Médicos dispuestos a ir a una huelga: «Es la última llamada de auxilio»

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Médicos dispuestos a ir a una huelga: «Es la última llamada de auxilio»

No duda ni un segundo Javier García cuando se le pregunta si estaría dispuesto a ir a una huelga si el Estatuto Marco -la norma que regula las condiciones laborales de los profesionales sanitarios- que propone el Ministerio de Sanidad avanza en la dirección que ha tomado en las últimas semanas. «Por supuesto, porque esto no es un ataque solo a la profesión médica, sino que es la destrucción perfectamente planificada de la sanidad pública española», sentencia este médico, jefe del Servicio de Anestesiología, UCI quirúrgica y dolor del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda (Madrid).Por el momento, los médicos han comenzado sus medidas de presión contra el anteproyecto de Estatuto Marco convocando diversas concentraciones y una manifestación que tendrá lugar en Madrid el 22 de marzo. En un manifiesto que recientemente firmaron varias organizaciones sindicales médicas, no descartaron ir escalando esas medidas. A los facultativos les une el rechazo al texto que negocia el Ministerio de Sanidad con algunos sindicatos y quieren llegar hasta el final. Aunque la palabra huelga se dice aún con la boca pequeña, son cada vez más las voces que no la descartan. Pero para los médicos, llegar a ese punto no es fácil, pues son conscientes tanto de las implicaciones que ese parón tendría para el sistema -y sobre todo para los pacientes- como de las dificultades que el colectivo tiene para poder ejercer ese derecho, con unos servicios mínimos muy elevados. «La huelga es la última herramienta desesperada que tenemos cuando ya no queda otra acción. Nadie quiere llegar a eso, nos desagrada a todos, pero es la última llamada de auxilio de la profesión médica frente a la situación que estamos viviendo ahora y es un sentir generalizado, compartido», expone Álvaro Mingote, también especialista en Anestesiología. Llegado el momento, la secundaría, pero no puede dejar de mencionar la «gran preocupación» que existe entre los facultativos por el «daño» que una huelga podría hacer. «Es una herramienta desesperada que nos hace daño a todos. Al médico por la responsabilidad que tiene con el paciente, al sistema, al ministerio y a las comunidades autónomas, porque engrosaría más las listas de espera», lamenta. Noticia Relacionada Durante cinco años estandar Si Sanidad obligará a los médicos a trabajar solo para la pública tras acabar el MIR Elena CalvoSon varios los puntos que plantea el anteproyecto de Estatuto Marco que enfadan a los médicos. Entre otros, denuncian que se planteen jornadas obligatorias de hasta 48 horas a la semana, que se mantengan las guardias obligatorias, que las horas de estas se remuneren por debajo de las de jornada ordinaria y que no computen para la jubilación, que se agrupe a los médicos en la misma categoría profesional que otros trabajadores con menos años de formación y responsabilidad o que se establezca una exclusividad por la que los jefes de servicio no podrán trabajar a la vez en la pública y la privada o por la que los especialistas tampoco podrán hacerlo durante los cinco primeros años de dedicación al sistema sanitario público. «Es inhumano»«La única profesión sanitaria con guardias de 24 horas somos los médicos. El resto de profesionales trabajan a turnos de 7, 8 o como máximo 12 horas. Solo pedimos volver a ser humanos y poder conciliar la vida personal con la vida laboral. Es inhumano trabajar 24 horas», sentencia Mingote.Álvaro Mingote, médico especialista en Anestesiología BELÉN DÍAZLos profesionales de la Medicina sienten además que no están lo suficientemente representados en la mesa de negociación de esa norma, en la que participan UGT, CCOO, CSIF, CIG-Saude y FSES. En este último se engloba CESM, la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos, la única voz que los facultativos tienen en esa negociación, por lo que está creciendo entre el colectivo el sentimiento de que no se vela lo suficiente por sus condiciones laborales. De ahí que reclamen un estatuto propio negociado por médicos, propuesta que el Ministerio de Sanidad rechaza. «Se está confundiendo a la gente con que queremos un estatuto propio porque somos unos privilegiados. Y no es así», sentencia Arnau Castañer, ginecólogo en un hospital de Elche (Alicante). Defiende que lo que reclaman es tener las mismas condiciones que el resto de profesionales que trabajan en la sanidad, como los límites de jornada o los turnos para no tener que trabajar 24 horas seguidas. «Nos ponen unos mínimos abusivos. Lo más grave y lesivo que tiene este Estatuto Marco es que va en contra de los médicos y de todos los pacientes, porque si no hay medicos y si además los que hay no están tan descansados como el resto de los trabajadores, lógicamente te van a atender peor», dice, razones por las que no dudaría en sumarse a una huelga, aun consciente de los obstáculos que habría para poder hacerla.«No es un ataque solo a la profesión médica, es la destrucción planificada de la sanidad pública» Javier García Jefe del Servicio de Anestesiología del Hospital Puerta de HierroPara poder ejercer en la sanidad pública, destaca por su parte Juan Pablo Caballero, urólogo en el Hospital General de Alicante, un médico necesita al menos 11 o 12 años de formación: los 6 de la carrera universitaria, la preparación del examen MIR y los 4 o 5 años de especialidad. «No se trata de decir que los médicos somos más que nadie ni de ponernos por encima de nadie, pero igual que a los enfermeros no les gusta que una persona con 2 años de formación esté a su mismo nivel retributivo y jerárquico, nosotros que hemos estudiado al menos 11 años para poder trabajar tampoco queremos estar por debajo jerárquicamente. No queremos que nadie cobre menos, pero queremos que se nos reconozca», alega. Este médico también estaría dispuesto a llegar a una huelga para defender sus derechos. «Es más, estoy deseando», apunta, aunque hace referencia también al «sentimiento de culpa» que existe entre el colectivo por tener que tomar esa decisión, así como a la «sensación de que nada va a funcionar» por los servicios mínimos que se imponen. Aun así, celebra, en los 20 años que lleva trabajando en la sanidad nunca había visto una unión del colectivo como la que existe actualmente. «Es la oportunidad que tenemos de reivindicar todo aquello que hemos dejado que nos quiten y todos coincidimos en que ya está bien. El Estatuto Marco ha sido el detonante, ha sido la mecha que lo ha encendido todo, pero el malestar viene de mucho tiempo atrás», asegura.Concentración de médicos frente al Ministerio de Sanidad JAIME GARCÍAMás cauto se muestra César Cinesi, jefe de sección del Servicio de Urgencias del Hospital General Universitario Reina Sofía de Murcia, que sí cree necesario realizar «presiones» para lograr un cambio en el texto que se negocia. «Hay que intentar apurar todas las negociaciones. Para el colectivo médico, hablar de huelga es complicado y controvertido, sobre todo por la atención al paciente y para mí son palabras mayores. Pero es verdad que ese cambio de Estatuto Marco vulnera gravemente a nuestro colectivo. Si el ministerio no entra en razón, ¿habría que llegar a esa presión? Es una cuestión que nos deberíamos plantear todo el colectivo», reflexiona. Pedagogía con los pacientesDespués de la pandemia de Covid-19, esta es la situación que más «nervios y preocupación» ha causado a los médicos en los últimos años, expone por su parte Cristina Fernández Carballido, reumatóloga en el Hospital Universitario San Juan de Alicante. Lamenta que el colectivo siente que no está siendo escuchado y que la sociedad «no es consciente de que tenemos unas condiciones laborales pésimas y unas condiciones económicas muy por debajo de los estándares de cualquier país europeo». Por ello, y aunque quiere ser prudente a la hora de hablar de una hipotética huelga, confía en la «sensatez» del Ministerio de Sanidad para escuchar sus peticiones, que son, a su juicio, «sensatas y razonables». «Pero si finalmente todo falla y se convoca una huelga, yo estaría dispuesta a ir», sentencia. Y para llegar a ese punto, opina José Ramón Aruso, traumatólogo también de Alicante, se debería hacer «pedagogía» con los pacientes. «Es muy importante transmitirles que no es contra ellos, que igual que los empleados de otros sectores nosotros también queremos tener vida. Solo queremos tener las mismas condiciones que tienen otros compañeros. Y si no podemos tener las mismas porque somos algo especial, pues lógicamente tendremos que tener un estatuto propio», espeta.«Es la última oportunidad que tenemos de reivindicar todo aquello que hemos dejado que nos quiten» Juan Pablo Caballero Urólogo en el Hospital General de AlicanteTambién la exclusividad que se propone provocará fuga de talento tanto a la sanidad privada como a otros países, augura Javier García. Este anestesiólogo, como jefe de servicio, ejerce exclusivamente en la sanidad pública, por lo que la medida no le afectaría. Pero sí lo hará, dice, al sistema. «Han ido a atacar a una de las dos grandes cosas importantes que todavía quedan en el sistema público: los médicos que mayor excelencia están dando». La calidad del sistema sanitario, insiste García, depende de los facultativos que tenga, y si a los mejores se les prohíbe compaginar su labor, se irán a la privada. «Si alguien me pregunta quién ha hecho este Estatuto Marco no diría que un partido político al que se le llena la boca con defender la sanidad pública, quien lo debe estar disfrutando son los mayores ‘lobbies’ y empresas de la sanidad privada», lanza.

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