Laporta ha ganado. Ha creado una necesidad que no existía. Ha apurado artificialmente los plazos. Ha presentado a los fondos árabes como salvadores. Ha ingresado 100 millones de euros por nadie sabe cuántos palcos ni cuántos asientos, ni en qué condiciones. Ni por supuesto con qué comisiones. El contrato, como el de Nike, permanece una vez más opaco en nombre de la confidencialidad. Pero Laporta, tan crítico con estos países y estos fondos mientras estuvo en la oposición, entre sus dos presidencias, ha conseguido meterlos en el club sin que se notara demasiado, sin el permiso ni el conocimiento de los propietarios, que son los socios, convenientemente entretenidos con el circo de las inscripciones.Dani Olmo y Pau Víctor han funcionado como maniobra de distracción a pesar de que la maniobra haya descarrilado. Cuando se juega tan al límite, aunque sea una farsa, estas cosas a veces pasan. Pero qué más le da al presidente un jugador más o un jugador menos. Lo único que le importa, desde que ha vuelto a la presidencia del club, es llevarlo al colapso para venderlo a los árabes. Mientras todo el mundo se ha distraído con el guiñol de la inscripción del centrocampista, el presidente ha conseguido su objetivo sin que nadie se diera cuenta, y es que el capital árabe entrara en el club pareciendo además que nos hacen un favor. Estamos ante el primer gran ensayo general de Laporta. El espectáculo definitivo no será con la inscripción de un jugador sino con la devolución de un crédito o de diferentes vencimientos acumulados con Goldman Sachs. Laporta conducirá al club al límite como ha hecho en esta ocasión con Dani Olmo, porque ni el presidente más idiota de la historia del fútbol –y Joan Laporta i Estruch no es ningún idiota– podría pretender que nos creyéramos que no ha sido capaz en cuatro meses de resolver algo tan sencillo como la inscripción de un jugador por 60 millones de euros. Y cuando en lugar de estos 60 millones el abismo sea de 1.000 o de 1.500 millones, otra vez los fondos árabes aparecerán como salvadores, habiendo pactado previa y minuciosamente la pantomima con Laporta, y el presidente preguntará a los socios si prefieren poner ellos, como legítimos propietarios, el dinero que falta; y los socios del Barça, que son el colectivo más mezquino y vergonzoso de Europa, bailarán si conviene danzas barabarescas para dar la bienvenida a cualquiera que les salve del engorro de tener que demostrar con sus actos sus sentimientos, y así será como creyendo que una vez más la suerte les ha sonreído en el último momento, y que Laporta es un genio, el club dejará de pertenecerles. Es por algo que el presidente ha pedido la Golden Visa de Qatar (sin convenio de extradición con España).Noticias relacionadas estandar Si Barbastro 0 – 4 Barcelona El Barça sin VAR arrasa al Barbastro Salvador Sostres opinion Si Todo irá bien El fiasco de Olmo, un bochorno institucional para el Barcelona Salvador SostresEn el guiñol de los Olmo, la indignación del chico y de su familia es total. La reunión del sábado del jugador con Laporta, en la Ciudad Deportiva, antes de que el presidente viajara a Barbastro, empezó y acabó mal. Hay pocas ganas en los Olmo de continuar vinculados al Barcelona mientras Laporta siga al frente de la entidad –tal como Messi no quiere ninguna relación con el club mientras esté Jan– y lo que les pide el cuerpo es pronunciarse de un modo categórico. No es descartable, pero también es cierto que hay muchos intereses y dinero en juego, de modo que lo esperable es que no haya anuncios significativos hasta que se agoten definitivamente las –aunque ficticias– últimas vías para continuar.
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