Hallan en Alemania fragmentos del legendario tapiz de Bayeux ocultos desde la Segunda Guerra Mundial

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Hallan en Alemania fragmentos del legendario tapiz de Bayeux ocultos desde la Segunda Guerra Mundial

Varios fragmentos del tapiz de la Reina Matilda , un lienzo bordado del siglo XI que describe los hechos previos a la conquista normanda de Inglaterra en 1066, han aparecido por sorpresa en Alemania. Los restos textiles fueron encontrados por casualidad durante la catalogación de la herencia de Karl Schlabow (1891-1984), que los había conservado entre placas de vidrio y había guardado constancia de que eran partes del tapiz de Bayeux, como también se conoce a esta obra por estar conservada desde los años ochenta en esta ciudad francesa. Schlabow tuvo acceso privilegiado a la obra como arqueólogo experto en textiles y miembro de un grupo de científicos alemanes designado en 1941 por las SS dentro de la Deutsches Ahnenerbe (Sociedad Alemana de Estudios del Patrimonio Ancestral nazi) para llevar a cabo un estudio pormenorizado del tapiz. Noticia Relacionada estandar No El legendario tapiz de Bayeux. Más cerca que nunca, tan enigmático como siempreAparentemente, «Schlabow seccionó pequeños trozos de fibra» que terminaron quedando entre sus pertenencias sin que nadie reparase en ello, explica ahora el jefe de los Archivos Estatales de la región alemana de Schleswig Holstein, Rainer Hering.El tapiz de Bayeaux es una de las escasas piezas textiles de la época conservada y destaca tanto por su testimonio histórico y cultural como por su valor artístico. El tejido de lino con ligamento de tafetán, compuesto por nueve fragmentos de variada longitud, tiene unas dimensiones totales de 69,55 metros de largo , 50 centímetros de altura media y un peso aproximado de 350 kilos. Sobre él, se aplicó un bordado realizado con dos técnicas: pespunte para los contornos lineales de las figuras y «punto de couchage» para su relleno. Se empleó principalmente hilo de lana de los cuatro colores básicos tratados con tintes vegetales de la época, como guarda purpurina e índigo , para lograr ocho tonalidades diferentes. También se empleó hilo más fino de lino para dar relieve a ciertas figuras como flechas y lanzas. Según la tradición francesa, la pieza fue bordada por la reina Matilde, esposa de Guillermo el Conquistador , y sus damas de compañía, aunque científicamente no hay pruebas de la autoría. La homogeneidad del diseño permite pensar que fue supervisado por un clérigo con el conocimiento del latín, dado que contiene inscripciones en la lengua clásica, y se sospecha que fue ejecutado en el sur de Inglaterra, posiblemente en Canterbury o Winchester, donde existían en la época talleres de bordado capaces de abordar esta obra.Desembarco de NormandíaA comienzos de la Segunda Guerra Mundial , el tapiz fue desmontado y evacuado a Sourches, junto con otras significativas obras de arte para su protección. Durante la ocupación nazi , bajo la supervisión del Conde Metternich, los expertos de la Deutsches Ahnenerbe estudiaron la obra que había sido transferida a la Abadía de Juaye-Mondaye. En un momento posterior, durante el desembarco de Normandía , el tapiz fue depositado en los almacenes del Museo del Louvre de parís y se salvó en el último momento de ser trasladado a Alemania. El hecho de que Schlabow hubiera tomado muestras de la mundialmente famosa tira de tela, aparentemente antes de su llegada al Louvre, era desconocido hasta este descubrimiento. Las piezas medievales han aparecido en una finca propiedad de la familia y se sospecha que Schlabow que las habría sacado de Francia en 1941 , durante la Segunda Guerra Mundial. «El hallazgo es una sensación», celebra Hering, que no es ajeno al hecho de que se trata de bienes saqueados que, por lo tanto, entrarán en el programa de devolución de bienes culturales. Se espera que las piezas textiles, de casi 1.000 años de antigüedad, sean devueltas a Francia este mismo año.Durante muchas décadas, las publicaciones de Karl Schlabow se consideraron obras estándar sobre arqueología textil y estudios de trajes tradicionales en Europa. Después de trabajar con vaios y reconocidos museos europeos, en 1948 se trasladó a Schleswig, donde participó en el establecimiento del Museo Arqueológico Estatal y en la reconstrucción del Museo Textil de Neumünster, pero ninguno de estos museos catalogó ni expuso en ningún momento los fragmentos de tapiz ahora descubiertos.

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