José Luis Mayo Lebrija lleva más de 40 años dedicándose al arte belenista, transformando el barro en figuras que narran historias y evocan la esencia de la Navidad . Nacido en Toledo pero madrileño de corazón, su pasión no viene de familia. El interés por la escultura llegó en algún momento de su niñez, mientras contemplaba los nacimientos navideños en casas y parroquias y terminó dándose cuenta de que jugar con el barro podía convertirse en «arte».Ahora es un veterano en el oficio pero antes de llegar a poder dedicarse a ello, José Luis pasó por varios trabajos y aprendió a ser belenista gracias a varios maestros. Durante bastante tiempo, descubrió el oficio en diferentes lugares. A los 14 años trabajó con un fabricante de figuras de belén donde estuvo unos siete años y pasó por varios talleres que le formaron para ser ahora uno de los mejores.«Cuando paso un tiempo sin modelar siento que me falta algo», admite. Esta conexión con el oficio, casi como una necesidad vital, lo ha llevado a crear miles de figuras que han llegado a belenes de todo el mundo, desde París hasta el Museo del Pueblo Español en Japón.Noticia Relacionada estandar Si David Bisbal reinaugura una Navidad de masas en la Puerta del Sol Jesús Nieto Jurado El almeriense congrega a miles de seguidores espoleados por Ayuso y su «¿Cómo están los máquinas?»La autoexigencia es el motor del trabajo de José Luis. No teme destruir una pieza en la que ha invertido horas si no cumple con sus expectativas: «Cuando una figura no me gusta, la rompo. Primero me tiene que gustar a mí». Su atención al detalle y su compromiso con la autenticidad hacen que dedique más horas de las que debería, incluso a veces sacrificando tiempo con su familia. «Cuando algo te apasiona, te vuelves un poco vicioso», confiesa.Cada pieza refleja su esfuerzo por capturar la esencia del lugar, la época y la humanidad de los personajes. Aunque no cuenta con una inspiración concreta, su estudio de la vida en el siglo I y su observación de gestos cotidianos actuales le permiten dar vida a figuras que parecen reales. «A veces me fijo en cómo anda o se sienta alguien, y sobre eso saco una idea».El barro sigue siendo su material base, pero José Luis no ha dejado de explorar nuevas técnicas. «Trabajo con barro, bronce, madera… y ahora usamos materiales como silicona y goma para los moldes. Esto permite dar más movimiento a las piezas y aprovechar nuevas ventajas».El proceso creativo no tiene tiempos definidos. Algunas figuras surgen en un par de días, mientras que otras pueden requerir semanas. «Depende del tamaño, del modelo, del movimiento que lleva. No cuento el tiempo, simplemente le doy el que necesita».La representación de los personajes del belén está cargada de simbolismo y realismo en su obra. José Luis cuida hasta el más mínimo detalle, como la postura de la Virgen María: «A fin de cuentas era una mujer recién parida, que había caminado 100 kilómetros desde Nazaret a Belén. Tenía que estar rendida». También destaca su especial afecto por San José, a quien llama «el eterno desconocido». Intentar llevar elementos de la realidad actual a la antigüedad es una constante en su trabajo, buscando que cada figura tenga vida propia. «Intento no copiarme a mí mismo; cada pieza debe ser única».De todas sus creaciones, una de las que recuerda con especial cariño es un grupo escultórico de 35 centímetros titulado ‘El descanso en la huida’, creado para un belén en Valencia. También menciona una reproducción de La Sagrada Familia del pajarito, basada en un cuadro famoso, que elaboró como encargo personal. A pesar de los desafíos, José Luis encuentra en su trabajo una fuente inagotable de satisfacción y creatividad. «Mientras Dios me dé vista, inspiración y manos para trabajar, seguiré haciéndolo».Un artesano afortunadoCuando se le pregunta si se considera un artista, José Luis responde con humildad: «Mira, yo me considero un hombre afortunado que trabaja en algo que le gusta. Los demás dicen que soy artista. Muchas gracias, pero lo que realmente soy es un artesano imaginero belenista». Su mayor recompensa no es el título, sino el hecho de que su trabajo no solo lo satisface a él, sino que también conecta con los demás. «Es un doble premio: lo que hago me gusta a mí, y además gusta a los demás».Hoy, José Luis Mayo es uno de los grandes referentes del belenismo. Su obra, llena de historia y humanidad, es un puente entre el arte y la fiesta que une generaciones. Para celebrar su recorrido, algunos de sus ejemplares se exponen hasta el 10 de enero en el homenaje ‘Cuando el belén se hace arte’ en El Centro Cultural Casa del Reloj de Arganzuela.
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