Badosa choca con el muro Sabalenka y dice adiós a la final

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Badosa choca con el muro Sabalenka y dice adiós a la final

Open de Australia Semifinal Aryna Sabalenka 6 6 Paula Badosa 4 2Paula Badosa pone fin a su ilusionante aventura en Australia. La española no puede en semifinales con una Aryna Sabalenka descomunal (6-4 y 6-2 en 1h26) y pierde una oportunidad histórica de disputar un título de Grand Slam. Pero no hay tristeza en su cara cuando saluda en la red a su rival, solo resignación. Su semifinal en Melbourne es más de lo que se podía intuir al principio del torneo, un chute tremendo de confianza para alguien que el año pasado llegó a rondar la retirada definitiva, harta de dolor y desengaños. Hoy su cielo es más azul y su lista de objetivos, más amplia. Definitivamente, es su derrota más dulce en años.Noticia Relacionada La tenista se reconstruye estandar Si Badosa: mucho dolor, una casi retirada y un porcentaje de confianza Laura Marta La española supera dos temporadas de miedos y malos momentos por la lesión de la espalda y luchará por la final de Australia con más madurez pero la ambición y la emoción de siempreLlega a la semifinal Badosa después de un torneo colosal en el que, entre otras, ha dejado por el camino a la ucraniana Kostyuk, la única capaz de hacerle un set, y a la estadounidense Coco Gauff. Su juego se parece, incluso mejora, al que exhibió en 2021, su mejor curso hasta ahora con el título de Indian Wells y esa semifinal histórica ante Garbiñe Muguruza en la Copa de Maestras. Pero insiste Badosa en que esta versión suya es aún mejor, porque tiene más experiencia y una mentalidad superior. A partir de ahí, solo puede crecer.En la semifinal, con todo, le espera una tarea de una magnitud colosal. Al otro lado de la red aguarda una Sabalenka enfrascada en su propia misión. El título en Melbourne sería el tercero consecutivo y la situaría a la altura de unas pocas privilegiadas. Son casi tres años sin que la número uno mundial pierda en la Rod Laver, y eso no es casualidad.No puede tener una rival peor Badosa, a quien le toca salvar una bola de break nada más empezar. Lo hace con valentía, demostrando el carácter que quiere mostrar en el partido. No se frena ahí. En el segundo juego sorprende a Sabalenka y es ella quien rompe el saque. Grita con rabia la española, una forma de decirle a su rival: ‘aquí estoy yo’.La bielorrusa se toca el ojo, molesta. Algo no le cuadra. Conoce bien a Badosa, no solo por sus siete enfrentamientos previos, sino por las muchas horas de entrenamiento y confidencias entre ambas. Son grandes amigas, pero se intuye un pacto tácito entre ellas: la fraternidad queda guardada en un cajón el tiempo que dure el partido. No hay empatía ni gestos de cariño. A Sabalenka se le recuerda y se le agradece la actitud que tuvo con la española cuando el año pasado rompió a llorar desconsolada al tener que retirarse en Stuttgart. Pero en Melbourne está en juego una final de Grand Slam y no hay espacio para la cordialidad.A Sabalenka le cuesta un cuarto de hora superar el trance inicial, pero cuando al fin carbura, demuestra su jerarquía. Poco a poco va consiguiendo su objetivo, que no es otro que anclar los pies en el centro de la pista y mover a la española desde ahí con la potencia de sus golpes. En eso no tiene quien la iguale. El reto de Badosa es justo el contrario: mover a la bielorrusa, desplazar su centro de gravedad y desesperarla en eternos peloteos. Y no lo hace mal. La española resiste y alarga cada juego hasta la extenuación, pero la superioridad de Sabalenka va imponiéndose con el paso de los minutos.La lluvia interrumpe el chaparrón de juego de Sabalenka. Mientras se cierra el techo de la Rod Laver , Badosa tiene tiempo para respirar y pensar en una estrategia diferente. La bielorrusa ha encontrado su ritmo de crucero y suma cuatro juegos consecutivos. Badosa se desespera porque no le entra su primer saque, pero en el séptimo juego logra cortar la hemorragia. No es suficiente para plantar cara en el primer set, que cae del lado de la vigente campeona por 6-4. Si ya era difícil, ahora el reto se convierte en mayúsculo.Una caída de Badosa en el inicio del segundo set destensa la situación. Hay un segundo de silencio angustiante con la española en el suelo, pero rápidamente levanta el pulgar. Solo ha sido un tropezón. La española sonríe, su rival sonríe. Regresan las hostilidades y Sabalenka no baja el pistón. Su derecha es un martillo pilón, y Badosa bastante hace con no tirar la toalla.Con 4-1, Badosa niega con la cabeza. Dos roturas consecutivas son demasiado. Hay un último vistazo al palco de su entrenador, un intento por encontrar una solución de urgencia. Pero no hay grietas en el muro bielorruso, granítico en el juego y en la expresión. Solo cambia el gesto al ganar el último punto. Ahí Sabalenka recupera la dulzura para consolar y dar la enhorabuena a su amiga con un largo abrazo.

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