Los secretos del S-81, el submarino 100% español

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Los secretos del S-81, el submarino 100% español

Se abre la escotilla y los once peldaños de una estrecha escalera dan acceso al interior del S -81 Isaac Peral, el submarino más moderno de la Armada , el primero diseñado y construido íntegramente en España. Tras 15 meses sometido a las pruebas más exigentes por parte de los marinos españoles, el sumergible se encuentra ya listo para afrontar todo tipo de misiones . En primavera entrará en fase de alta disponibilidad. Todo con un objetivo: «Aportar disuasión a la defensa nacional», relata orgulloso el capitán de navío Pedro Márquez, comandante de la Flotilla de Submarinos .ABC accede por primera vez a las entrañas del sumergible , el primero de los cuatro que Navantia construye para las Fuerzas Armadas. Los siguientes se prevé que sean entregados a la Armada en 2026, 2028 y 2030, sucesivamente, tras años de retrasos y sobrecostes debido a la dificultad del proyecto . «El diseño y construcción de un submarino es más parecido al de una nave espacial que al de un buque» , justifica Navantia.La entrada por la proa da acceso directamente a la zona de habitabilidad , en la quinta sección. Debajo, la cámara de torpedos. Los camarotes en los que se reparten los miembros de la tripulación –43 marinos en una navegación normal– son de seis o de tres camas. Solo el comandante tiene la intimidad de un camarote propio , aunque no supera los tres metros cuadrados.Noticia Relacionada estandar Si El submarino S-81 se unirá a la Armada en el Mediterráneo Pilar De la CuestaEn los demás, unas literas de tamaño muy reducido comparten espacio con unos armarios que también exigen un ejercicio de contención. «Uno o dos uniformes de cambio, depende del tiempo de travesía, ropa interior y poco más», explica la sargento María del Pino . Ella es una de las pocas mujeres que forman parte de la tripulación del S-81 y que comparten codo con codo cada espacio del sumergible con sus compañeros.La dotación total está formada por 53 personas en total, siete de ellas mujeres. Es un porcentaje del 13 por ciento, una cifra por encima de la media de presencia femenina en las Fuerzas Armadas. En cualquier caso, compartir camarotes no es lo más exigente: el submarino solo cuenta con dos retretes y tres duchas para todos.El Isaac Peral tiene una eslora de 80 metros y casi 3.000 toneladas de peso . En inmersión, es capaz de alcanzar una velocidad máxima que supera los 19 nudos (unos 35 kilómetros por hora) y navegar a una cota por debajo de los 300 metros .110 años de arma submarinaLa historia del arma submarina en España comenzó hace justo 110 años, un 17 de febrero de 1915 cuando el Rey Alfonso XIII sancionó la denominada Ley Miranda . Desde entonces, la evolución ha sido desigual. En 1930 llegó a tener 16 buques, en 1970 solo había uno al servicio de la Armada, una década después subió a ocho y a partir de ahí empezó a volver a bajar hasta los dos submarinos con los que cuenta ahora España: el S-81 y el Galerna , de más de cuatro décadas de antigüedad y que ha alargado su vida útil para no dejar en mínimos a las Fuerzas Armadas. Está previsto que siga en activo hasta el verano de 2027, cuando ya esté operativo el segundo de la clase S-80, el S-82 Narciso Monturiol.Atracado en el muelle de Cartagena, el S-81 tiene vacía la cámara de torpedos, pero esto no durará mucho tiempo. El sumergible ha realizado ya siete pruebas de lanzamiento y hará su primer ejercicio de fuego real contra un blanco el próximo mes de mayo en aguas de Canarias . El objetivo será un barco en desuso que, si nada falla, acabará sus días en el fondo del océano Atlántico. Dispone de seis tubos lanzatorpedos bautizados con el nombre de pila de los seis componentes de la dotación de quilla que sacaron por primera vez el barco: Rubén, Paula, Jorge, Pablo, Javi y Gero .Avanzar a la cuarta sección supone entrar en el ‘cerebro’ del submarino, la cámara de mando y control. Desde allí es desde donde se maneja todo el buque en guardias de 24 horas. El segundo comandante, el teniente de navío Antonio Simón, muestra el complejo cuadro de mando, el que marca la diferencia del S-81 con sus antecesores. Mucho más tecnificado, permite reducir las actividades manuales y minimizar el margen de error humano. Sin embargo, en caso de crisis, las decisiones las toman las personas, nunca las máquinas.Segundo comandante del S-81, teniente de navío Antonio Simón; el Isaac Peral atracado en Cartagena y sala de máquinas del sumergible David del RíoCualquier situación se practica en la Escuela de Submarinos, con simuladores para reproducir todas las eventualidades que después puedan surgir bajo el agua. «El submarino es muy hostil, no hay segundas oportunidades» , explica el teniente de navío Francisco Javier Barrios . El objetivo es que los marinos tengan interiorizada la respuesta a las emergencias para lograr que «una situación de estrés quede en una anécdota». Es lo que sucedió en 2006, cuando entró una vía de agua en el Tramontana que podía haber acabado en tragedia. La pericia de su dotación permitió que casi 20 años después el suceso solo permanezca en la memoria de sus protagonistas.Ruido y luces nocturnasA continuación, en la tercera sección, se instalará el sistema de propulsión AIP que no ha llegado a tiempo para Isaac Peral pero que le será incluido en su primera gran carena, una revisión completa a la que se someten los sumergibles cada seis o siete años. Ahora, unos lastres simulan el peso de sus máquinas y la dotación tiene previsto instalar ahí un pequeño gimnasio provisional. Las dos siguientes cámaras son las que albergan los motores diesel, generadores y el motor eléctrico de propulsión. Toda la dotación del S-81 tiene experiencia previa en submarinos de la Armada. Algo vital para afrontar semanas de travesía bajo el agua, con un zumbido constante de sus máquinas y luces rojas al ocaso para simular las horas de sueño.

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