Markus Stoffel, profesor de Impactos y riesgos climáticos de la Universidad de Ginebra, ha declarado a la CNN que una erupción a gran escala podría producirse y sería un evento para el que «la humanidad no tiene ningún plan» que causaría un caos climático. Y añadió que «la pregunta no es si ocurrirá, sino cuándo» . Y explicó que la evidencia geológica sugiere una probabilidad de 1 entre 6 de que se produzca una erupción a gran escala en este siglo. «Y actualmente el mundo no está preparado para los impactos que desataría».Un mundo más inestableEn la actualidad, se estima que existen unos 1.350 volcanes potencialmente activos y unas 800 millones de personas viven a unos 95 km de alguno de ellos. Y los investigadores han ido señalando que las erupciones masivas de los últimos miles de años enfriaron durante periodos de tiempo determinados el planeta entre 1 y 1,5 grados. Por ejemplo, l as pruebas de la erupción de Samalas , en 1257, en Indonesia, sugieren que pudo haber contribuido a desencadenar la ‘Pequeña Edad del Hielo’, un período frío que duró hasta mediados del siglo XIX. Pero entre los diversos casos, destaca el de Okmok en Alaska, en el año 43 a. C., su erupción pudo haber enfriado el ambiente hasta 7 grados Celsius.Y el Monte Pinatubo en Filipinas, en 1991, al tiempo que enfrió su entorno 0,5 grados, también liberó 15 millones de toneladas de dióxido de azufre a la estratosfera. Este factor preocupa especialmente ya que puede afectar a la circulación de los aviones. Y las partículas de aerosol que se forman en el proceso pueden dispersar la luz solar, y enfriar el planeta. Además, «estas partículas pueden volar alrededor del mundo y durar un par de años», señala a la CNN Alan Robock, profesor de Ciencias Ambientales en la Universidad de Rutgers y estudioso de los volcanes. Noticia Relacionada Adentrarse en el corazón de los volcanes perforando por primera vez un pozo para obtener energía ilimitada y barata Alexia Columba Jerez KMT quiere revolucionar las posibilidades energéticas y redefinirlos límites de la exploraciónRecordemos que entre los casos más conocidos está el de Tambora en Indonesia, que en 1815 produjo un año sin verano en Europa. La aseguradora Lloyds calculó que un escenario semejante hoy podría afectar a la seguridad alimentaria mundial y aumentaría las tensiones políticas. Y las pérdidas económicas podrían ascender a más de 3.600 millones de dólares solo en el primer año.Además, la diferencia con eventos semejantes previos en la historia es que «ahora es un mundo más inestable», explica Michael Rampino, profesor de la Universidad de Nueva York, que investiga los vínculos entre las erupciones volcánicas y el cambio climático. Y añade que «los efectos podrían ser incluso peores que los que vimos en 1815».En nuestro actual panorama cambiante, Stoffel señala que la superficie del océano se está calentando, el derretimiento del hielo disminuye la presión, lo que puede permitir un incremento de las erupciones y que el magma aumente más rápido. Asimismo, los expertos señalan que las precipitaciones más extremas pueden filtrarse profundamente en el suelo, y pueden reaccionar con el magma. Frente a los posibles riesgos, los investigadores monitorizan diversos puntos, como Campi Flegrei, al oeste de la ciudad italiana de Nápoles, en la que viven más de un millón de personas. Otros lugares son Indonesia o el Parque Nacional de Yellowstone. Pero lo cierto es que «cuál será el próximo y cuándo, eso todavía es imposible de predecir . Las erupciones volcánicas masivas no se pueden prevenir, pero hay formas de prepararse» , afirma Stoffel. Incide en que si bien algunos podrían decir que la probabilidad de una erupción masiva aún es pequeña, «en realidad no lo es». Y «estamos apenas empezando a tener una idea de lo que podría pasar». Por eso, ha pedido a expertos que evaluaran los peores escenarios, llevara a cabo pruebas de resistencia y elaboraran planes de seguridad del suministro de alimentos y de evacuación en aras de la previsión y no de la alarma.
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