Ferraz teme que coja fuerza un sector crítico del PSOE con Page, Extremadura y Aragón

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Ferraz teme que coja fuerza un sector crítico del PSOE con Page, Extremadura y Aragón

El plan diseñado por Pedro Sánchez el pasado verano para revalidar su liderazgo en el PSOE y alinear a las federaciones con el fin de minimizar el ruido interno puede no salir del todo bien. La victoria el sábado de Miguel Ángel Gallardo en las primarias del PSOE extremeño supone una derrota para Ferraz, que le había retirado el apoyo al considerar, según afirmaban esta semana desde el Gobierno a ABC, que «su liderazgo no ha acabado de cuajar». Sin embargo, la candidata alternativa, la exconsejera autonómica Esther Gutiérrez -que siempre negó ser la persona de Ferraz- no logró imponerse, aunque supone un contrapoder importante en una federación que ha quedado muy dividida por las luchas entre Cáceres y Badajoz . En pleno proceso de celebración de congresos regionales, crece el temor en Ferraz a que pueda formarse un sector crítico orgánico que se una a la principal voz discordante, la del presidente de Castilla-La Mancha. Mientras, Emiliano García-Page prepara su congreso regional, que se celebrará el fin de semana que viene y se prevé como un paseo militar, observando qué sucede en el resto de federaciones. La atención en Ferraz se centra ahora en Aragón, el único territorio aún en liza que no dan por controlado y en el que, además, compite Pilar Alegría, ministra de Educación y portavoz del Gobierno. Una derrota adquiriría mayor significado. En la hipótesis que manejaban en el Gobierno y en la sede federal del partido tras la celebración del congreso en el que resultó reelegido Pedro Sánchez como secretario general, el pasado 30 de noviembre y 1 de diciembre en Sevilla, sólo se contemplaban cinco territorios problemáticos, aparte de Castilla-La Mancha. El primero era Madrid, pero la abrupta dimisión de Juan Lobato tras publicar ABC que acudió al notario para cubrirse ante los avances de la investigación al fiscal general del Estado por revelación de secretos ha dejado el camino expedito a Óscar López , ministro de Transformación Digital. La segunda y la tercera eran Castilla y León y Andalucía, y Ferraz se puso a trabajar para desplazar a los dos líderes regionales, ambos con intención de continuar: Luis Tudanca y Juan Espadas. Un mes después, ambos han dado un paso atrás forzados por la dirección federal y han dejado paso a los candidatos oficialistas: el alcalde de Soria, Carlos Martínez, para Castilla y León; y la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, para Andalucía.Resueltos satisfactoriamente para Ferraz estos tres procesos anteriores, la única incógnita que queda es Aragón, una federación relevante en la que Sánchez no consigue doblegar el ánimo de Javier Lambán . En Ferraz admiten que las primarias serán reñidas, aunque confían en que la ministra Alegría se imponga al candidato de Lambán, Darío Villagrasa, que es el secretario de Organización regional. «Va a haber competición, el resultado no va a ser 80-20», admiten en Ferraz, «pero lo normal es que gane Alegría». Según sus cálculos, la portavoz de Sánchez en La Moncloa tiene controlada Huesca, pero Zaragoza y Teruel están muy divididas, por lo que habrá partido. «Lo normal es que gane Alegría, porque el peso de una ministra es muy importante», insisten en el Ejecutivo. Cierre en falso o cierre de filas El resto de las baronías están bastante alineadas con Pedro Sánchez y no ha habido discusión seria sobre los liderazgos. En Cantabria sí se celebrarán primarias, pero ninguno de los dos candidatos se presenta como crítico con Sánchez. En Ferraz no preocupa si esa federación seguirá con Pablo Zuloaga, exvicepresidente autonómico, al frente, o si será el diputado Pedro Casares el nuevo secretario general en la región.Pero no es oro todo lo que reluce. Indudablemente, con todo este proceso de renovación de liderazgos regionales, Ferraz está consiguiendo frenar el ruido interno, y un balance general arroja un éxito en el corto plazo. Pero del mismo modo que afirmar que la dirección federal del PSOE ha conseguido el «cierre de filas» que buscaba es ir demasiado lejos, interpretarlo como un «cierre en falso» es excesivo . Lo admiten los críticos: «En clave interna puede parecer que hay un alineamiento de direcciones y de secretarios generales con la posición del secretario general», apuntan. «Pero este tipo de procesos tienen alguna contraindicación, como algunos medicamentos: finalmente no sabes qué piensan las federaciones. El hecho de que Tudanca o Espadas hayan dado un paso atrás empujados por Ferraz no significa que el 100% de esas regiones comulguen a pies juntillas con el secretario general en relación con asuntos que tienen mucho que ver con la política territorial, algo esencial para labrar unas buenas expectativas electorales». Es decir, que Montero sea la líder en Andalucía no significa que la financiación singular de Cataluña vaya a ser mejor vista por los andaluces, o más específicamente por los militantes socialistas. Ni por los ciudadanos.«Aparentemente este tipo de procesos suponen un cierre de filas, pero a medio y a largo plazo no sabes qué consecuencias tienen: no conoces el nivel de apoyo y rechazo de las posiciones del partido, y no sabes si esto va a servir para relanzar el partido en aquellos sitios donde hay que mejorar los resultados. Deja interrogantes abiertos tanto desde el punto de vista interno como social, porque son procesos que no tienen la credibilidad social, ya no te digo orgánica, porque no son candidaturas naturales, creíbles y serias».El plan diseñado en Ferraz persigue dos objetivos y tiene una víctima: el primer objetivo es conseguir rearmar el partido bajo el control férreo de Ferraz para que funcionen sin voces discrepantes que puedan enredarse en críticas a las políticas que el presidente del Gobierno pone en marcha desde La Moncloa, especialmente aquéllas que tienen repercusión en clave autonómica: la financiación autonómica, las cesiones a los independentistas, etcétera. El segundo y principal es empezar a trabajar para las elecciones autonómicas previstas para mayo del año 2027, una cita que en la estrategia a medio plazo de Sánchez se presenta como esencial y que a su vez se aborda como una oportunidad, dado que en este momento el PSOE tiene el menor poder territorial de las últimas décadas. El crecimiento regional como camino para permanecer en La Moncloa. SuperdomingoRecién iniciado 2025 es pronto para desvelar cuándo serán las elecciones generales, que a lo más tardar deberán celebrarse en verano del 2027. Sin embargo, es momento de empezar a manejar hipótesis. Hace ya tiempo que sonaba la posibilidad de hacer coincidir las generales con las elecciones andaluzas, que son las primeras que deberán convocarse. Las anteriores se celebraron en junio de 2022 , por lo que deberán celebrarse en verano del 26. Sin embargo, en este momento tiene más peso la hipótesis de adelantar levemente las generales para convocarlas junto a los comicios autonómicos y municipales de mayo de 2027: un superdomingo que esta semana ha sido lanzado a la opinión pública por el ministro de Transportes, Óscar Puente, y que encaja con el mensaje que dice una y otra vez Pedro Sánchez de que las elecciones serán en el 27. En términos de partido, la víctima de toda esta estrategia es el concepto mismo de primarias que tanto defendió Sánchez en sus inicios y que le permitió volver a ser secretario general del PSOE después de que el 1 de octubre de 2016 fuera expulsado por los suyos. Esta estrategia es el gran triunfo del aparato sobre los dirigentes, y para ello Sánchez hace uso de un elemento novedoso: la militancia . La misma que le aupó frente a Susana Díaz y a la que se mimó en el último congreso federal de Sevilla. «Cuando un líder autonómico le incomoda, Sánchez le advierte con echarles encima a la militancia», explica un dirigente crítico. «Los militantes son por definición mucho más radicales que los cuadros medios, que tienden a ser más moderados. Sánchez ha sabido jugar esa baza, aunque quien sufre es obviamente el partido», añade.El aterrizaje de ministros en las baronías regionales es significativo: Montero en Andalucía , López en Madrid, Diana Morant en la Comunidad Valenciana, Víctor Ángel Torres en Canarias y la incógnita de Alegría. El plan es la identificación absoluta entre La Moncloa y Ferraz , entre el Gobierno y el Partido Socialista. Es el camino elegido por Sánchez para dar la batalla en el siguiente ciclo electoral.h Las caras de la batallaEmiliano García-Page Presidente Castilla-La Mancha 1Es el pepito grillo del sanchismo y tiene el poder regional. Nadie le tose en Castilla-La Mancha y representa otro PSOE.Darío Villagrasa Candidato PSOE Aragón 2El hombre de Lambán en la disputa con Pilar Alegría. Joven y preparado, dará la batalla a la ministra. En Ferraz están atentos.Óscar López Candidato PSM 3El último ministro de Sánchez, que fue candidato a presidir la Junta de Castilla y León, garantiza lealtad frente a Díaz Ayuso.María Jesús Montero Candidata PSOE Andalucía 4Ella no quería, pero Sánchez entendió que necesitaba alguien de su máxima confianza en Andalucía, principal federación del PSOE.Carlos Martínez Candidato PSOE Castilla y León 5El alcalde de Soria asume el reto de competir con Mañueco, que tiene Presupuestos y puede adelantar las elecciones cuando quiera.

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