco años, no conozco bien las métricas actuales de tráfico, pero estoy seguro de que la gente prefiere pinchar el vídeo de los tres minutos de los ‘highlights’ que leer una buena crónica, lo cual a mí como cronista y periodista me da muchísima pena, pero no sé si da valor añadido tener en tu sección a un Santiago Segurola. Yo colaboro en un medio escrito en el que directamente se ha prescindido de las crónicas porque no se leen.-LG: Por eso es tan estimulante escribir de un hecho real pero en un formato de ficción. La homosexualidad en el fútbol de élite es lo que da inicio a mi novela, pero no todo gira en torno a esa cuestión, sino a cómo afectaría a todos, no sólo a la persona, al futbolista top de un equipo de primer nivel que lo reconoce públicamente. Eso creo que es el eje de la novela. Y, a partir de ahí, todo lo demás. Cómo lo digieren los compañeros, los directivos, la sociedad, los medios, las familias… Porque hay muchos temas que se tocan en ‘Guarda silencio’. Qué pasa cuando te callas, cuando no puedes ser libre. También se habla de suicidio, de hecho empieza con un suicidio la novela, de toda esa parte que no aparece en los periódicos y donde hay tantísima soledad, tantos miedos, tantas presiones es un futbolista que, además, creo que intenta salirse del perfil estigmatizado del futbolista hueco que no tiene muchas inquietudes.-PC: Pero, aunque ambos hablemos de muchas cosas en nuestros libros, el fútbol sigue siendo el eje central, sigue siendo el rey. -LG: Sí, y es un deporte que no gusta al resto de deportes. Yo he hablado mucho con gente de otras disciplinas y les desagrada la figura del futbolista, de cómo el dinero ha corrompido al deporte. Del ambiente que hay desde las categorías inferiores y, sobre todo, de los componentes racistas, machistas y homófobos que aún quedan en él. Sin embargo, nos deja muchas cosas muy bonitas, es como la vida misma. Que el fútbol sigue siendo el rey, creo que es un gran titular.
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