Oversharing o adicción a compartirlo todo en redes sociales: qué consecuencias psicológicas tiene

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Oversharing o adicción a compartirlo todo en redes sociales: qué consecuencias psicológicas tiene

Pareciera que se nos salen los ojos de las órbitas cuando alguien -cuya edad no comprende la vejez- nos dice que no tiene redes sociales . A mí personalmente me suscita envidia porque dos horas al día no me las quita nadie buceando en los perfiles de mis conocidos y -lo que considero aún peor- cotilleando las vidas de otros que se me antojan muchas veces más interesantes que ninguna otra.Compartir nuestra vida en redes sociales se ha convertido en una parte integral de la forma en que nos comunicamos y conectamos con los demás. Desde fotos de momentos especiales hasta pensamientos y reflexiones diarias, las redes sociales nos permiten mostrar quiénes somos y lo que valoramos: la fiesta del sábado con amigos, esas cervezas tras salir del trabajo, hasta los regalos que traen los Reyes Magos… ¿ Dónde está el límite ? Noticias relacionadas estandar No Meditación gratuita Cómo poner en valor los deseos y las nuevas ilusiones estandar Si Chowa: así es la filosofía milenaria japonesa para alcanzar el equilibrio Raquel AlcoleaLas notificaciones en las redes sociales no se hacen esperar cuando publicamos algo, de esta forma conocemos otras opiniones y nos llevamos más de uno o dos piropos por la foto que acabamos de «colgar» donde salimos especialmente atractivos. Sin embargo, también es importante considerar el impacto que esto puede tener en nuestra privacidad y en nuestras relaciones.Dejar de compartir tu vida en redes socialesAl hablar de redes sociales encontramos dos vertientes: cuando lo compartes todo con los demás y cuando sientes envidia por todo lo que ves en los demás. Abordando el primer factor, la psicóloga Beatriz Gil, experta en autoestima, liderazgo e inteligencia, comenta que quienes sienten la necesidad de compartir cada aspecto de su vida en redes sociales, ya sea bueno o malo, se exponen a peligros psicológicos: • Sobreexposición emocional : al compartir constantemente, las personas pueden sentirse vulnerables ante las críticas o la falta de apoyo esperado. • Pérdida de límites personales : convertir la vida privada en un contenido público puede generar confusión sobre qué momentos son realmente propios. • Ansiedad : la presión por mantener a los seguidores interesados puede llevar al agotamiento emocional. «Para protegerte de las redes sociales es fundamental que establezcas límites claros, es decir, decidir qué aspectos de tu vida son para compartir y cuáles son privados», dice la psicóloga. Por otro lado, recomienda desconectar conscientemente. Esto es dedicar tiempo a vivir momentos importantes sin documentarlos. Por ejemplo, disfrutar una comida sin usar el móvil o dedicar tiempo a tus hobbies sin interrupciones digitales.«Hablar con amigos cercanos o un profesional puede ser más enriquecedor que publicar tus emociones online», concluye la experta en cuanto a sus consejos para dejar de querer compartirlo todo.Por otro lado, hay que tener en cuenta a quiénes tenemos en redes sociales. Pueden ser amigos, amigos de amigos, conocidos, desconocidos y entre todos ellos estar nuestro jefe. ¿Cuál es nuestro rol si nuestro jefe nos sigue o interactúa en algún momento con nosotros a través de nuestras redes? ¿Cómo debemos usar las redes para que no interfieran en nuestra vida laboral? Para manejar este tipo de situaciones los expertos de ifeel proponen estos siete consejos:1. Asume la responsabilidad . Debes ser responsable y coherente y tomar medidas: hacer redes privadas, cuidar mucho lo que publicas o, simplemente hacer lo que creas conveniente o te apetezca y asumir las consecuencias que eso puede tener.2. Sé coherente con lo que publicas. Si tienes redes públicas, te expones a que cualquiera te siga o eche un vistazo a tus contenidos, aunque tú no te des cuenta. Recuerda que, si tienes redes abiertas y publicas cualquier contenido, te expones a que eso perjudique tu reputación online.3. Compórtate con asertividad . Siéntete libre de no corresponder a todas las interacciones por redes que te hacen tus compañeros de trabajo o tu jefe. Por otro lado, tómate las cosas con naturalidad: si estás a gusto con lo que publicas e, incluso, tus redes son completamente abiertas, tómate con naturalidad el hecho de que tu jefe u otros compañeros te sigan, independientemente de si decides corresponderles o interactuar.4. Cuida tu reputación online . Cuanta más actividad tenemos en las redes, más información estamos publicando sobre lo que hacemos y pensamos. Es bueno que cuidemos la imagen que damos en internet : nunca sabemos qué jefe presente o futuro (o qué compañeros, o qué responsables de recursos humanos) tendrán acceso a ella.Llegada de la baja autoestimaRedes sociales y autoestima encajan bastante bien en cualquier escenario. Por ejemplo, quienes son meros espectadores, es decir, que no comparten apenas nada de sus vidas pero sí se interesan por saber qué hacen los demás, pueden llegar a sentir que sus rutinas no son tan interesantes como las que ven en redes sociales. Quizá los planes no pueden permitírselos, no saben con quién compartirlos… Por otro lado, puede ser un indicio de baja autoestima que haya personas que lo compartan todo. De algún modo, buscan la aprobación de los demás mediante ‘likes’, mensajes… Quizá si el número de visualizaciones o ‘me gusta’ bajan, pueden tomárselo como que su contenido no interesa como antaño, y eso les hace tener niveles bajos de amor propio también.Hay que tener en cuenta que muchos usuarios perciben como perfectas las vidas de los demás, aunque rara vez son tan perfectas como parecen en la pantalla. Cuando esto ocurre, comienzan a sentir que su propia vida está vacía de contenido, que no hacen planes tan espectaculares como los de los demás, que si no comparten lo que han hecho es que no han hecho nada… Es decir, las comparaciones y las envidias se convierten en el pan de cada día de muchas personas que no saben gestionar las redes sociales ni asumen que, al fin y al cabo, todos publicamos únicamente lo que queremos que se vea.Advierte la psicóloga Conchita Sisí, especializada en psicología de adultos jóvenes y CEO de Clínica Salud en Mente, que esta envidia puede llevar a muchas personas a desarrollar FOMO (‘Fear Od Missing Out’), experimentando un sentido de presión para participar constantemente y estar al tanto de lo que están haciendo los demás, lo que a su vez puede causar ansiedad y estrés por el temor a perderse eventos o experiencias importantes.No es una vida tan perfectaLas redes sociales se han convertido en escaparates de vidas aparentemente perfectas. Cuerpos ideales, logros espectaculares, sonrisas, viajes y momentos de película se presentan como si fueran lo normal. Pero detrás de estos filtros y ‘me gusta’ hay una trampa: una presión y comparación constante que afecta nuestra salud mental y la percepción de nosotros mismos. ¿Cómo podemos protegernos de esta trampa sin renunciar a las redes sociales? Y no hace falta una vida de retiros espirituales, sino cambios pequeños, reales y efectivos. Beatriz Gil comparte cuáles son:1. No todo lo que ves es realLas redes sociales no son malas, pero sí pueden convertirse en un espejo que distorsiona nuestra realidad. «La perfección que aparece en pantalla está editada y no muestra fracasos, días grises o emociones reales (como la tristeza, la ansiedad, le decepción…). Compararnos con esta irrealidad nos hace más daño de lo que creemos», explica.En este sentido, la psicóloga aconseja lo siguiente: «Deja de seguir cuentas que te hacen sentir insuficiente. Llena tu pantalla de contenido diverso, educativo, inspirador realista y positivo». 2. El coste de la validación externa¿Por qué buscamos tanto la aprobación externa? Porque nos han enseñado que ser aceptados equivale a ser válidos y valiosos. Pero, si nuestra autoestima depende de los ‘me gusta’, vivimos en un terreno muy inestable. «La verdadera validación tiene que venir de dentro», insta Beatriz Gil. Consejo práctico: antes de publicar una foto o revisar tus notificaciones, pregúntate: ¿Estoy haciendo esto para mí o para otros? «Crea una lista de logros personales (grandes o pequeños). Escríbela y tenla a mano para recordarte que vales por lo que haces y eres, no por lo que otros opinan», recomienda la experta.3. Rompe el ciclo de la comparación y vuelve a conectar contigo . Ver fotos de vidas perfectas en redes sociales no solo agota; también genera ansiedad, tristeza y frustración. Este ciclo de comparación disminuye nuestra capacidad de disfrutar lo que tenemos y nos desconecta de nuestra propia realidad. «Para romper el círculo desactiva las notificaciones porque tu bienestar no necesita interrupciones constantes. Establece horarios para redes sociales: Dedica tiempo a estar presente en tu día a día, sin pantallas», insiste.4. Quiérete muchoLa perfección no existe, pero lo auténtico es poderoso. Más que perseguir estándares de otras personas, céntrate en lo que te hace única. Las marcas y campañas empiezan a celebrar la diversidad, pero el cambio más importante está en ti: cómo te ves, cómo te hablas y cómo te cuidas. «Mírate al espejo, elige una cosa que te guste de ti y dilo en voz alta. Por ejemplo: ‘Me gustan mis ojos’, ‘me gusta mi valentía’… Hazlo un hábito diario», aconseja.5. Prioriza el cuidado de tu menteLa salud mental es una prioridad. A veces, desconectarnos es el mejor regalo que podemos darnos. Beatriz Gil recomienda salir a caminar, escuchar música, leer un libro, hablar con un amigo o dedicar 10 minutos a respirar y reconectar contigo mismo. «Prueba esta respiración: inhala durante 4 segundos, retén el aire 7 segundos y exhala 8 segundos. Este ejercicio calma el sistema nervioso y reduce la ansiedad», dice.No necesitas encajar en un estándar perfecto para ser valiosa. Lo que realmente importa no se mide en «me gustas»; está en cómo te sientes contigo misma, cómo vives tu vida y cómo haces sentir a los demás. Protégete, cuida tu mente y recuerda: eres más que suficiente, tal como eres.

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