Hubo una vez en que Pedro León (Mula, 24 de noviembre de 1986) estuvo donde Dani Olmo estaba hasta hace un rato, sin poder ser inscrito en su club, el Getafe, por las exigencias del ‘fair play’ financiero de LaLiga. Él no recibió el rescate del Gobierno y tuvo que quedarse media temporada 2014-15 sin jugar. Diez años después de aquel episodio, un sobresalto más en una carrera cargada de ruido, con brillos y conflictos, el talentoso centrocampista da sus últimas zancadas en el mismo equipo que le vio estrenarse en la élite, el Murcia, hoy en Primera RFEF: «Fue en enero de 2005, ante el Lleida, tenía 18 años y nos golearon; no fue un buen debut», dice. -Y resulta que León no es su apellido.-No. Es mi segundo nombre. En la familia de mi padre todos los tenemos por mi abuelo, que se llamaba así. Mi padre se llama como yo, mi tío Antonio León como mi hermano pequeño, luego mi hermano Luis León, el que fue ciclista, y otro hermano que falleció también llamado León. Mi padre le dijo a mi madre que pusiera el nombre que quisiera, pero que el segundo debía ser León. -Su hermano Luis León se retiró hace poco más de un año. Demasiado esfuerzo eso de escoger ciclismo, ¿no?-Sí, yo también llegué a estar federado, incluso varios años de forma compartida con el fútbol. Mi hermano ahora es otro sin ser profesional. Ha sido un ejemplo y un espejo. Aún hay veces en las que salimos juntos en bicicleta.-Pero usted rápidamente viró hacia la pelota y llamando la atención.-Del Muleño, el equipo de mi pueblo, me llaman de Alcantarilla y en el último año de juveniles me ficha el Murcia. Antes me había llamado el Real Madrid, pero me hacían esperar a confeccionar su plantilla. Y todo bien hasta que en la temporada del ascenso a Primera, de repente, Lucas Alcaraz dejó de contar conmigo en la segunda vuelta. Ese fue el motivo de mi salida del club en 2007, pese a ascender. Alcaraz iba a seguir y pensé que iba a ser perjudicial quedarme. Me dolió mucho y aún tengo resquemor con Lucas porque no lo merecía. No creo que fuera una cuestión deportiva, no lo entendía. Fue un palo duro, pero también la decisión acertada.Noticia Relacionada estandar No Una asquerosa plaga de ratones invade el estadio y las instalaciones del Manchester United A. L. Menéndez En diciembre, inspectores de la Premier encontraron excrementos y restos de roedores en un puesto de comida y una sala VIP de Old Trafford-En el Levante también encontró líos.-Era un proyecto interesante, pero el primer mes se va el dueño, aparece una deuda, no cobramos, algunos se van. Hubo huelgas, entramos en la concursal… al final se desmantela el club. Y aparece Mendilíbar, me firma para el Valladolid y mi carrera da un giro brutal. Llega el Getafe y paga por mí una cláusula de más de seis millones de euros. Allí salió una buena mezcla de jóvenes y veteranos donde el estilo de Míchel me hizo sentirme muy bien. ¡Acabamos sextos!-Y llega entonces el Real Madrid.-Me quiso el Manchester City, el Chelsea, estábamos en conversaciones, pero en cuanto apareció el Real Madrid lo paré todo. Era ir allí sí o sí. Pagó diez millones, impensable. Es otro nivel. Dudo que otro club tenga su magnitud.-Y otra vez problemas con un técnico. Mourinho y sus célebres «parece que me estáis preguntando por Zidane o Maradona, cuando Pedro León jugaba hace dos meses en el Getafe» y «si se estrella el avión del Real Madrid y tú estás en casa, tampoco jugarás el próximo partido». -Fue distinto a la situación vivida con Alcaraz, porque con el Murcia había demostrado que podía jugar, que lo había hecho bien, pero con Mourinho todo fue diferente. Al principio, los primeros meses, fue todo muy bien, pero luego se torció de repente. No había podido demostrar nada aún. Además, todo fue más mediático.-¿Qué sucedió realmente entre ustedes?-No lo sé. Aún no conozco los motivos. Insisto en que en los primeros meses me sentí importante, aunque no era titular; salía minutos y podía aportar. Después, hiciese lo que hiciese, nada. Es más, en el mercado de invierno, volvieron los dos equipos ingleses a por mí, y Mourinho me dio confianza, habló conmigo, me prometió más minutos y más partidos para que no me fuera… y al final juego menos. Sigo sin encontrar explicaciones lógicas al desprecio de Mourinho conmigo.-No podía seguir con él.-Tenía claro ese verano que tenía que salir, pero no me llegaron las mismas ofertas que el año anterior o que en invierno, porque venía de no jugar. Al final decido volver al Getafe, cedido, para reencontrarme con mi juego.-¿Sus mejores años?-Posiblemente sí. Ha sido el equipo de mi carrera futbolística. Me cambió la vida deportivamente y allí es donde me hago futbolista. Me siento querido, realizado, por primera vez con un sentido de pertenencia. -Y cuando el Getafe se hace definitivamente con sus derechos federativos, no le dejan jugar por el ‘fair play’ financiero. Como le ha estado a punto de pasar a Dani Olmo y Pau Víctor. Pero a usted no le perdonó el Gobierno y estuvo meses sin ficha.-Fueron momentos duros. Tanto el club como yo estábamos al margen de todo. Empezaba esto del control salarial y el límite, pero no me gusta recordarlo. -¿A nivel emocional y profesional una experiencia así le hace más fuerte?-Es complicado vivir algo así, sin saber qué va a pasar, sin sentirte culpable porque no has hecho nada. Nunca sabes cuándo vas a volver a jugar y ese es el problema. Es difícil motivarse para el día a día, para los entrenamientos, sabiendo que no puedes saltar al césped. -¿Dejó algo bueno aquella historia?-El vestuario. Era increíble y me ayudaron mucho. Me lo hicieron pasar mejor de lo que lo hubiera hecho estando solo. Todos me respaldaban. -Mendilíbar vuelve en su ayuda.-Sí, me convence y acabo cinco años en Eibar. Era un momento complicado a nivel familiar, con mis hijos muy pequeños, mi mujer embarazada, pero me llamó y no me lo pensé. Ha sido el técnico más importante de mi carrera y un amigo. Tenemos una relación muy cercana, es más que un entrenador. Compartimos, además, afición por el ciclismo, aunque en lo que es muy bueno es en pelota vasca. -Luego lesiones, vuelta a Madrid al Fuenlabrada y regreso a Murcia, pero al fútbol federado.-No pensaba volver, pero acabo contrato en el Fuenla y el Real Murcia asciende a Primera RFEF. Me explican el proyecto, su seriedad, la necesidad de subir, y me planteo terminar mi carrera aquí. -¡No pensaba volver!-Cuando salí del Levante, sí, pero con los acontecimientos que había vivido el club, impagos y demás historias, no me apetecía regresar. Aquí los jugadores no son millonarios y no tenía ganas de ir a un equipo a pelearme con la gente para que los compañeros pudieran cobrar. Nunca me había planteado jugar en la tercera categoría, pero volver para ayudar fue una sensación de responsabilidad y alivio. Todo lo que he podido hacer por este club, lo he hecho. -¿Ve cercana la retirada?-Sé que tengo una edad y que esto tiene un principio y un final, pero no pienso en ella, solo en conseguir el ascenso. Tengo el objetivo de volver al fútbol profesional, pero sé que no es fácil sino se hacen las cosas bien. Después, si sigo con ilusión, se verá.-¿Seguirá en el fútbol?-No me veo alejado de él. El fútbol me lo ha dado todo, me sigue apasionando. Ir a ver partidos de la cantera, en las bases… va a ser difícil que lo deje fuera de mi vida. -Su hija sigue sus pasos.-Hasta llegar a Murcia nunca le llamó la atención el fútbol, pero aquí juega y eso que jamás le he dicho nada, sale de ella. Me gusta que tenga esa ilusión, esas ganas, que quiera entender el fútbol. Su esfuerzo me emociona. -¿Se arrepiente de algo?-De nada. Si volviese a vivir lo mismo, hubiera decidido igual que lo hice. Las decisiones que tomé nunca fueron a la ligera, fueron muy motivadas. A mis dos reales nunca les puedo decir no.
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