Pompas de jabón

Home People Pompas de jabón
Pompas de jabón

¿Podríamos decir que estos son l os días más felices entre el madridismo ? Todo parece salir bien, se respira cierta euforia en el aire: el equipo está a las puertas de las finales europeas tanto en fútbol como en baloncesto, es el flamante campeón de Liga, Mbappé ha dicho adiós al PSG y su futuro pinta blanco, el Barça podría echar a Xavi por bocazas, el Bernabéu ya está terminado y viene Taylor Swift como si fuera los Beatles llegando a USA en el 64, Kroos y Modric están cerca de renovar, los Ancelotti no se van a Brasil, Arda Güler enamora en cada rato que juega y el mayor problema ahora parece ser decidir si juega Courtois la final de Wembley. En fin, la vida cañón.Es todo muy bonito. Demasiado bonito. Tan sospechosamente bonito que no puedo evitar sentir aquello que cantaba ‘Pereza’: A veces pienso que algo malo viene detrás.No es que el arriba firmante tenga vocación de cenizo. Para nada. Tan solo tiene buena memoria y sabe que en el fútbol todo es muy efímero y que el viento cambia rápido. Por eso conviene disfrutar de manera especial del presente, de estos días. Porque estos ratos son pompas de jabón; si los quieres tocar o quedártelos en el bolsillo, puf, se desvanecen.Hace no mucho los madridistas vivimos un pico de euforia muy similar al actual. Algunos ya no lo recuerdan. Fue durante la Supercopa de España, agosto de 2017. El Madrid venía de ganar la Liga y su segunda Champions seguida con una final espléndida en Cardiff. Bailó al Barça, momento que quedó inmortalizado con aquel sombrero de Modric que dio la vuelta al mundo. Se nos salía el amor por el borde de nuestras copas, citando el haiku de mi querido Luis Alberto de Cuenca. Todo parecía encajar de manera inmejorable, el horizonte brillaba eléctrico: Asensio rompía el cascarón con golazos, Ceballos había escogido al Madrid por encima del Barça y los prometedores Theo Hernández y Marcos Llorente habían aterrizado para poner piernas frescas y físico como jugadores revelación de la Liga. Los rivales hablaban ya del comienzo de una era de dominio. Lejos estábamos de saber que era el principio del fin: el Madrid completó una desastrosa Liga y, aunque acabó ganando la Copa de Europa en Kiev, el equipo terminó implosionando. Primero fue Zidane el que dijo adiós de manera inesperada, luego fue Cristiano. El Madrid estuvo después vagando errante durante un tiempo, a la deriva (el sainete con Lopetegui y la Federación, el 5-1 en el Camp Nou, Mariano llevando el 7 de Cristiano, la humillante eliminación contra el Ajax en casa, etc.). Días oscuros, días extraños.No quiere decir esto que estemos ante el principio del fin. Ni mucho menos. Pero uno aprende a ser cauto, a conservar la cabeza en su sitio cuando los demás la pierden, que diría Kipling. No hay una receta mágica para el éxito en este juego. A veces cuando mejor se hacen las cosas, peor terminan saliendo. Esto es así: impredecible, delicado, contradictorio. El Madrid va a jugar su sexta final europea en diez años . Apenas sobreviven cuatro jugadores del three-peat (Milan-Cardiff-Kiev). Es un éxito asombroso. Cierta euforia es entendible. Puede pasar cualquier cosa a partir de ahora. Incluso alguna buena. Queda disfrutar del momento, de esta pompa de jabón.

Leave a Reply

Your email address will not be published.