Del amor romántico al bienestar emocional individual. En las últimas décadas se ha producido una evolución en los modelos de pareja desde una perspectiva tanto socio-histórica como cultural. No hace tanto que el «matrimonio para toda la vida» se mostraba como el arquetipo de las relaciones amorosas. Sin embargo, en la actualidad este modelo tradicional convive con una diversidad de formas de emparejamiento que cuentan con una alta legitimidad social y que responden a un modelo basado en un amor más individual , una democratización de los roles, una mayor negociación de la intimidad y un aumento de la probabilidad de rupturas , según describe el investigador Luis Ayuso, catedrático de Sociología de la Universidad de Málaga, quien lidera trabajos relevantes en torno a la sociología de la familia.Para entender esta evolución, el experto apunta, por un lado, a la irrupción del pacto privado en la pareja frente al anterior control o intervencionismo familiar y social. «Ahora son los miembros de la pareja y solo ellos los que establecen qué quieren ser, cómo quieren llevar su relación y cómo van compartir su tiempo y espacio. Y eso da pie a múltiples fórmulas de convivencia», aclara. Por otra parte, señala a la influencia de las nuevas tecnologías, que ha provocado una apertura del «mercado del emparejamiento» que va mucho más allá del entorno cercano o conocido. «El marco digital abre posibilidades de encontrar pareja incluso en el ámbito internacional, lo que está propiciando la aparición de la cultura del amor digital . Una encuesta reciente del CIS revela que el 40% de los jóvenes consultados reconoce que podría enamorarse de alguien a quien solo conoce por Internet», destaca Ayuso. A estos factores hay que sumar la erotización de la vida cotidiana o el ‘fast love’, que ha llevado a percibir de una forma positiva, tanto en el caso de ellos como de ellas, la acumulación de experiencias sexuales a lo largo de la vida. Otro detonante de la diversidad ha sido la mayor socialización o normalización de las rupturas . «Si en los 80 cualquier tipo de separación podía suponer un drama, ahora la frecuencia de estas vivencias se percibe más como una oportunidad de aprender a gestionar los desencuentros emocionales que como un problema», plantea el sociólogo.Este contexto ha sido, como advierte, el caldo de cultivo de la diversidad actual de fórmulas de emparejamiento que ha dejado atrás el modelo del amor comunitario y da respuesta a un modelo relacional basado en una suma de dos individualidades que negocian en torno a los espacios, el tiempo, el dinero, el sexo y los tipos de convivencia. «No significa que no se quieran, lo que implica es que se quieren distinto», matiza Ayuso.Noticias relacionadas vertical No 20 libros que ayudan a mejorar las relaciones de pareja Raquel Alcolea estandar No Qué son las fantasías sexuales y cómo ayudan a mejorar una relación de pareja Raquel AlcoleaLa pareja como desafíoDesde el punto de vista psicológico, ese amor más libre invita, según analiza la Dra. Emma Ribas, psicóloga y terapeuta de pareja (autora de ‘Mindful Love’, de Plataforma Editorial, a que las personas se centren en sanar sus propias heridas y busquen estar bien consigo mismas, colocándose en el centro de su vida. «Escucharse, identificar las propias necesidades y evitar quedar anulados en una relación se han convertido en prioridades. Eso nos ha llevado a una transformación : somos más libres y es posible que a lo largo de nuestra vida tengamos más parejas. Y también más incertidumbre», analiza Ribas, quien insiste, no obstante, en que esa incertidumbre puede ser algo positivo, ya que obliga a aceptar la impermanencia y a desarrollar una mente ecuánime para mantenerse en equilibrio aunque todo esté en constante cambio a nuestro alrededor. Esta práctica, asegura, prepara para afrontar pérdidas y duelos. «Vamos hacia un modelo más individualista, pero con mayor libertad y bienestar», concluye.Para el psicólogo y sexólogo Antoni Bolinches, la convivencia en pareja supone un desafío que, según propone, habría que valorar de una forma constructiva. «Para convivir hay que negociar, conceder, aportar, renunciar, enriquecer… La pareja es la mejor escuela de aprendizaje vital. Tanto es así que la madurez que se alcanza tras convivir en pareja no se logra viviendo en soledad ni tampoco con la familia de origen», apunta. Por eso cada crisis es, para el experto, una oportunidad para madurar o incluso para crear nuevos códigos que fortalezcan la relación. De hecho, dice que a lo largo de sus más de cuarenta años de experiencia ha llevado a cabo su propia investigación en torno a uno de los temas estrella en las crisis de pareja: la infidelidad . Así, afirma que de cada tres infidelidades, una de las relaciones sale fortalecida y hace que ambos maduren; otra supone una ruptura inmediata al calor del sentimiento de traición y la tercera sigue adelante, aunque con un plazo de ruptura a medio plazo. «En este último caso, lo habitual es que sea la persona infiel la que acaba rompiendo la relación debido al desgaste que supone recibir reproches constantes y una desconfianza latente por parte de quien se ha sentido traicionado», cuenta Bolinches.«Para convivir hay que negociar, conceder, aportar, renunciar, enriquecer… La pareja es la mejor escuela de aprendizaje vital» Antoni Bolinches Psicólogo y sexólogoElegir bien, el primer pasoUno de los mejores puntos de partida para elegir bien a una pareja es el que Bolinches sugiere en su libro ‘Amor al segundo intento’ (Urano): «Cuanto mejor esté esa persona, con autoestima y madurez , más claro tendrá si esa relación le está empobreciendo o enriqueciendo», revela. Y a partir de ahí sugiere atender a la metáfora de la mesa para saber cuáles son las señales que indican que la convivencia es sólida: «Las cuatro patas sobre las que se sostiene una relación estable son: un buen acoplamiento sexual, caracteres suficientemente compatibles, una escala de valores similar y un proyecto de vida convergente». Para el psicólogo, las cuatro son necesarias, pero lo más frecuente, especialmente en la juventud, es dar más importancia a la primera pata y dejar de lado el resto. De ahí que el autor plantee el aforismo: «Las parejas no pueden vivir solo con sexo, pero tampoco sin sexo».Nuevas fórmulasPodría decirse, como sugiere la psicóloga y sexóloga Susana Ivorra , que hay tantas fórmulas de convivencia en pareja como personas, pues cada relación se ve influida por las circunstancias, que van cambiando con el tiempo. Por eso la autora del libro ‘Luces, cámara…¡Amor!’ (Letrame) explica que las fórmulas dinámicas suelen ser las más eficientes: «Podemos empezar una historia de amor con un modelo y después ir adaptándolo a la vida. Precisamente, el hecho de intentar relacionarse desde modelos fijos o establecidos socialmente y no adaptados a las verdaderas necesidades es lo que hace que las parejas atraviesen crisis innecesarias», argumenta. Algunas de las tendencias que identifica en este sentido el psicólogo Xavier Guix, autor del libro ‘Ni me explico ni me entiendes’ (Arpa Editores), es que la lealtad y la fidelidad actualmente se atribuyen en mayor medida a un proyecto de vida antes que a una cuestión sexual, y que además existe una mayor apertura relacionada con géneros y edades y una necesidad de diferenciar los vínculos y las relaciones. «El vínculo se fortalece si la relación es buena, pero además es aquello que se puede mantener, si es lo suficientemente sólido, aunque la relación vaya tomando distintas formas a lo largo de la vida», define.Pero aunque los modelos de pareja están en constante transformación, los terapeutas aclaran que antes de adoptar una nueva fórmula conviene cuestionarse si realmente se encaja en ella. Un caso muy consultado es el de las parejas que se plantean abrir la relación para solucionar sus problemas sexuales. Esto, según explica Ribas, no siempre llega a buen puerto. «Cuando una relación tiene dificultades, abrirla no suele ser la mejor solución, especialmente si se lleva a cabo con acuerdos poco definidos», dice.Comparte esta opinión la socióloga y portavoz de JoyClub Cecilia Bizzotto, quien indica que aunque las relaciones abiertas que se ven cada vez más en la sociedad implican mayor libertad, autonomía y diversidad relacional, también requieren quitar expectativas y exigencias y llevar a cabo el trabajo emocional necesario para aprender a reconfigurar los afectos, pues la mayoría se han educado en los valores unidos a la monogamia y al amor romántico. Noticias relacionadas estandar Si Psicóloga y terapeuta sexual Andrea Aguilar: «Cuanto más sexo de calidad le das a tu cuerpo, más te pide» Melissa González estandar No Pódcast | Susana Ivorra ¿’Dirty Dancing’? ¿’Pretty Woman’? La gran estafa del cine romántico L. Pintos y R. AlcoleaOtra fórmula surgida en los últimos tiempos es la que se conoce como Parejas LAT (Living Apart Together), en la que ambos integrantes de la pareja viven en casas separadas y que siguen ya el 7% de las uniones en España, según el estudio ‘ La gestión de la intimidad en la sociedad de la información y el conocimiento ‘, elaborado por la Universidad de Málaga y promovido por la Fundación BBVA bajo la dirección de Luis Ayuso y Félix Requena. Se trata de un formato que permite una mayor autonomía y libertad, así como reducir los conflictos derivados de la convivencia, pero que puede impedir una conexión emocional profunda, según plantea la psicóloga y autora de ‘ ¡Ni un capullo más!’ (Grijalbo), Lara Ferreiro , quien además alerta de que en algunos casos suele usarse para esconder infidelidades o como una «muerte lenta» de la relación.¿Qué es el poliamor? Según explica la psicóloga, terapeuta de pareja y sexóloga Silvia Sanz ( @silviasanzpsicologa ), autora del libro ‘Sexamor’, se trata de una práctica muy cuestionada y con la que muchos disfrutan, pero que desencadena más conflictos de los deseados. Consiste en amar a más de una persona al mismo tiempo y en mantener relaciones con todas, aunque pueden existir variantes: polifidélicas (donde hay tres o más personas involucradas en el grupo amoroso que mantienen relaciones románticas y sexuales, según las normas que pacta el grupo; anarquía relacional (todo vale y no hay normas), mono-poliamorosas (donde un miembro de la pareja no quiere mantener relaciones con otra persona que no sea la que ama, pero el otro sí, es decir, uno de los miembros es poliamoroso y el otro monógamo; y jerárquicas (donde existe una relación principal y otras que son satélites).También se da el caso de parejas que, pese a haber formalizado de alguna manera una ruptura o una separación , siguen conviviendo bajo el mismo techo, por cuestiones económicas o emocionales. Esta fórmula solo funciona, según Ribas, si la relación sigue siendo buena y es posible establecer acuerdos como no llevar nuevas parejas a casa. La clave –aconseja– es mantener una buena comunicación , si bien cree que en caso de conflicto la convivencia puede volverse altamente tóxica y generar un ambiente de estrés y hostilidad . Incluso puede llegar a provocar, como alerta Ferreiro, que el duelo por ruptura no se cierre y complique la posibilidad de rehacer la vida con otra persona. bienestar_0368Aunque el modelo de convivencia que da más quebraderos de cabeza ahora es el de las familias ensambladas , que une a una pareja que tiene hijos de relaciones anteriores. «Lo más frecuente es que si ambos tienen hijos hagan coincidir los periodos marcados por la custodia compartida en los que están a cargo de ellos para tener una semana de novios y otra de padres», apunta. Los disparaderos de conflictos en estas uniones suelen ser los temas relacionados con la educación y la crianza y la problemática derivada de la relación mejor o peor con las respectivas exparejas.Qué tener en cuenta si se desea hacer un intercambio de parejas Algunas parejas estables acuden a las consultas de sexología o psicología porque quieren probar los intercambios y desean conocer los riesgos a los que se van a enfrentar y saber si están preparados para ello y cuáles son los límites adecuados que se deben poner cuando se tienen relaciones sexuales con otras personas. Como explica la psicóloga y sexóloga Silvia Sanz suelen ser parejas que han perdido la chispa o buscan ampliar su abanico de relaciones de forma consentida y sin contraprestación, y que manifiestan una amplia tolerancia sexual de cara al disfrute sin tabúes. «Suelen ser parejas con lazos afectivos y de compromiso reales para los que sí quieren exclusividad. Sólo buscan compartir con otros la parcela sexual. De hecho, transgredir la línea de la posesión del otro es un motivo de excitación. Se identifican con las preferencias sexuales de la mayoría, pero se sienten diferentes en cuanto a que quieren ser libres de poderlas llevar a cabo sin la represión de las relaciones monógamas o de la falsedad de las relaciones extramatrimoniales a escondidas», revela Sanz. Muchos lo proponen incluso como una alternativa a la infidelidad. «Es una buena forma de buscar estímulos para que el deseo no se pierda, aunque funciona mejor entre aquellos que llevan poco tiempo juntos y no son celosos», alerta. Para las personas que lo practican la psicóloga aconseja tener en cuenta estos puntos: Deben tener muy claro qué van a hacer, tanto desde el punto de vista del individuo como del de pareja; deben programar encuentros puntuales para que la pareja descanse de la experiencia; no deben repetir con las mismas personas para evitar los celos o que surjan vínculos emocionales; deben entender que no es un modo de encontrar pareja ni de enamorarse; deben evitar practicarlo si hay conflicto dentro de la pareja; deben hablar antes para aclarar posibles dudas y establecer pequeñas normas dentro de la relación y, por último, deben distinguir bien que una cosa es el sexo y otra el amor que se pueda sentir dentro de la pareja.¿Hacia dónde van los modelos de pareja?La digitalización y el hecho de estar permanente conectados parecen ser las claves de las relaciones del futuro, según apunta Luis Ayuso, quien explica que eso implicará primar lo emocional frente al espacio. «No importará tanto el querer como el sentirse querido, y aquí la presencia no tiene por qué jugar un papel tan relevante, pues puedes vivir con alguien y sentirte solo. Incluso cabe enamorarse de una inteligencia artificial compatible con nuestros gustos», advierte. De hecho, las investigaciones actuales se centran en analizar qué papel jugará la tecnología en relación a la soledad no deseada, una problemática que, según vaticina el sociólogo, será acuciante en 2050 debido al debilitamiento de la red de apoyo intergeneracional propia del modelo español.
![Las nuevas parejas: hasta que otra historia nos separe Las nuevas parejas: hasta que otra historia nos separe](https://ayuser.org/wp-content/uploads/2025/02/1200x840parejas-RnagxONdMUCRm3HtUbHhcSJ-758x531@diario_abc-KbTv0E.jpeg)
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