Michael Woodford: «El control de los gobiernos sobre los bancos centrales provoca políticas imprevisibles»

Home People Michael Woodford: «El control de los gobiernos sobre los bancos centrales provoca políticas imprevisibles»
Michael Woodford: «El control de los gobiernos sobre los bancos centrales provoca políticas imprevisibles»

En 2002 la economía estadounidense amenazaba con la deflación tras el estallido de la burbuja de las puntocom. La Reserva Federal había recortado los tipos de interés todo lo que podía y se pensaba que no había más margen de maniobra, hasta que experimentaron con el manejo de las expectativas (‘forward guidance’) e informaron al público de lo que harían en los siguientes meses; y la economía remontó. Cuando llegó la crisis de 2008 ya era doctrina de todos los bancos centrales. ABC conversa con uno de los padres de esa doctrina. Según su colega, Olivier Blanchard, Michael Woodford (EE.UU., 1955) escribió «la Biblia de la política monetaria». —Usted introdujo las llamadas ‘herramientas no convencionales de política monetaria’—Mi libro trató de enseñar cómo los bancos centrales podían conducirse de un modo muy sistemático, muy científico y basado en un análisis riguroso. Me ha preguntado sobre el ‘forward guidance’. El libro enfatiza el papel de las expectativas de las personas. La idea es que un banco central debe, en efecto, explicar al público qué determinará su política en el futuro.—Sin el nuevo paradigma monetario, ¿habríamos visto en Europa otra crisis inflacionaria como la de los años setenta?—Hay razones para pensar que sí. Uno de los problemas de los años setenta era que existía un sistema –Breton Woods– que se rompió y entramos en un escenario en el que era difícil saber cuáles eran los objetivos. Había bancos centrales pero no hablaban de lo que hacían. Esto hacía que las negociaciones salariales, por ejemplo, fueran difíciles porque la gente tenía que tomar en consideración el hecho de que no sabían cuál sería la inflación en el futuro. Se protegían, lógicamente, y esto dificultaba la negociación y fue dañino para la economía. —Nos habla de las expectativas. ¿Por eso ha investigado la relación de neurociencia y macroeconomía?—Si todo el mundo en el mercado fuera perfecto y no tuviera limitaciones en su capacidad para tomar decisiones racionales no necesitaríamos una política monetaria. La respuesta, creo, está relacionada con crear un entorno en el que las limitaciones cognitivas de las personas no interfieran con el mecanismo económico más de lo que deben. —Tras una pandemia y una guerra en Ucrania la inflación está en el 2,5% en la eurozona. ¿Es un éxito para la credibilidad del BCE?—Hemos tenido grandes perturbaciones, los ciudadanos no sabían qué vendría en el futuro y, otra vez, los precios tuvieron que ser modificados, pero no desembocó en una espiral fuera de control. Sin el nuevo marco de política monetaria, creo que habríamos visto un mundo más parecido al de los años setenta.—Mucho se habla en Europa de la falta de integración financiera. ¿Está de acuerdo?—Creo que hay un problema con querer una gran unidad monetaria mientras no se está dispuesto a unificar el sistema financiero y fiscal al mismo nivel y a hacer a unas partes de la Unión responsables de la deuda de otras. Si creen que no va a ser realmente posible, entonces quizá tampoco deberían compartir la misma moneda. —¿España lidera el crecimiento de la eurozona pero el PIB per cápita está estancado. ¿Las grandes cifras económicas no aplican al día a día?—Crean las condiciones para que a las personas les sea más fácil hacer cosas. Con suerte, también para que a alguien se le ocurran buenas soluciones para elevar la productividad. —¿También los bancos centrales necesitan control democrático?—No defiendo un tipo de política monetaria en que todo se haga a espaldas del público, en el que ‘la gente inteligente se encierre en una habitación y haga lo que tiene que hacer’. De hecho, creo que es muy importante que los bancos centrales expliquen a la gente por qué hacen lo que hacen. Ahora bien, su independencia es muy importante, principalmente si se examina la historia. Las circunstancias en que los bancos centrales han estado bajo gran influencia de los gobiernos han llevado a políticas imprevisibles. —Trump ha desafiado abiertamente la independencia de la Reserva Federal—Si me pregunta qué opino sobre volver atrás en el tiempo (en política monetaria), le diré que tenemos un presidente que nunca ha entendido de que iba todo esto. —El caso argentino… Milei dijo que quería dinamitar el Banco Central—A alguien que quiere cerrar un banco central le preguntaría cuál es la alternativa. En Argentina probaron con un sistema que consistía en atar el peso al dólar estadounidense, pero no lograron que ese sistema funcionara. A Argentina le recomendaría que diera más autonomía al Banco Central de la que ha tenido históricamente. ¿Por qué no probar esa alternativa?—En el 2000 ya teorizó sobre el dinero virtual y se preguntaba cuál sería el papel de las políticas monetarias del mañana. ¿El futuro ya está aquí con las criptomonedas? —En mi opinión no hay nada demasiado beneficioso en el uso de las criptodivisas como nuevas formas de pago. Creo que tiene sentido tener una moneda nacional que sea la que se usa en la mayoría de las transacciones. Esa era una de las razones, al fin y al cabo, de tener una unión monetaria. —Dicen de usted que podría ganar el Nobel —No es algo que rechazaría, pero no tengo forma de saber cuáles son las posibilidades.

Leave a Reply

Your email address will not be published.