Este fin de año es el primero en el que muchos adolescentes saldrán de fiesta en Nochevieja. Amigos, discoteca, cotillón y buena música conforman el escenario ideal para los menores. Sus progenitores, sin embargo, suelen vivir este momento con temor y cierta angustia. La bebida , fumar o las malas conductas preocupan a los padres pues, al fin y al cabo, sólo quieren que sus hijos regresen a casa sanos y salvos.Algunos de estos adolescentes , además, puede que hayan traído varios suspensos a casa. ¿Se merecen salir de fiesta en Nochevieja? «Una cosa no tiene nada que ver con la otra», recuerda Amaya Prado , psicóloga educativa y vocal del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid ( COP Madrid ). «Cuando los padres ven las notas, lo más probable es que respondan de manera desregulada, desde el propio enfado», explica. «Si esta fue la consecuencia que en su momento se pactó -prosigue-, toca respetarla. Pero no debemos olvidar que las dificultades en el rendimiento escolar pueden tener multitud de factores : dificultades a nivel familiar o personal, la adolescencia es una etapa en la que los intereses están en otro lugar, etc. Por tanto, si el menor ha suspendido varias asignaturas, no debemos ir a dar donde más les duele. Los límites y normas hay que pactarlos desde antes».Noticias relacionadas estandar Si Suspensos: Cómo afrontarlos en Navidad (lo que sí y lo que no debes hacer con tu hijo) Laura Peraita estandar No El coach de Ilia Topuria «Para detectar el talento de los hijos hay que escucharles y apoyarles» Laura PeraitaEn todo ello, la confianza es fundamental. «Hay que sembrarla desde que son pequeños, no cuando ya son adolescentes y el día 30 de diciembre», recuerda Prado. «Si van a salir, los padres han de hablar con los hijos previamente, saber a dónde van a ir, con quién… así como establecer los límites y las alternativas en caso de que suceda algo porque es fundamental que acudan a sus progenitores y no a sus iguales». Sin esa confianza familiar, el sexo, el alcohol o las drogas seguirán siendo temas tabús. Según los datos del estudio HBSC 2018 en España sobre Conducta Sexual , financiado y apoyado por el Ministerio de Sanidad, el 29,3% de los chicos y el 26,7% de chicas reconocen haber tenido ya su primera relación sexual coital a los 16 años. Un año antes, a los 15, ya se han iniciado un 27,8% de ellos y un 30,9% de ellas.familia 0022El alcohol y el tabaco son las sustancias que empiezan a consumirse de manera más temprana: a los 16,4 años y 16,6, respectivamente, según la Encuesta sobre Alcohol y otras Drogas en España (EDADES) 2024 . Respecto a las sustancias ilegales, el cannabis es la que empieza a consumirse a una edad más prematura: 18,4 años. «Es fundamental que los padres hayan hablado con sus hijos desde hace mucho tiempo sobre cualquiera de estos temas así como haberles educado, desde bien pequeños, a decir ‘no’, en valores, enseñándoles las herramientas necesarias para saber cómo afrontar determinadas situaciones de peligro», recuerda la psicóloga. Aunque puntualiza que «el miedo es normal, es fundamental no dejarse llevar por él». Escucha activaCuando los hijos se hacen mayores, los progenitores suelen experimentar una mezcla de emociones al reflexionar sobre lo rápido que pasa el tiempo. «Y se tiende a advertirles de los miedos, peligros, ‘ten cuidado’…, olvidándose de lo más importante: escucharles. Quizás no vayan a salir de fiesta y sólo quieran reunirse con unos amigos a jugar a la consola en casa de unos de ellos. Dejémosles que expliquen qué quieren hacer, cuáles son sus planes, sin interrumpirles, ofreciéndoles alternativas, pactando los límites… Con 13 años, quizás no quieras que vuelva cuando amanezca pero eso no significa que no pueda salir. Se puede pactar una hora de regreso prudente, ir a recogerle, etc.», ejemplifica la experta. Y, por supuesto, nada de ‘ cuando yo tenía tu edad…’ . «Tendemos a compararnos y, además, como si ellos tuvieran que aprender de lo que sus padres hicieron. Los adolescentes tienen que instruirse de sus propias experiencias, las cuáles no van a ser las mismas que vivieron sus progenitores con 16 años», subraya. «Quizás, lo que tus padres hicieron contigo no fue lo más adecuado -continua-. Por eso, hay que escucharles, poniéndose en el papel de padre protector, no sobreprotector , explicándoles lo que puede pasar y cómo reaccionar, recordándoles que tú vas a estar ahí para ayudarles». No sobreprotegerSi llegan a casa borrachos o llaman de madrugada porque ha sucedido algo , no hay que perder los papeles. «No es momento de dar sermones ni de echar broncas. Toca ayudarles o decirles que se acuesten si vienen con alguna copa de más y, al día siguiente, con calma, hablar de lo sucedido. Castigarles tres meses sin salir no va a mejorar las cosas -advierte-. Hay que darles un margen de error. Además, en estas primera salidas, los adolescentes buscan cierta independencia pero, al mismo tiempo, quieren que sus padres estén ahí por si pasa algo y la lían. Mantener ese equilibrio es difícil pero ha de hacerse».Las familias sobreprotectoras , sin embargo, no les hacen ningún favor a sus hijos. Pedirles que te llamen cada hora o que te hagan videollamadas para asegurarte de que no te ha mentido, « demostrará a los hijos que no confían en ellos . Y todo por los miedos del propio adulto», subraya Prado. «Hay que pactar que, por ejemplo, te mande un mensaje cuando haya llegado a la fiesta o de que ya vuelve a casa. Poco más».Saber a cada minuto cuáles son sus movimientos, hacerles un interrogatorio o decirles que te echen el aliento minarán ese clima de confianza tan necesario. « Pasamos de la permisividad al autoritarismo con mucha facilidad », subraya Prado, «y con un adolescente, el ‘ porque lo digo yo ‘ no funciona. Los progenitores suelen actuar así por miedo pero el mostrarse inflexible y rígido sólo empeorará las cosas porque el menor tenderá a revelarse».Padres unidosLa adolescencia es una etapa de desarrollo vital en la que los padres tienen un papel fundamental. Aunque los jóvenes estén buscando su independencia, quieran parecerse a sus iguales y parezca que ya no quieren saber nada de sus progenitores, es cuando más apoyo emocional necesitan. Y, en este contexto, los padres han de estar más unidos que nunca.MÁS INFORMACIÓN noticia Si Ir al instituto: la etapa que genera pánico en las familias noticia No El mensaje de la olímpica Lydia Valentín a los jóvenes: «No hay ningún atajo para cualquier cosa que merezca la pena» noticia No El error que cometen las madres y sólo empeora el comportamiento de sus adolescentes noticia No «Por complicada que parezca la adolescencia, siempre hay una manera dialogada de reconducir las situaciones más problemáticas»« Estén separados o no, deben acordar siempre las mismas decisione s», subraya Prado. «No vale eso de que porque esté con mamá puede salir pero si está con papá no. Tampoco acordar por detrás del otro progenitor que puede llegar una hora más tarde de lo acordado», ejemplifica. « Los límites y las normas han de respetarse siempre porque, de lo contrario, ¿qué le estamos enseñando al menor? Ambos siempre tienen que formar parte de la decisión porque si sucede algo, entonces sí, tendremos un problema».
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