Campazzo decide el festival anotador entre Madrid y Maccabi

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Campazzo decide el festival anotador entre Madrid y Maccabi

En un duelo con aroma político, más de cien personas congregadas en la previa en una manifestación propalestina orquestada por Podemos, brilló el baloncesto con fuerza, espectacular enfrentamiento con exceso de canastas que se acabó llevando el Madrid ante el Maccabi de Tel Aviv (116-113). Los israelíes, penúltimos, sorprendieron a los blancos con su puntería y valentía pero, como es costumbre, apareció un estratosférico Campazzo (31 puntos) que, en los momentos calientes del último cuarto, sentenció la que ya es su sexta victoria consecutiva de los blancos en el torneo continental. El Maccabi es un equipo irregular y exiliado, local en Belgrado y no en Tel Aviv por el conflicto entre Israel y Hamas. Sin embargo, se vuelve un peligroso rival cuando se entrega al ritmo de Jokubaitis. El lituano no cuajó en el Barça pero, con los hebreos, siempre despliega su eléctrico baloncesto, y al Madrid le tocó sufrirlo desde el inicio. Sorprendió el colmillo de los macabeos hasta que la pareja formada Campazzo y Musa entró en escena. El argentino y el bosnio firmaron los primeros 16 puntos de los locales y, poco a poco, sus rivales comenzaron a recular en su empeño. Un nuevo triple del base dio a los de Mateo la primera ventaja de la noche (21-20). Hezonja , excepcional su estado de forma, siempre se imponía a sus defensores, sus individualidades generaban auténtico pavor en el enemigo (anotó 17 puntos antes del descanso) y el Madrid solo debía apretar un poco en defensa para desplegar las alas. Sin embargo, un triple de Jokubaitis sobre la bocina hizo que la superioridad merengue, al término del primer cuarto, fuese mínima (33-30). No conseguían los de Chus Mateo bajarle las pulsaciones al duelo, una guerra infinita de canastas, de lo más entretenida, pero que aumentaba las posibilidades del éxito de los visitantes. Blatt y Sorkin se divertían de lo lindo, mientras que en el otro bando era Garuba el más destacado, intimidante el físico del español como en sus mejores días aunque se llevó una buena reprimenda de Llull por un fallo defensivo. Estaba justificado el enfado del capitán, pues la protección del aro de sus compañeros era muy deficiente: al descanso, el Maccabi ya había anotado la barbaridad de 63 puntos (57-63). Tras la reanudación, el Madrid solo tardó un minuto y medio en cometer cuatro faltas, prueba inequívoca de que algo no funcionaba en su sala de máquinas. El Maccabi , en cambio, estaba al alza, gracias en parte a su gran hacer desde la línea de tres, apartado en el que superaba el 60% de acierto. Un tremendo mate de Sorkin , que también cercaba con éxito a Tavares, elevó la ventaja macabea hasta la decena y las alarmas en el bando blanco se encendieron. Cuando más negra era la situación, apareció Campazzo con su habitual e imparable empuje. El base, bien secundado por Feliz , fue el artífice de un espectacular parcial coronado con un triple de Abalde, que dio de nuevo el liderato a los locales (78-76). Toda acción tiene una reacción y los visitantes, tras una sequía anotadora, volvieron a lo grande gracias a cinco puntos consecutivos de Blatt, pero el acierto exterior de Ndiaye y Llull dejaron todo por decidir en el último cuarto (91-90). El panorama se despejó en clave blanca después de que Sorkin fuese expulsado tras sumar su cuarta falta personal y una técnica. Pese a todo, no se derrumbaban los macabeos, aunque Campazzo estaba en trance, decidido a ser el dueño de un duelo incontrolable. Hezonja, Musa, Rivero… eran muchos los héroes y nadie se distanció en el marcador hasta los segundos finales, momento en el que el Maccabi, tras tanto remar, sucumbió ante la única gran defensa de su rival en todo el partido.

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