Los países bálticos amanecieron ayer bajo una nueva amenaza. El Ministerio de Defensa ruso había publicado de madrugada una iniciativa para «determinar las coordenadas geográficas» de las líneas fronterizas en varias zonas del mar Báltico en la base de datos legal del gobierno ruso. El proyecto, que supondría una ampliación de las fronteras marítimas rusas en el már Báltico, se justificaba por el hecho de que las actuales coordenadas, que fueron fijadas de acuerdo a cartas navales defectuosas en 1985, en la época soviética, son inexactas y no permiten trazar una línea fronteriza continua. Para realizar este cambio, Rusia ajustará las coordenadas geográficas que definen las líneas de base utilizadas para medir la anchura de su mar territorial y «se establecerá un sistema de líneas de base rectas que antes no existía en la parte sur de las islas rusas en la parte oriental del Golfo de Finlandia, así como en la zona de Baltiysk y Zelenogradsk , lo que permitirá las correspondientes zonas de agua que se utilizarán como aguas marinas interiores de la Federación de Rusia; El paso de la frontera estatal de la Federación de Rusia por el mar cambiará debido al cambio en la posición de la frontera exterior del mar territorial».Noticia Relacionada estandar No 40.000 soldados para simular la III Guerra Mundial: la OTAN convoca las mayores maniobras de su historia Rosalía SánchezEl Ministerio de Defensa se refería específicamente a una zona marítima al sur de las islas rusas en el Golfo de Finlandia (Jähi, Sommers, Holanda, Rodsher, Maly Tyuters, Vigrund). En la frontera con Lituania, se examinaría la zona de la lengua de Curlandia, las zonas del cabo Tarán y el cabo al sur del cabo Tarán y la lengua del Báltico. Afectaría también a secciones cercanas a las ciudades de Baltiysk y Zelenogradsk, en la región de Kaliningrado, todo ello con el objetivo de que «el área marítima correspondiente se utilice como un mar interior ruso», según el documento, que por la tarde había desaparecido deln servidor sin mayor explicación. Pero para entonces ya habían saltado las alarmas en los países vecinos. «Esta es una prueba más de que la política agresiva y revisionista de Rusia representa una amenaza para la seguridad de los países vecinos y de toda Europa», declaró el Ministerio de Relaciones Exteriores lituano, que calificó la iniciativa rusa como una «provocación deliberada, selectiva y creciente» destinada a «intimidar a los países vecinos y sus sociedades». El gobierno lituano convocó de inmediato al comisionado ruso para una explicación detallada y se puso en contacto con el resto de los países bálticos para coordinar una respuesta. Finlandia fue algo más cautelosa en reacción. Las autoridades Helsinki quieren primero quieren verificar la información.Plan de ataque«Rusia no ha hecho ningún contacto con Finlandia sobre este asunto. Actuaremos como siempre: con calma y sobre la base de los hechos», escribió el presidente Alexander Stubb en X. El jefe del ejército sueco, Micael Bydén, advirtió en cambio frontalmente contra las ambiciones de Moscú en el Mar Báltico, especialmente con respecto a la isla sueca de Gotland. «Estoy seguro de que Putin incluso tenía los dos ojos puestos en Gotland», dijo Byden en una entrevista con Redaktionsnetzwerk Deutschland, «el objetivo de Putin es hacerse con el control del mar Báltico. (…) Para Putin, el Mar Báltico es tan importante como lo es para nosotros que permanezca abierto y seguro». «Si Rusia toma el control y sella el mar Báltico, eso tendría un impacto enorme en nuestras vidas, en Suecia y en todos los demás estados del Báltico. No podemos permitir eso», ha advertido Bydén. Desde el inicio de la guerra de Ucrania, hace más de dos años, se han repetido las especulaciones sobre un plan de ataque ruso-bielorruso contra los estados bálticos de Lituania, Letonia y Estonia. La brecha de Suwalki, de 65 kilómetros de ancho entre Polonia y Lituania, la única conexión terrestre entre los miembros bálticos de la UE y la OTAN, se considera una especie de «talón de Aquiles» de Occidente.A última hora de ayer, el portavoz del Kremlin Dmitri Peskov afirmó que el asunto „carece de trasfondo polítuico« y varias agencias rusas, citando fuentes de círculos militares y diplomáticos, informaban que el proyecto de ley no trata sobre la expansión del territorio ruso. Peskov reconoció, sin embargo, que su país «se ha visto obligado a tomar medidas en la zona para garantizar su seguridad». «Vemos cómo escala la tensión, cuál es el nivel de la confrontación, especialmente en la región del Báltico. Ello requiere que nuestras instituciones tomen medidas específicas para garantizar nuestra seguridad», aseveró durante una rueda de prensa. Reconoció que el cambio de fronteras podría conllevar un cambio «serio» de la situación política en la zona y achacó el aumento de la tensión a la «ola expansionnista de la OTAN».

Leave a Reply