La frontera entre Estados Unidos y México ya sufre los primeros impactos de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. El presidente ya ha firmado una serie de ordenes ejecutivas que endurecen los controles migratorios y, prácticamente, dan por terminado con el sistema para solicitar asilo humanitario. Entre las primeras medidas del nuevo presidente, la frontera será declarada zona de emergencia y se enviarán fuerzas militares y de la Guardia Nacional.Además, Trump anunció la reanudación del programa «Quédate en México», a través del cual los solicitantes de asilo de cualquier nacionalidad deben esperar en México mientras un juez de inmigración considera sus casos.El gobierno mexicano ya se ha manifestado en contra de esta medida. El canciller Juan Ramón de la Fuente dijo que México no está de acuerdo con ese esquema, que obliga a los migrantes a permanecer en el país mientras se procesan sus solicitudes de asilo.Noticia Relacionada estandar Si El nuevo mundo de Trump Javier Ansorena | ENVIADO ESPECIAL A WASHINGTON«El presidente López Obrador no estuvo de acuerdo y, si lo vuelven a instrumentar, la indicación que nos ha dado la presidenta, por supuesto, es enfatizar que esta es una decisión unilateral que toman ellos. Sí lo pueden hacer, están en su derecho; nosotros no necesariamente lo compartimos, de hecho, no lo compartimos. Tenemos un enfoque distinto, pero vamos encontrando los mecanismos de ajuste», expresó De la Fuente.Pasado el mediodía del lunes, cientos de solicitantes de asilo en Tijuana y Ciudad Juárez ya no pudieron entrar en EE.UU., pese a tener programada una cita a través de la aplicación CBP One, programa implementado en la gestión de Joe Biden.Según afirman diversas organizaciones de apoyo a migrantes, este programa había permitido una fuerte reducción de los cruces ilegales en la frontera.«Muchas personas gastaron todos los ahorros que tenían para llegar a su cita e ingresar a EE.UU., pero ya no podrá ser. Para el Gobierno mexicano, ahora es una responsabilidad qué hacer con esta gente porque muchos ya no tienen cómo regresar a sus países y quedan expuestos a la indigencia y al crimen organizado», señala a ABC Rosalina Arrambide, integrante de la ONG Ahora Migrante de Ciudad Juárez.El Gobierno mexicano quiere evitar que la frontera se colapse de personas y, por eso, endurecerá los controles contra quienes busquen llegar a la frontera. De hecho, Claudia Sheinbaum todavía sostiene al frente del Instituto Nacional de Migración (INM) a Francisco Garduño, un funcionario de mano dura contra los migrantes y que, según pudo saber ABC, ya se encuentra en coordinación con Tom Homan, designado por Trump como «el zar de la frontera».Escoltado por una patrulla estatal, el lunes por la tarde salió de la garita de Nogales, en el estado mexicano de Sonora, un autobús operado por el INM con personas deportadas por las autoridades fronterizas estadounidenses. En dicho autobús viajaban menores de edad, así como mujeres y personas de la tercera edad. Por la mañana, Marcos Moreno Báez, cónsul general de México en Nogales, ciudad del estado de Arizona, informó de que ya se habían activado las primeras deportaciones de la era Trump. A pesar del nuevo gobierno republicano, en las últimas horas partió desde Chiapas una nueva caravana de 2.000 personas con la intención de llegar a la frontera.Unos inmigrantes se preparan para ser transportados por agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos después de cruzar la frontera AFPTráfico de personasEl tráfico de personas es otro negocio ilegal alterado por Trump. En diversas redes sociales aparecen mensajes de ‘coyotes’ que se dedican a cruzar migrantes hacia EE.UU. En las últimas horas, los precios se han disparado y piden hasta mil dólares por persona. Se estima que detrás de estas redes ya operan también los cárteles de la droga.En la frontera sur, entre México y Centroamérica, el cruce es más económico y cuesta 100 dólares. Si los migrantes no los tienen, deben hacer «trabajo comunitario» para diferentes grupos delictivos durante al menos dos semanas. Juan Nieto, de El Salvador, se quedó a unas horas de ser entrevistado en la zona de El Chaparral, en Tijuana. «Triste porque tenía la cita a las 13:00 horas, me faltaba nada más entrar», señaló al periódico ‘Reforma’ de la Ciudad de México.En Senda de Vida, un albergue de Reynosa, los migrantes expresaron su tristeza e incertidumbre por la eliminación de sus procesos por la app CBP One, especialmente porque ya tenían cita después de meses de espera y miles de kilómetros recorridos. «Ya tenía mi cita para el 25 (de enero) y ahorita nos tira un mensaje de que ya está cancelada», explicó a medios locales el hondureño Edelio Zamora.«Ha sido un golpe muy duro, porque nosotros hemos atravesado ocho países luchando, caminando en muchos de ellos, para ser acogidos. Ya que tuvimos la oportunidad de ser afortunados de recibir la aprobación (de la cita), y ahora nos salen con eso, que no debería ser, deberían de tener consideración para que nos dejen hacer el acceso a llegar al objetivo», explicó a la agencia EFE el venezolano Freddy Echeverría.
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