Las grandes profesiones liberales se enfrentan periódicamente a elecciones en su colegios para designar a quienes las dirijan. Pero estos comicios no siempre acaban bien: en demasiadas ocasiones, finalizan en escándalo, judicializadas y a veces incluso con presencia de la Policía. Zancadillas, problemas con las urnas, descalificaciones de candidatos, alguna agresión aislada, broncas y recursos ante los tribunales jalonan las elecciones en colegios del prestigio de los de economistas, arquitectos, abogados o médicos.Precisamente éstos viven en la actualidad un proceso electoral que se ha complicado mucho, hasta el punto de que el ganador de los comicios ha visto anulada su candidatura. Pero ¿porqué pasan estas cosas?¿Cuáles son las teclas que desatan las crisis colegiales? Expertos consultados por ABC apuntan varias, entre ellas la infiltración de partidos políticos, o el interés de algún candidato por utilizar el cargo, o incluso la candidatura, como plataforma de autoproyección. El Colegio de Economistas vivió en mayo de 2015 un proceso electoral para su junta de Gobierno con tres candidaturas y bajo la sombra de la acusación contra el decano saliente por presunta implicación en el caso de las ‘tarjetas black’. No dimitió, y por eso las elecciones se adelantaron. La polémica en torno a su actuación estuvo en el origen de muchas tensiones que se trasladaron luego al proceso electoral.Noticia Relacionada estandar Si Guerra en el Colegio de Médicos: anulan las elecciones por la jubilación del ganador, que afirma estar en activo Sara MedialdeaLos abogados, por su parte, tienen un Colegio Profesional especialmente complicado: en las votaciones para su Mutualidad del pasado mes de junio, tuvo que intervenir la Policía porque un grupo de mutualistas críticos impedían el traslado de las urnas. Pero no era la primera vez: en las elecciones al Colegio de 2017, la decana saliente denunció una agresión física y verbal dentro de un ascensor por parte de un partidario de otro candidato. Y en 2012, agentes de la Policía Nacional tuvieron que personarse en el Palacio de Congresos de Madrid, donde se celebraba otra votación de este órgano colegial, para llevarse varios ordenadores por la denuncia de un presunto intento de fraude. El tema se llevó a los tribunales, se interpuso un contencioso-administrativo y se intentó anular las elecciones e impugnar sus resultados. Un juez sentenció en 2014 que las elecciones se ajustaron a derecho.CensuraEn el Colegio de Arquitectos de Madrid, las elecciones llegaron tras una moción de censura contra la decana, Belén Hermida, en junio de 2020. La junta de representantes votó mayoritariamente a favor de la censura, en un ambiente muy tenso y con los participantes muy exaltados. La moción no llegó a ratificarse en referéndum entre los colegiados porque la decana y su equipo dimitieron al día siguiente. La exdecana de los abogados rebaja la hinchazón con una botella fría tras denunciar haber recibido un puñetazo en un proceso electoral, en 2017 CARLOS CAPAPor su parte, en el Colegio de Médicos madrileño, el conflicto es lo que centra la actualidad tras las últimas elecciones, celebradas el pasado diciembre y que ganó el candidato Tomás Merina, apoyado por el sindicato Amyts, que fue el promotor de la gran huelga en Atención Primaria que confrontó con el Gobierno regional madrileño durante meses. Casi un mes después de la victoria, la candidatura de Merina fue anulada por la Comisión de Recursos, atendiendo a la queja que presentó el anterior presidente del Colegio con el argumento de que no cumplía los requisitos para presentarse. El ganador presentó un contencioso y espera su resolución.¿Pero qué mecanismos activan estas rivalidades en los colegios profesionales? El actual decano de los arquitectos madrileños, Sigfrido Herráez, considera que «estos puestos son de tipo honorífico, y nos cuestan tiempo y dinero, pero es algo que se hace con mucho gusto si crees en el sentido social que tienen y en la defensa de la profesión». No obstante, reconoce que «en todos los colegios se ve a gente que no viene con esa motivación, sino porque necesita figurar». En cualquier caso, descarta que el dinero pueda estar detrás de estos conflictos porque «los presupuestos de los colegios suelen ir muy ajustados; dan para pagar las nóminas y poco más». Médicos de Madrid se manifiestan frente al Colegio Oficial por el conflicto en sus últimas elecciones TANIA SIEIRAHay ocasiones en que «detrás subyace un interés político: hay partidos que intentan politizar la sociedad civil por esta vía». En su caso, al haber sido exconcejal del PP, fue consciente de que «era carne de cañón» y muchos le situarían en ese margen ideológico. «Pero cuando llevas cuatro años y ven que cuando ha habido que protestar contra temas como la Ciudad de la Justicia, lo he hecho, te van sacando de la etiqueta». Pero en general, no le parece que los intereses políticos estén detrás de los conflictos en las elecciones colegiales. En su opinión, estas disputas tienen un origen mucho más terrenal: «Veo que hay gente que tiene necesidad o afán de figurar».En los últimos años, la Policía ha tenido que personarse dos veces en procesos electorales colegialesUna perspectiva diferente es la que aprecian fuentes jurídicas consultadas por ABC, que ven en el interés creciente de los partidos políticos por estas instituciones el origen de muchos de los problemas. Creen, por ejemplo, que los últimos enfrentamientos en el Colegio Oficial de Médicos de Madrid son motivados «manifiestamente por una causa política: hay una posición orientada desde el Ministerio de Sanidad y Amyts». Entienden que «se ha cometido el error garrafal de poner a un cargo que puede tener problemas para ser elegible; con ese pecado de origen, la junta electoral tira para adelante pero luego viene el recurso y el lío jurídico monumental que hay».Causa políticaConsideran estas fuentes que «las cuestiones políticas en que puede influir un colegio profesional son pocas; pero se puede utilizar la institución como ariete político». Además, los colegios profesionales son «parte de la sociedad civil, e influyen en ella a través de sus colegiados». Es, recuerdan, «el mundo profesional el que mueve la economía: lograr ese poder es lo que hace que se quiera entrar en esa guerra».A la hora de organizar las elecciones, indican las mismas fuentes que en el Colegio de Abogados de Madrid no suele haber candidaturas muy definidas políticamente, sino que «se intenta integrar a todo el espectro». Repasando la evolución de estos conflictos en diferentes colegios profesionales, su resumen es que «los procesos se van complicando y judicializando cada vez más. La política se va infiltrando, es expansiva, y su llegada a los colegios profesionales se empieza a sentir ya».Urólogo del PCEMezclar política y colegios profesionales no les parece buena idea: «A mi me da igual que el urólogo sea del PCE, o que el mejor cirujano de próstata no sepa catalán; me da lo mismo porque en la operación no vamos a hablar», ejemplifican.En cuanto a las motivaciones económicas que pudieran estar detrás de estos conflictos, no las ven: «La inmensa mayoría de los colegios no tienen cargos remunerados, y los que cobran en general es un salario pequeño».El deseo de promocionarse sí que lo encuentran creíble porque «uno se pone de moda, sale en medios… te posiciona en la sociedad civil. Pero tiene un valor relativo», advierten. Hay lo que llaman «libretiradores: se presentan sin proyecto ni posibilidad y quieren la publicidad». Y pasa igual cuando se piensa que el objetivo de tantos desvelos pueda ser alcanzar el poder: «Poder mediático y de proyección social, quizá. Pero el decano de higienistas dentales, poca promoción va a conseguir». En su conclusión, «hay ciertas dosis, pero no poder real. Una cosa es la ‘auctoritas’, la autoridad moral, y otra distinta la ‘potestas’, la capacidad ejecutiva. Y los decanos no tienen ‘potestas’».
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