Lee Miller, más allá de la mujer que se metió en la bañera de Hitler

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Lee Miller, más allá de la mujer que se metió en la bañera de Hitler

Vivió muchas más vidas de las que cualquiera podría soñar: cotizada y glamurosa modelo de alta costura para ‘Vogue’, fue descubierta por Condé Nast en un encuentro accidental y posó para la cámara de maestros como Edward Steichen , quien paradójicamente acabó con su carrera como modelo por un anuncio publicitario de compresas que provocó un escándalo. Musa de los surrealistas, fotógrafa de éxito, corresponsal de guerra de armas tomar, casada dos veces, amante muchas más, madre una sola vez, chef de alta cocina… Lady Penrose fue una inquieta y curiosa viajera: Nueva York, París, El Cairo, Londres… Y todas esas vidas las vivió con la misma intensidad y pasión, aunque tuvo que pagar por ello un alto precio. Elizabeth Miller (1907-1977) era una mujer guapa, atractiva y seductora (sofisticada, elegante, largas piernas, rubia, con el pelo corto, tez pálida, ojos azules…) «Resplandecía de todas las maneras posibles», decía de ella el galerista Julien Levy, quien celebró su primera exposición en Nueva York. Aventurera, audaz, indómita, talentosa, vital , rebelde, valiente, comprometida, siempre libre, sin concesiones, decidió un día ponerse al otro lado de la cámara: «Prefiero tomar una fotografía a ser una fotografía».Noticia Relacionada estandar Si Lee Miller, en el corazón de la guerra Carlos Sala El espacio Fotonostrum de Barcelona acoge 124 instantáneas de los años 40 de la célebre fotógrafa descubiertas por su hijo, tras su muerte, en un desvánPero las ‘serpientes aladas’ nunca dejaron de revolotear por su cabeza: el estrés traumático por las atrocidades que vio y fotografió en la guerra, los brotes autodestructivos, la espiral depresiva y de devastación (se autoflagelaba mentalmente), el alcohol (un whisky tras otro), los cigarrillos (fumaba unos cincuenta al día), los somníferos, las anfetaminas … la convirtieron en una persona difícil. «Parecía un ángel, pero por dentro era un demonio», confesaba Lee.Su único hijo, Antony , fruto de su matrimonio con Roland Penrose, narró la biografía de su madre en ‘Las vidas de Lee Miller’ , un libro que acaba de publicar en español Blume y en el que se ha basado la película ‘Lee’ , que este viernes llega a los cines de nuestro país. La première mundial tuvo lugar en el Festival de Cine de Toronto en 2024. Dirigida por Ellen Kuras, la actriz Kate Winslet asume el riesgo de meterse en la piel de esta fascinante mujer. Lo salva con nota. Ha luchado mucho por este proyecto, que llevaba en cartera nueve años y vio la luz en 2023. «Lee Miller hizo que las cosas sucedieran. No me importa admitir que la adoro. Fue una fuerza vital . Esta fotógrafa-escritora-reportera hizo todo lo que hizo con amor, deseo y coraje. Su legado es extraordinario«, dice la actriz, nominada a un Globo de Oro por este papel, en el prólogo de ‘Lee Miller. Fotografías’, también editado por Blume, escrito durante el rodaje del filme. Lee Miller, con un casco prestado por el fotógrafo del ejército estadounidense Don Sykes (sargento) © Lee Miller ArchivesPero, al igual que una exposición en Fotonostrum, Barcelona (hasta el 20 de marzo), la película se centra solo en una de sus muchas vidas: su trabajo durante la II Guerra Mundial , entre 1944 y 1945, uniéndose al avance aliado por Europa, acreditada por el Ejército de Estados Unidos, junto con su inseparable camarada David E. Scherman . A través del visor de su Rolleiflex, colocada a la altura de su cintura, reflejó la crudeza de los hospitales de campaña, plagados de quemados y mutilados; Normandía, el asedio de Saint-Malo, la liberación de París, los horrores de los campos de concentración de Dachau y Buchenwald (famélicos prisioneros en barracones, pilas de cadáveres); su célebre imagen metida en la bañera de Hitler en su apartamento de Múnich, en el número 27 de Prinzregentenplatz, con las botas llenas del barro de Dachau y Buchenwald manchando la alfombrilla del führer (fue una idea suya, aunque quien disparó la cámara fue Scherman, que emuló la imagen, metido él en la bañera); la devastación de Europa del Este en la posguerra… Imágenes crudas y conmovedoras , muchas de ellas recreadas fielmente en la gran pantalla. Queda patente en el filme su enemistad con Cecil Beaton , a quien detestaba, y su complicidad con la editora del ‘Vogue’ en Gran Bretaña, Audrey Withers. Fotograma de ‘Lee’, que recrea la bucólica vida de Lee Miller y sus amigos en el sur de Francia © Sky UK LtdFueron muchos los hombres en la vida de Lee, pero la película se centra solo en dos de ellos (su segundo marido, Roland Penrose , y el fotógrafo de ‘Life’ David E. Scherman), cuando hubo otros muchos igualmente importantes, como Man Ray , que dejó a Kiki de Montparnasse por ella (la amó terrible y celosamente, fue su maestro en París y autor del más hermoso y sensual retrato de Lee; en realidad, de su cuello) o el empresario egipcio Aziz Eloui Bey , su primer marido. Todo ello hace que la compleja personalidad de Lee quede un tanto diluida. Kate Winslet, en la piel de Lee Miller en una secuencia de la película © Sky UK LtdEn su infancia y adolescencia, Lee posó para su padre, Theodore, en ocasiones desnuda (hoy esas imágenes resultan un tanto turbadoras e incomodan). A los 7 años sufrió una violación por parte del hijo de unos amigos de la familia en Brooklyn. Harta de Estados Unidos, huyó a París, que era una fiesta… y Lee, la reina a la que todos adoraban. Eran los locos años 20 , que ella y sus amigos bebieron a sorbos y apuraron hasta la última gota. Felices y cálidos veranos en Cannes, Mougins y Cornualles , celebrando la vida y compartiendo bucólicos pícnics con Paul y Nusch Éluard, Man Ray y su nueva pareja, Ady Fidelin; la duquesa Solange d’Ayen (a la que da vida en la película Marion Cotillard ), Max Ernst y Leonora Carrington, Picasso y Dora Maar… Picasso le hizo un retrato que Roland Penrose compró por 50 libras y regaló a Lee. Esta, en 1944, durante la liberación de París, visitó a Picasso en su estudio. El encuentro fue inmortalizado en una imagen en la que el artista la mira sonriente mientras la coge con su mano izquierda por el cuello. Al parecer, exclamó al verla: «¡Es maravilloso, el primer soldado aliado que veo y resulta que eres tú!». Tras la muerte de su madre, Antony –cineasta, artista y fotógrafo– halló en el desván de la casa familiar 60.000 negativos , miles de copias fotográficas y documentos. Un tesoro que desconocía (Lee se encargó de ocultarlo) y que gracias a él pudo conocer al fin a su madre. Nunca se entendieron. Con el tiempo, recuerda, él y Lee aprendieron a tolerarse y las heridas comenzaron a cicatrizar, pero « enterramos el hacha demasiado tarde . Lamento no haber llegado a conocerla mejor».

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