El Congreso de los Diputados ha vivido desde las tres de la tarde uno de los episodios más vergonzosos de su historia: la comparecencia en la comisión de investigación del 17-A de un terrorista, Mohamen Houli Chemlal , único superviviente de la explosión del chalé de Alcanar (Tarragona) en la que murieron varios miembros de la célula yihadista liderada por el imán de Ripoll y que desató al día siguiente los atentados de Las Ramblas y los sucesos de Cambrils. Por primera vez un terrorista condenado tomaba la palabra en la sede de la soberanía popular gracias a los socios secesionistas de Pedro Sánchez, que querían que el yihadista confirmase sus teorías conspiranoicas del 17-A, según la cual el CNI pudo evitar la matanza y no lo hizo. No hay un solo dato que avale esa monstruosidad, aunque al nacionalismo eso le importa poco. Para Junts la palabra del sujeto, condenado a 43 años, debe ser una prueba de ello, porque de lo contrario no se entiende cómo ha podido ser posible esta comparecencia.La misma ha tenido tintes surrealistas. Houli vestía chándal rojo y ha estado esposado en todo momento. No ha hablado desde la tribuna de los comparecientes, sino en un pupitre justo debajo. En primera fila, policías de paisano armados garantizaban que no hubiera incidentes. Y otros dos uniformados hacían lo propio desde el fondo de la sala. Tal como había ordenado el juez de Vigilancia Penitenciaria. Desde el principio de su intervención, leída, ha comenzado a lanzar acusaciones sin fundamento alguno. Noticia Relacionada estandar No Puigdemont sobre los informes del CNI sobre el imán de Ripoll (Girona): «Miserables» Europa Press A través de la red social X, el presidente de Junts expone: «Lo conocían perfectamente. Bajo la alfombra de los secretos, el Estado esconde mucha mierda»« El CNI tenía conocimiento de las intenciones que tenía el imán y permitieron que viniera y nos comiera la cabeza», ha dicho Houli. Después ha añadido: «Lo digo ahora y no lo digo antes por temor a represalias o que me pudiera perjudicar, pero ya estoy condenado y no tengo nada que perder ». Cuando el portavoz de Bildu, Jon Iñarritu, le ha preguntado con qué pruebas cuenta para sostener la acusación contra los servicios de inteligencia españoles, Houli sólo ha podido decir que Mohamed Hichammy, uno de los terroristas abatidos en Cambrils, les contó que «a veces cuando se reunían con el imán este les decía que se tenían que ir porque iban a venir agentes del CNI». «Es lo único que puedo decir», ha asegurado. El resto de portavoces parlamentarios, han insistido también en las pruebas que pueda aportar, que demuestre la veracidad de sus palabras, en línea con la conocida como teoría de la conspiración, a lo que ha dicho: «Las pruebas no las tengo que buscar yo, las tienen que buscar los investigadores» .Ni la Policía, ni la Guardia Civil, ni los Mossos d’Esquadra, ni el CNI, ni el juez instructor, ni el fiscal, ni la Audiencia Nacional ni el Tribunal Supremo han encontrado un solo dato que vaya en la dirección que dicen los independentistas. A los socios de Sánchez, y al propio Gobierno que decidió apoyar la creación de esta comisión para conseguir que Francine Armengol presidiera la Cámara Baja, les dio igual y la pusieron en marcha, por supuesto sabiendo que nada nuevo saldría de ella. El colmo del disparate es que un terrorista haya sido llamado a comparecer. Houli, eso sí, no ha querido contestar a otras preguntas sobre qué objetivos tenía la célula yihadista ni cual era su papel en la misma. Tampoco ha contestado si tenía pensado inmolarse tras los ataques. «No voy a entrar en eso», repetía.
Leave a Reply