Los tecnólogos descienden sobre Washington

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Los tecnólogos descienden sobre Washington

La investidura de este lunes de Donald Trump será una muestra de cómo el nuevo presidente de EE.UU. ha dado en cuatro años una vuelta a la tortilla a la historia. Quienes le dilapidaban entonces, con la tragedia y el bochorno del asalto al Capitolio todavía caliente, se inclinarán hoy ante él. Entre ellos, destacarán más que nadie figuras como Elon Musk, Mark Zuckerberg y Jeff Bezos. Estarán en primera fila, en la demostración palpable de la nueva alianza entre Trump y los gigantes de la tecnología .Hace cuatro años, el Facebook de Zuckerberg y el entonces Twitter –que después sería de Musk y cambiaría su nombre a X– suspendían las cuentas de Trump en sus redes sociales por incitar a la violencia.Los tres estarán bajo la cúpula del Capitolio, después de que Trump decidiera trasladar la jura de su cargo al interior de la sede del poder popular. El mismo lugar por el que hace cuatro años tomaba con violencia la turba ‘trumpista’, en un intento de evitar la certificación de Joe Biden como ganador de la elección, entre gritos de «¡Mike Pence, a la horca!», en referencia al entonces vicepresidente, que cumplió con la Constitución y desoyó las presiones de Trump.Una mayoría de estadounidenses han pasado página sobre ese episodio o no les importa demasiado, como quedó reflejado en las urnas el pasado noviembre. Los magnates tecnológicos han ido más allá y han pasado de vilipendiar a abrazar a Trump . El primero de todos, Musk , convertido en presencia constante en el círculo del nuevo presidente. El hombre más rico del mundo, que controla un imperio tecnológico con Tesla, SpaceX, Neuralink o X, muchas de ellas con contratos multimillonarios con el Gobierno de EE.UU., ha dedicado más de 250 millones de dólares de su bolsillo a la campaña de Trump. Ahora es una figura influyente en Trump, ha sido protagonista en la definición del nuevo Gobierno y liderará, junto al excandidato presidencial Vivek Ramaswamy, un Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, en sus siglas en inglés), para emprender un recorte radical del gasto público.Noticias relacionadas estandar Si La familia Trump: Barron está dentro, e Ivanka se queda fuera David Alandete estandar Si Arrestos, persecuciones, ataques a albergues… se dispara la tensión en la frontera México-EE.UU. Milton MerloZuckerberg y Bezos tampoco han tardado en cortejar a Trump. El primero ha tumbado las políticas de ‘diversidad, equidad e inclusión’ (DEI) en Meta y se ha cargado el ‘fact checking’, movimientos para agradar al nuevo presidente y a sus bases. Bezos, como Zuckerberg, peregrinó a Mar-a-Lago, la mansión de Trump en la costa de Florida, para besar el anillo. El creador de Amazon lo hacía después de evitar que su capricho de prensa, ‘The Washington Post’, otorgara su habitual respaldo editorial a uno de los candidatos presidenciales (una pista: el agraciado no habría sido Trump).Todos ellos dijeron en algún momento que Trump era «no apto» para el cargo de presidente. Todos han apoquinado al menos un millón de dólares para sufragar los fastos de su segunda investidura, como tantas otras grandes empresas, en la jura más cara de la historia, con más de 200 millones de dólares.Pero Musk, Zuckerberg y Bezos son solo el símbolo de una nueva cercanía entre Trump y las tecnológicas . Los gigantes del sector están celebrando estos días galas y fiestas en honor de un presidente que creen que les beneficiará. Será un cambio para Trump, cuyo punto de partida era el desprecio hacia un sector elitista y dominado por la ideología «woke». A las criptomonedas, por ejemplo, las calificó en su día de «estafa». Ahora, este fin de semana ha sido celebrado como «el primer criptopresidente » en una ‘Cripto Gala’, con presencia de David Sacks, a quien ha nombrado su ‘zar’ para el sector, con actuación del rapero Snoop Dogg. Otras fiestas las organizan el propio Zuckerberg, el inversor tecnológico Peter Thiel y compañías como Uber o Spotify.Las compañías ven en Trump a alguien que desmantelará las regulaciones de la Administración Biden no solo en criptomonedas, sino en otros sectores decisivos como la inteligencia artificial. A Sam Altman, del gigante OpenAI, se le espera en el Capitolio. También a Tim Cook, de Apple. Y a Dara Khosrowshahi, de Uber. Todos tratan de colocarse donde deben para una presidencia que se anticipa rupturista y con un presidente que saben que recompensa a quienes tratan de agradarle.Muchos de estos magnates se han convertido ahora en los nuevos enemigos de la izquierda. Los llaman ‘broligarchs’, una mezcla de ‘bro’ (‘colega’) y ‘oligarca’, como se vio aquí en Washington en la protesta del pasado sábado contra la investidura de Trump, en la que protagonizaron muchos mensajes.Otros, más en la sombra, están teniendo impacto en la conformación del nuevo Gobierno. Es el caso de Marc Andreesen , el padre de los navegadores de Internet y un influyente inversor tecnológico. Tras la victoria electoral, Trump le dijo en una reunión en Mar-a-Lago que quería que las compañías estadounidenses le ganen la batalla de la innovación a China. Desde entonces, Andreesen se ha implicado en la selección de altos cargos y en el diseño de órdenes ejecutivas para sellar la nueva alianza entre Gobierno y tecnológicas. El impacto se empezará a ver desde hoy mismo.

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