En medio de la ofensiva rusa en territorio ucraniano, que dura ya más de dos años y cuyo fin no se vislumbra todavía, el atentado contra el primer ministro eslovaco, Robert Fico , ha causado verdadero estupor en Moscú, al tratarse de uno de sus pocos socios en la Unión Europea, junto con el húngaro Viktor Orbán . El presidente Vladímir Putin teme perder en la Unión Europea un eje menos crítico contra su guerra en Ucrania que parecía estable y ahora se dibuja una época de incertidumbre para Moscú en este ámbito.Lo sucedido con Fico coincide con las protestas en Georgia contra la ley de «agentes extranjeros», inspirada por Rusia , que si terminan desembocando en un Maidán , liquidaría los esfuerzos del Kremlin por reintegrar a Tiflis en su área de influencia. Todo ello mientras se degradan las relaciones con Tayikistán, por la política de Moscú contra los inmigrantes de éste país, y Armenia se descuelga definitivamente de la órbita rusa.Noticia Relacionada «Estamos listos» visual Si «Estamos listos»: La OTAN se prepara para un ataque ruso Carlota Pérez e Ignacio Gil | enviados especiales a rumanía«Me indigna el atentado contra la vida de Robert Fico, primer ministro de la República de Eslovaquia. Este crimen monstruoso no puede tener ninguna justificación», escribió Putin el pasado miércoles en un telegrama a la presidenta eslovaca, Zuzana Caputova. Según sus palabras, Fico «es una persona valiente, decidida y espero sinceramente que estas cualidades le ayuden a superar esta difícil situación».El portavoz del Kremlin, por su parte, dijo al diario Izvestia que «condenamos este ataque en los términos más enérgicos posibles (…) lo consideramos absolutamente inaceptable, es realmente una gran tragedia». El expresidente ruso, Dmitri Medvédev , dijo el jueves que «en Europa hay pocos políticos como Fico, defiende posiciones muy razonables respecto a Rusia».CelebracionesLos medios de comunicación oficiales rusos llevan toda la semana deplorando el hecho de que el autor de los disparos contra el primer ministro eslovaco, Juraj Cintula, había supuestamente participado en una protesta en apoyo de Ucrania y en contra de la política de Fico. Al parecer, esa manifestación tuvo lugar el 24 de abril en Dolna Krupa, en donde aquel día se celebró una reunion del Gobierno, y se gritaron consignas como «¡Viva Ucrania!», «¡Traidores!» y «¡Basta ya de Fico!». El hecho de que en las redes sociales ucranianas muchos usuarios celebrasen el atentado contra el primer ministro eslovaco se ha presentado en las televisiones rusas como una supuesta prueba de la vinculación de los ultranacionalistas ucranianos, a los que llaman nazis, con el intento de asesinato.Todo el revuelo que en Rusia ha levantado la situación en Eslovaquia coincide con los intentos de la oposición georgiana, a golpe de movilizaciones, de cerrar el paso a la ley de «agentes extranjeros» que el Parlamento del país aprobó el martes en tercera y definitiva lectura. El documento fue rechazado el sábado por la presidenta de Georgia, Salomé Zurabishvili, que no comparte los posicionamientos del Ejecutivo y de la mayoría parlamentaria, pero el veto puede ser superado por los legisladores. En tal caso, los detractores de la ‘ley rusa’, llamada así porque copia la adoptada en Rusia en 2012, ya han advertido que intensificarán las protestas.Lo que menos necesita ahora Rusia es un cambio de Gobierno en Georgia y el Ministerio de Exteriores ruso ya se ha apresurado a acusar a Occidente de ‘injerencia’ por estar presuntamente «instigando los disturbios» con ese objetivo. El martes, Peskov también acusó a EEUU y a la UE de inmiscuirse en los asuntos internos de Georgia con sus «amenazas» de imponer sanciones, si se termina adoptando la ley de ‘agentes extranjeros’. Moscú no descarta que, si a la jefatura de Georgia regresa el Movimiento Nacional Unido, principal fuerza de la oposición y bloque creado por el expresidente Mijaíl Saakashvili, ahora encarcelado, se puedan, plantear reanudar las presiones para lograr la recuperación de Abjasia y Osetia del Sur, territorios convertidos en protectorados rusos. Analistas de Moscú han advertido incluso de la posibilidad de que, ante tal supuesto, podría abrirse un frente más para Rusia, además del ucraniano. Poco probable, pero no imposible.ArmeniaSe da además la circunstancia de que Armenia, hasta hace poco uno de los aliados más fieles de Rusia y país fronterizo con Georgia, se está descolgando vertiginosamente de la órbita del Kremlin. El primer ministro armenio, Nikol Pashinián, ha dejado de viajar a Moscú, no acudió el pasado día 9 al desfile de la Victoria en la Plaza Roja. Justo el día antes, el 8 de mayo, Ereván anunció oficialmente su intención de dejar de financiar la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (ODKB), de la que forman parte Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Rusia y Tayikistán. Tal paso se interpreta en Moscú como la antesala del abandono completo de la organización. Armenia ha instado también a la retirada de las tropas rusas del país, medida que comenzará en breve con la retirada de unidades rusas de guardafronteras.Tayikistán, por su parte, trata de mantener la alianza con Rusia por miedo a un ataque de los talibanes desde Afganistán y para beneficiarse de su pertenencia a la ODKB, en el caso de que tal escenario se materializara. Pero la ODKB no sirvió para ayudar a Armenia en la guerra contra Azerbaiyán y no son pocos los miembros de la élite tayika que consideran que tampoco ellos tendrían ayuda ante Afganistán. Algunos ven más fiable un acuerdo con Estados Unidos para instalar bases en su territorio que garanticen su protección ante el posible expansionismo de los talibanes. Esta discusión tiene lugar en un momento delicado en las relaciones con el Kremlin, ya que la mayoría de los terroristas que atacaron el Crocus City Hall de Moscú son tayikos y las autoridades rusas están respondiendo con deportaciones y detenciones masivas de inmigrantes procedentes de ese país centroasiático.
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